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Sergio Massa celebrando los resultados, Buenos Aires — TV Pública Argentina

El peronismo da la sorpresa al frenar a la ultraderecha de Milei en primera vuelta

Massa adelanta al candidato anarcocapitalista en seis puntos, Kicillof arrasa en la provincia de Buenos Aires y la capital tendrá segunda vuelta. El ‘macrismo’ se hunde


Argentina ha vivido tres grandes crisis económicas tras un shock ultraliberal: el Rodrigazo (1975), el corralito de 2001 y la crisis cambiaria de 2018. Pero los argentinos han rechazado provisionalmente este domingo 22 de octubre una nueva ronda segura de ajustes salvajes y han dado la vuelta a las primarias del 13 de agosto, en las que se impuso con holgura el ultraderechista Javier Milei con un 30%.

El peronista Sergio Massa ha obtenido más del 36%, mucho más del 21% que recibió en agosto, y ha ganado la primera vuelta de las presidenciales argentinas. Adelanta en seis puntos porcentuales a Milei, que repite resultado con su partido, La Libertad Avanza, y desbanca al macrismo al despeñarse Juntos por el Cambio con algo más del 23%. Un acontecimiento nada baladí: en julio los grandes medios internacionales, incluidos los españoles, daban por hecho que la candidata de JxC, Patricia Bullrich, iba a ser la nueva presidenta.

A las diez de la noche (tres de la mañana en España), Massa registraba más de 8,5 millones de votos frente a los más de 7 millones de Milei, una diferencia tan considerable como inesperada

La movilización de la provincia de Buenos Aires, especialmente en el Partido Judicial de La Matanza —dos millones de habitantes—, ha sido clave para el vuelco electoral, de acuerdo con todas las informaciones disponibles. “Aquí van a votar a Bullrich o a Milei. Yo tengo claro que a Massa”, decía el viernes un camarero oriundo de La Matanza en el acaudalado barrio de La Recoleta.

A las diez de la noche (tres de la mañana en España), Massa registraba más de 8,5 millones de votos frente a los más de 7 millones de Milei, una diferencia tan considerable como inesperada. Milei, cuyo programa político aboga por reformas para transformar el país que durarían “35 años”, proponía en una primera frase una reducción drástica del gasto y un recorte de impuestos. En la última se eliminaría el Banco Central y se dolarizaría completamente la economía.

Estas intenciones, a falta de los resultados oficiales, pueden haber sido fundamentales para movilizar al electorado peronista, que aspira a enviar al cuarto justicialista a la Casa Rosada en los últimos 20 años después de Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Alberto Fernández, el presidente saliente.

Los resultados provisionales, por inesperados, alimentaron el desconcierto general. La inflación, que en Argentina es crónica, lleva mucho tiempo instalada por encima del 100%. Un dólar equivale a más de mil pesos al cambio paralelo.

A lo anterior hay que sumar escándalos del oficialismo, como la detención de un miembro del Partido Justicialista con 48 tarjetas de crédito de empleados del partido en la Provincia bonaerense. O la dimisión del alcalde de Lomas de Zamora, uno de los grandes municipios del Conurbano, al filtrarse fotos en un yate en Marbella mientras la población sufre desde la crisis de 2018.

No obstante, y a pesar de que la oposición trató de explotar estos casos, también han calado estos días vídeos por las redes sociales destacando la amenaza directa de pérdida de subsidios —más de la mitad de los hogares recibe algún tipo de subsidio—. La posición de Milei favorable a polémicas iniciativas como la venta de órganos, el adelgazamiento del Estado, la privatización de la salud —uno de los escasos sistemas universales en América Latina— y de las cárceles, la venta libre de armas en un país con tremendos problemas de inseguridad desde los años noventa o su postura contraria al aborto conjugaron una amplia movilización que volvió a confiar, una vez más, en el peronismo.

La movilización se trasladó a las elecciones provinciales -autonómicas-: en la Provincia de Buenos Aires, el kirchnerista Axel Kicillof superó los pronósticos – el malogrado Insaurralde era su jefe de gabinete- y reeditó como gobernador con casi un 45%, mucho mejor que el 36% cosechado en primarias. En capital federal Jorge Macri -primo de Mauricio- roza el 50% pero irá a segunda vuelta con el sorprendente peronista Leandro Santoro.

Es la décima elección triunfal oficialista desde que el general Juan Domingo Perón inaugurara la racha en 1946. Aproximadamente dentro de un mes -seguramente el 19 de noviembre- se celebrará la segunda vuelta, que enfrentará a Massa y a Milei. De momento, Argentina aguanta peronista.


Buenos Aires –

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Editorial

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