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El periodista de El Español detenido en Ferraz critica la Ley Mordaza y rechaza los hechos que se le imputan 

Luis Casal, que se encontraba trabajando para su periódico, niega que estuviera tirando botellas a los agentes policiales

Luis Casal, periodista de El Español, fue detenido por la Policía Nacional la noche del miércoles 15 de noviembre durante las protestas de la ultraderecha contra la investidura de Pedro Sánchez en la sede del PSOE. En concreto, el atestado policial asegura que tanto Casal como otro periodista de El Mundo lanzaron botellas a los agentes, aunque Casal niega los hechos que se le imputan. 

En conversación con Diario Red, Casal niega los hechos que se le imputan y recuerda que estaba trabajando y que en ningún caso formaba parte de los manifestantes de ultraderecha que promovieron las algaradas en contra de la investidura. 

“Nos detuvieron en un momento en el que estábamos guarecidos de una carga policial”, lo que da a pensar que la Policía los pudo confundir con miembros de la ultraderecha que provocaron la intervención en las inmediaciones de Ferraz. 

Tras la detención, los periodistas de El Español y El Mundo fueron enviados a la comisaría de Leganitos, situada en el Distrito Centro, de donde más tarde fueron trasladados a los calabozos de la Brigada de Información, situada en el barrio de Moralataz de la capital madrileña.

En Moralataz les tomaron declaración, revisaron sus mochilas, tomaron las huellas dactilares y pudieron ser asistidos por sendos abogados de oficio. La odisea terminó a las seis de la mañana para los dos periodistas. 

Ambos salieron con una acusación de desórdenes públicos en aplicación de la Ley Mordaza, lo que lleva a Casal a criticar esta norma, aprobada durante el Gobierno de Mariano Rajoy y que el PSOE se negó a derogar la pasada legislatura. La Ley Mordaza invierte la carga de la prueba porque la palabra de un agente vale más que la del detenido, lo que en la práctica equivale a que la acusación de un policía se convierta en un hecho probado.

Casal ha recibido el apoyo de la Unión de Periodistas, entidad que ha pedido que se lleve a cabo una “seria investigación interna” que permita esclarecer lo ocurrido y depurar responsabilidades. Del mismo modo, ambos periodistas también han recibido el apoyo de sus respectivos periódicos. 

Cabe recordar que ni El Mundo o El Español, ambos periódicos situados en el espectro ideológico de la derecha y/o ultraderecha, han defendido nunca a ningún periodista o a ninguna persona en general afectada por la Ley Mordaza y que, durante las ocasiones en las que se ha abierto el debate para su derogación, han llegado a publicar artículos en contra de su derogación y a favor de la ‘carga de autoridad’ de los policías, que es una las medidas más criticadas por entidades de derechos humanos y que provoca que sea el acusado el que tenga que demostrar su inocencia en lugar de que la policía muestre las pruebas inculpatorias. Al mismo tiempo, siempre que se ha acusado a cualquier activista o político de izquierdas mediante un atestado policial falso, estos dos periódicos y en general el conjunto de la derecha mediática han dado por hechos probados las acusaciones. Ojalá este caso sirva para revertir esas prácticas incompatibles con un periodismo de calidad y lesivas para el sistema democrático y El Español y El Mundo empiecen a dudar de la veracidad de ciertos atestados policiales.