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Estudiantes se manifestaban por mejoras para la Educación en la nueva reforma — Cristobal Basaure Araya / Zuma Press / ContactoPhoto

Chile: Este domingo, un plebiscito pone fin al proceso constitucional

De acuerdo a la encuesta de Criteria, solo un 35 por ciento de la ciudadanía tiene interés en el proceso de cambio constitucional, un dato que coincide con otros estudios que dan cuenta de un marcado desinterés por el proceso


Cuatro han sido los proyectos de Constitución escritos en los últimos cinco años en Chile, dos de ellos con sendos procesos participativos, elecciones de representantes para la redacción de los textos y tres plebiscitos, el último de los cuales se realizará el próximo domingo 17. El gobierno y el propio presidente Gabriel Boric han dicho que —aprobado o rechazado el nuevo texto elaborado por un consejo constitucional de mayoría derechista— termina la búsqueda de un acuerdo constitucional, al menos durante lo que resta del mandato presidencial. La oposición de derechas dice lo mismo, si es que las urnas aprueban la carta magna que ofrecen, con fuertes medidas de retrocesos en derechos sociales y marcado sello conservador.

Con la prohibición legal de difundir encuestas durante los quince días previos a los comicios, los últimos números publicados indicaban que la opción “en contra” de la propuesta del Consejo Constitucional constituido por una amplia mayoría y hegemonía de la ultraderecha, se impondría por márgenes superiores a los ocho puntos. Según el último informe de Criteria, una encuestadora vinculada a la oposición, el 76 por ciento de la ciudadanía cree que el proyecto propuesto es igual o peor que la Constitución vigente, elaborada en 1980 bajo la dictadura del general Augusto Pinochet y que hizo crisis con la rebelión social de 2019.

Un sondeo de Panel Ciudadano de la Universidad del Desarrollo —cuyos fundadores pertenecen a la Unión Demócrata Independiente (UDI)— difundido por redes sociales el pasado viernes, informa que la opción “en contra” obtiene un 49 por ciento de adhesión frente a un 36 por ciento de quienes votarían “a favor” del texto constitucional. En esta encuesta los “indecisos” alcanzarían un 15 por ciento y disminuyendo, como suele suceder a medida que se acerca la votación.

De acuerdo a la encuesta de Criteria, solo un 35 por ciento de la ciudadanía tiene interés en el proceso de cambio constitucional, un dato que coincide con otros estudios que dan cuenta de un marcado desinterés por el proceso. No es extraño, en marzo de 2018, hace cinco años, la presidenta Michelle Bachelet, a pocos días de dejar el gobierno y traspasarlo a Sebastián Piñera, envió al Congreso un texto constitucional elaborado en un proceso en el que fueron consultadas unas 200 mil personas, pero que fue desechado por el empresario y nunca fue puesto en la agenda parlamentaria.

La masiva movilización de octubre de 2019 que generó una fuerte crisis en el gobierno de Piñera repuso la necesidad de una nueva Constitución, para lo que se habilitó un plebiscito en el que un 80 por ciento de los sufragios aprobaron el cambio constitucional a través de una Convención paritaria y con escaños reservados para pueblos indígenas. Durante un año los convencionales, en su mayoría de izquierdas, trabajaron en un texto que finalmente fue rechazado en el plebiscito de septiembre de 2022. Una profunda derrota sufrió la izquierda que, a su vez, golpeó al gobierno de Boric, que desde entonces ha tenido dificultades para llevar adelante su programa de reformas.

El complejo escenario parecía que podía superarse con un nuevo proceso, que incluyó la redacción de una carta constitucional por un Consejo de Expertos designado que trabajó mientras se preparaba la elección del nuevo Consejo Constitucional electo. Esa elección de mayo de este año dio mayoría a la extrema derecha, que escasamente prestó atención al trabajo de los “expertos”.

La votación de este domingo instala la paradoja de que si gana la opción “en contra” al texto de la extrema derecha, sigue vigente la Constitución de Pinochet. Pero en esta complejidad, las izquierdas tienen la oportunidad de frenar el avance de las fuerzas conservadoras y abrir un escenario más favorable para hacer frente a las elecciones municipales del año entrante y luego las parlamentarias y presidenciales de 2025.

Por ello en la recta final han reaparecido las principales figuras del mundo político, como la influyente expresidenta Michelle Bachelet que ha puesto el acento en el retroceso de los derechos de las mujeres. También la eventual candidata presidencial de la derecha Evelyn Matthei, quien ha reforzado el mensaje de que está en juego la “Constitución de la Seguridad”. Un discurso parecido al que difunde el excandidato José Antonio Kast, el líder indiscutible de la ultraderecha.

Para el campo conservador, la elección de este domingo tiene un doble alcance estratégico: busca transformar su eventual triunfo en una derrota en profundidad al gobierno de Boric; y asegurar sus opciones para el ciclo electoral que se avecina.


Madrid –

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