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El presidente del CIS, José Félix Tezanos — Diego Radamés / Europa Press / ContactoPhoto

Las encuestas como elemento performativo

El 28.9% de los encuestados afirman decidir su voto en la última semana de campaña, un 5.1% el último día


La finalidad teórica de las encuestas es la de reflejar una foto fija sobre el estado de la opinión pública en un momento concreto, sobre una cuestión determinada. Dentro de las encuestas, son las electorales las más seguidas por el público en general, según el CIS, hasta un 66% de los potenciales votantes siguen el desarrollo de las encuestas que se publican durante las campañas y períodos preelectorales.

Por desgracia en España las encuestas, y especialmente las electorales funcionan desde hace tiempo con una finalidad claramente performativa, es decir, para provocar acciones y transformar la realidad o el entorno. No se trata ya de reflejar el estado de la opinión pública, sino de influir en ella para alterar su comportamiento electoral.

Generalmente se busca provocar un efecto bandwagon, que significa que los electores se agrupan en torno a las opciones como mejores expectativas, se infla a algunos actores políticos para perjudicar a otros. Albert Rivera fue investido presidente del gobierno durante muchos meses, al igual que Alberto Nuñez Feijóo. A Más País le daban algunas encuestas hasta 16 escaños, cuando finalmente sacó dos (cuentan que una cena madrileña de Íñigo Errejón con Narciso Michavila, presidente de GAD3, fue el pistoletazo de su proyecto electoral).

En ocasiones puede salir el tiro por la culata, como cuando en 2001 numerosas encuestas “de régimen” daban como lehendakari a Mayor Oreja, lo que provocó en el electorado vasco un efecto underdog, que moviliza a los votantes en torno a quién se nos presenta como perdedor; la izquierda abertzale votó en masa al PNV para que Ibarretxe pudiera seguir gobernando. Este tipo de efectos no deseados provoca que las encuestas en ocasionesbusquen expresamente este efecto underdog, como en las generales del 2016, cuando por única vez Unidas Podemos tuvo unas expectativas superiores a los resultados obtenidos, que le daban a Pablo Iglesias opciones de ser presidente; se buscaba asustar al electorado de derechas y agruparlo en torno al PP, como así sucedió.

En la víspera de las elecciones al parlamento de Galicia, estamos observando numerosas encuestas, de las que se pueden inferir algunas conclusiones. Con el PP se juega al efecto underdog, dándole mayoría absoluta por estrecho margen o a punto de perderla, fue la estrategia ya utilizada en 2016 y 2020, especialmente por las encuestas publicadas por la prensa gallega (la que Rueda acaba de regar con 700.000 euros de dinero público a un mes de la convocatoria electoral). Con el BNG se juega al bandwagon, no porque goce de excesivas simpatías en el establishment (aunque la visita de Ana Pontón a la fábrica de Inditex ha limado muchas asperezas), sino para perjudicar al gobierno estatal, especialmente al PSOE.

A Podemos buscan directamente destruirlo. Expectativas ínfimas, del mismo rango que el PACMA, para desmotivar a un electorado que ya de por sí es propenso a desactivarse en las elecciones autonómicas o locales y a activarse en las generales. Aquí las encuestas van acompasadas de una estrategia burda, evidente y deliberada de los mass media.El día de la manifestación en Compostela contra la gestión de la Xunta en el vertido de pellets en las costas, desde informativos Tele5 se afirmó que Podemos no se presentaba a las elecciones, tras negarse a rectificar, el partido morado ha interpuesto reclamación al respecto ante la JEC. Pocos días antes, Ferreras sacaba en ARV un panel en el que aparecía IU, que se presenta dentro de Sumar, pero no Podemos. Es muy burdo, pero lo hacen sin ningún rubor.

El barómetro del CIS para las elecciones gallegas conocido ayer nos da un dato sobre el que reflexionar, el 28.9% de los encuestados afirman decidir su voto en la última semana de campaña, un 5.1% el último día. No estamos en los años ochenta o noventa, si algo ha caracterizado a los procesos electorales post-15M es la volatilidad del voto y los movimientos bruscos que se producen durante las campañas electorales. Hay partido hasta el final.


Madrid –

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