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Nicolás Rodríguez Bautista (ELN): “Respetamos el proyecto de Gran Acuerdo Nacional de Petro pero es difícil concretarlo”

Maëlle Mariette entrevista para Diario Red al comandante guerrillero Nicolás Rodríguez Bautista “Gabino”, máximo jefe del ELN colombiano (Ejército de Liberación Nacional) entre 1998 y 2021


Este jueves 30 de noviembre comienza en México la quinta ronda de negociaciones entre el gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la guerrilla activa más antigua de América. Estas negociaciones forman parte del proceso de paz iniciado hace poco más de un año y que llevó a la firma de un acuerdo de cese al fuego bilateral de 180 días, en vigor hasta enero de 2024.

Inicialmente previstas para principios de noviembre, esta Mesa de diálogos se retrasó tras el sonado secuestro del padre del futbolista del Liverpool Luis Díaz, el 28 de octubre. El tema de los secuestros, que constituyen una importante fuente de financiación de la organización guerrillera, es un punto sensible en las negociaciones y una de las razones por las que se abandonaron los procesos de paz con gobiernos anteriores.

Según los miembros de la delegación gubernamental encargada de las negociaciones con el ELN, estos secuestros son contrarios a los acuerdos de alto el fuego y exigen el cese inmediato de esta práctica para llevar a cabo las conversaciones de paz. Por su parte, la organización guerrillera reconoció que cometió un error, pero niega que constituya una violación de los acuerdos. Según el comandante máximo de esta organización, Antonio García, de hecho “no existe ningún acuerdo en el que el ELN se comprometa a no realizar operaciones financieras, incluidas las privaciones de libertad”. Según él, con estas exigencias el gobierno busca debilitar y “ahogar económicamente” a la organización guerrillera.

El ELN se formó en 1964, inspirado en la revolución cubana, y participó por primera vez en negociaciones de paz hace más de 30 años, en 1992, bajo el gobierno de César Gaviria. Siguieron otras con gobiernos posteriores, pero nunca pasaron de la fase exploratoria. En 2017, en el gobierno de Juan Manuel Santos se logró ir más allá y establecer una agenda de trabajo con la organización guerrillera. Pero la elección de Iván Duque en 2018 puso fin a esta iniciativa. Con la llegada al gobierno de su sucesor Gustavo Petro, la “paz total” se convirtió en una prioridad y se anunció la reanudación de las negociaciones.

Nos reunimos con Nicolás Rodríguez Bautista, “Gabino”, miembro fundador y excomandante del ELN, el pasado mes de septiembre para conocer su visión sobre la paz y el futuro de Colombia. Dentro de unos meses, Nicolás Rodríguez Bautista cumplirá sesenta años de militancia en esta guerrilla marxista-leninista inspirada en la Teología de la Liberación, a la que perteneció uno de sus pioneros, el sacerdote revolucionario Camilo Torres Restrepo, y de la que fue uno de sus fundadores, cuando sólo era un joven campesino de catorce años.

Pregunta: A finales de la década de los 90, líderes latinoamericanos de izquierdas como Hugo Chávez y Fidel Castro dijeron que en América Latina no hay condiciones para la lucha armada como las hubo hace tres décadas. ¿Cree que se equivocaban cuando decían eso?

Nicolás Rodríguez Bautista: Sin duda, ellos tuvieron una parte importante de razón porque ahora la lucha insurgente no es esa ola continental en la que pueblos y vanguardias generan una gran vorágine que toma el poder derribando dictaduras de facto o disimuladas como es tan común en nuestra América. Sin embargo, ellos no negaron el derecho de los pueblos al levantamiento armado como expresión de rebeldía cuando las democracias son una máscara que priva a los pueblos en su ascenso al poder por la vía democrática como es el caso específico de Colombia.

¿Por qué, cuando se creó el ELN, decidieron tomar las armas y no llevar a cabo su lucha política a través de las urnas?

En Colombia, a finales de 1957 la oligarquía acuerda turnarse para gobernar así; los agrupados en el partido liberal gobierna 4 años y los del partido conservador otros 4 años, a ese acuerdo lo llamaron El Frente Nacional. Superaban así un periodo muy violento en el que murieron más de 2.000 personas de origen humilde y hubo un millón de desplazados del campo a las ciudades que necesitaban mano de obra barata para desarrollar la industria; a tal periodo se le llama “la época de la violencia”. En ese acuerdo de elites ilegalizaron los partidos de arraigo popular y criminalizaron la lucha y la protesta social, esto las hizo acrecentar y cualificar. De esa manera la clase dominante serró las vías democráticas para la lucha política de las mayorías. Era el contexto internacional de la Guerra Fría.

Los campesinos luchaban por la tierra que les habían robado y otros por tenerla para trabajarla, los estudiantes por una educación que no la impusiera la iglesia ni el Estado, los obreros por reivindicaciones políticas, económica y por una legislación que permitiera su organización sindical.

