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Eduardo Parra / Europa Press

La foto de Pedro Sánchez con Bildu es mucho más que una foto

En las elecciones autonómicas de Euskadi se puede dar la circunstancia de que la izquierda abertzale gane las elecciones y que el PSOE tenga que decidir entre Arnaldo Otegi o el PNV


Hay fotografías que son más que la instantánea de un momento determinado. En los bancos de imágenes de las agencias de noticias hay cientos de miles de fotos, pero sólo unas pocas marcan un antes y después y se convierten en un símbolo. Sin duda, la foto de Pedro Sánchez estrechando la mano la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Merche Aizpurua, es histórica porque, por primera vez tras el cese definitivo de la violencia de la banda terrorista ETA, hace ya doce años, el PSOE legitima como interlocutor político a la izquierda abertzale.

La foto es la evidencia de que ETA ya no existe y de que la izquierda abertzale ha elegido transitar el camino de la democracia, pero es también la consumación de que el PSOE, a pesar de sus resistencias, no le ha quedado más remedio que aceptar la existencia de una mayoría plurinacional en el Congreso que, como en la legislatura pasada, es la única combinación para evitar que gobiernen PP y Vox.

La decisión de Sánchez de considerar a Bildu interlocutor legítimo marca un antes y un después porque el PSOE hasta ahora no había reconocido a la izquierda abertzale como un actor político, de ahí que la moción de censura de 2018 para echar al Gobierno de Mariano Rajoy la tuviese que negociar con los grupos independentistas el entonces secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. 

Para aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2020, el PSOE también intentó sacarlos adelante con el apoyo de Ciudadanos, operación con la que estaba a favor la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Finalmente, las primeras cuentas públicas de la legislatura pasada se aprobaron con la participación de Bildu y ERC.

La aprobación de la reforma laboral, que se aprobó por sólo un voto de diferencia, gracias a la equivocación del diputado popular Alberto Casero, fue otro de los momentos donde el PSOE evitó incluir a Bildu en la dirección de Estado. También con el apoyo de Yolanda Díaz, la reforma laboral se aprobó sin los votos de ERC y Bildu porque ni los socialistas ni Díaz quisieron alterar el acuerdo que ya tenían con el presidente de la patronal, Antonio Garamendi.

En el Ayuntamiento de Pamplona, a pesar de que las formaciones progresistas —Bildu, PSOE, Geroa Bai y Podemos— suman cinco concejales más que los nueve de Unión del Pueblo Navarro y los dos del PP, la negativa de los socialistas a dar sus votos a un candidato de Bildu ha permitido que la capital navarra esté gobernada por la derecha sin tener mayoría absoluta. 

En el Gobierno Foral de Navarra pasa algo parecido. A pesar de que las formaciones progresistas suman 30 escaños, diez más que el conjunto de UPN, PP y Vox, el PSOE no ha querido conformar un gobierno de coalición con la participación de Bildu, que finalmente dio sus votos a la socialista María Chivite pero sin formar parte del Gobierno de coalición entre PSOE, Geroa Bai y Contigo.

La foto de Pedro Sánchez con Bildu abre la puerta a nuevas mayorías en Euskadi y Navarra, pero también a visibilizar que ETA ya no existe y que el nuevo rol de la izquierda abertzale es el triunfo de la democracia

En las elecciones autonómicas de Euskadi, previstas para 2024, se puede dar la circunstancia de que Bildu gane las elecciones, como ya ha ganado los últimos comicios municipales, y que el PSOE tenga que decidir si hace lehendakari a Arnaldo Otegi o permite un gobierno liderado por el nacionalismo de centro derecha del PNV. 

Sánchez ha aceptado antes como interlocutor a Bildu que a Puigdemont, lo que seguramente ocurrirá en las próximas semanas si el PSOE quiere los votos de Junts para la investidura. De momento, la foto de Pedro Sánchez con Bildu abre la puerta a nuevas mayorías en Euskadi y Navarra, pero también a visibilizar que ETA ya no existe y que el nuevo rol de la izquierda abertzale es el triunfo de la democracia. Al fin y al cabo, cuando los españoles se manifestaban contra ETA, uno de los mensajes que se le trasladaban a la izquierda abertzale era que sin violencia se podía hablar de todo, que aceptara la política sin renunciar a su ideología independentista. 

El tremendo enfado del PP con el encuentro demuestra la potencia política que tiene la foto entre Sánchez y Aizpurua. “Bildu ha conseguido poner de rodillas a Pedro Sánchez”, dijo Elías Bendodo, el ‘poli malo’ de Alberto Núñez Feijóo. De momento, la legitimación del PSOE a Bildu como interlocutor político a quien sitúa en la oposición es a la derecha, quien puede perder el Ayuntamiento de Pamplona después de la investidura si los socialistas levantan el veto a Bildu, que fue la formación progresista en la capital navarra.


Madrid –

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