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Ana Obregón presenta su libro 'El chico de las musarañas'

José Ramón Hernando / Europa Press

¿Ha cometido Ana Obregón un delito?

La popular socialité continúa su cruzada contra las críticas que le acusan de haber acudido a un vientre de alquiler en el extranjero para cumplir el deseo de tener una nieta.


«¿He matado? ¿He robado? ¿He soltado a un violador? No. He traído a mi nieta a la vida». Así se defendía (y atacaba) Ana Obregón en una entrevista para la revista “Elle” al ser preguntada por su polémica decisión de contratar un vientre de alquiler en Miami para gestar y dar a luz a su nieta, también llamada Ana. 

La niña es fruto del empeño de Ana Obregón por cumplir con, según ella, la última voluntad de su hijo, fallecido en 2020, a través de un testamento ológrafo en el que había expresado su deseo de traer al mundo un bebé mediante inseminación artificial. La madre biológica, tal y como filtró la revista Lecturas, era “una joven cubana que vive en un humilde apartamento en Florida”, que gestó a la bebé por, según datos de Lecturas, 35.000 euros. 

A través de una serie de exclusivas vendidas a la revista ¡Hola!, estimadas en más de cien mil euros solo por la primera de las portadas, Obregón ha ido narrando el proceso por el cual traía a España a su nieta como su hija legítima a ojos de la ley. Una vez de vuelta en su país, se ha prodigado públicamente a través de diferentes medios y programas para defenderse de las críticas recibidas por haber recurrido, gracias a su fortuna y al aplauso de los medios, a un vientre de alquiler para colmar sus deseos de descendencia post-mortem. 

«Me importan un pito las leyes de aquí y lo que diga Irene Montero», ha agregado Obregón en la entrevista. Sin embargo, las leyes, le importen o no, no dan la razón a Ana.

Y es que las voces que se alzaron para reprobar la decisión de la presentadora no han sido pocas: desde el movimiento feminista a figuras de la crónica social reprobaron que Ana Obregón acudiera a la llamada gestación por sustitución en el extranjero, una práctica que, como se recordó desde el Ministerio de Igualdad, se considera una vulneración de los derechos humanos de la madre biológica, normalmente mujeres en situación de vulnerabilidad económica y social, y del interés superior del menor. Y Obregón no perdona.

“Me importan un pito las leyes de aquí y lo que diga Irene Montero», ha agregado Obregón en la citada entrevista. Sin embargo, las leyes, le importen o no, no dan la razón a Ana: como advertía en su día al diario El Salto el despacho Olympe Abogados, en nuestro país la gestación subrogada está claramente prohibida en las leyes sobre técnicas de reproducción humana asistida y en la recientemente modificada Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo de interrupción voluntaria del embarazo. Del mismo modo, la inseminación post-mortem solamente se puede realizar en el seno de la pareja y hay un límite de tiempo tasado tras el fallecimiento para hacerla, 12 meses. Por último, apuntan también que la adopción en España limita la edad entre adoptante y adoptado, que Obregón también ha superado respecto de su nieta, y no se permite la adopción de descendientes, sean éstos hijos o nietos.

Los medios de comunicación han hecho su parte para legitimar, dulcificar o silenciar las críticas a Obregón. Recientemente, Telecinco estrenaba en prime time “El Musical de tu Vida”, con Carlos Sobera, con un especial en el que se dio sobrado espacio a la presentadora y actriz para justificar su decisión. Al programa de Sobera se le suman las entrevistas y exclusivas veraniegas de la revista ¡Hola!, en las la propia Obregón ha ido mostrando imágenes junto a la niña, así como los numerosos tertulianos que han defendido la decisión de Obregón de comprar un bebé pese a ser contrario a la legalidad española. Uno de los pocos espacios televisivos donde hubo hueco para la crítica —reflejando así el sentir de miles de opiniones en redes sociales— fue Sálvame, el programa conducido por Jorge Javier Vázquez que fue fulminado de la parrilla de Mediaset a principios de este verano.


Madrid –

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