Es en esa realidad política excluyente de la oligarquía con el llamado Frente Nacional, que el ELN se alza en armas levantando las banderas de los Obreros campesinos y estudiantes principalmente y es en esa realidad social que se erige como dirigente revolucionario el sacerdote Camilo Torres Restrepo y funda el Frente Unido.

¿Por qué no han firmado aún un acuerdo de paz, a diferencia de otros grupos guerrilleros como el M-19 o las FARC?

Siempre hemos reiterado que queremos la paz que signifique justicia y equidad social y que luchamos por ella. Pero nos negamos a la paz de los sepulcros, esa misma que asesina a quienes la firman acuerdos que luego nada o casi nada se cumple como ha pasado en los procesos desarrollados.

Veamos:

En 1985 las FARC en acuerdo con el Gobierno de Belisario Betancur creó el movimiento Unión Patriótica hoy Colombia reclama justicia por más de 6.000 asesinatos a manos de agentes estatales entre ellos políticos, empresarios y miembros de las Fuerzas Armadas del Estado en un claro contubernio con el narcotráfico.

Por esos años también son víctimas del exterminio los movimientos políticos Frente popular y A Luchar.

Oscar Wilian Calvo representante y vocero de paz del EPL, pionero de la Constituyente de 1991, fue asesinado por la gente del Estado, su asesinato sigue estando, como muchos, en la impunidad.

En 1990 se desmoviliza el M-19, su figura más destacada, fue el dirigente y entonces candidato presidencial Carlos Pizarro, asesinado en un avión en vuelo. No fue el único asesinado sino el líder más destacado.

Al EPL que a su turno en 1991 entraba en un proceso de paz en el gobierno de Cesar Gaviria, le asesinaron a su figura emblemática, Ernesto Rojas cabeza de ese proceso de negociación y cientos de sus miembros que creyeron en ese proceso.

El acuerdo de paz firmado más reciente entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos, deja cerca de medio millar de guerrilleros asesinados luego de entregar las armas y al día de hoy los siguen asesinando.

Los cambios y transformaciones económicas políticas y sociales que transformen las causas del conflicto no aparecen, ese fue el sueño de quienes han sido asesinados. Esos logros requieren cambio de régimen político, apertura democrática, superación de la exclusión política y social y nada de eso asoma siquiera. Su negación es la causa del alzamiento armado, por ello el ELN continúa en él, solo superando sus causas, se superará el conflicto, así se llegará a la verdadera paz.

Ahora que ha llegado al poder Gustavo Petro, el primer presidente de izquierdas de la historia del país, ¿cree que eso puede cambiar algo?

Petro llegó a la presidencia fruto del estallido social del 28 de abril de 2021. Como presidente ha afirmado que no perseguirá a quienes luchan por los cambios y que busca ser el gobierno del diálogo en aras de solucionar los acuciantes problemas que vive Colombia.

Es en esa lógica de coincidencias que el ELN se sienta a dialogar en aras de negociaciones luego de que el presidente anterior, Iván Duque, le diera un portazo a la mesa abierta entre el ELN y el gobierno Santos.

Hoy estamos desarrollando una agenda de diálogos a partir de lo que llamamos los acuerdos de México. Dicho proceso se propone pactar transformaciones sociales que creen las condiciones para que la insurgencia deje de buscarlas por la vía de las armas y que la clase dominante deje de usar la violencia contra quienes buscan que esos cambios se concreten. Así entiende el ELN el acuerdo de paz con este gobierno y esa misma manera de ver el proceso de paz es el que hemos planteado anteriormente. Respecto a si esto puede concretarse solo puede decirlo la misma realidad y los avances en la mesa.

Contra este propósito y esos objetivos, conspiran hoy las élites en el poder, que le impiden al presidente concretar los cambios y banderas populares y sociales que enarboló y lo más visible es que tales elites se han atravesado a que se concreten las reformas que ha planteado el presidente y esas mismas élites están atacando la Mesa de diálogos entre el gobierno y el ELN. Son esos peligros los que hoy enfrenta esta Mesa de diálogos.

En este momento, ustedes están en un cese al fuego de 180 días con el ejército colombiano que entró en vigor el 3 de agosto de este año. ¿Qué significa para el ELN este cese al fuego?

Para el ELN el cese al fuego significa que portamos nuestras armas para defendernos, pero no atacamos a las Fuerzas Armadas del Estado.

Es que hay un problema muy grande, los paramilitares y otras expresiones irregulares en acuerdo con sectores políticos y militares, nos atacan y están en contra del proceso de paz, por eso es indispensable tener un estado defensivo activo y concreto.

Esos grupos siguen asesinando defensores de Derechos Humanos, lideres sociales, reclamantes de tierras, guerrilleros desmovilizados, producen masacres y desarrollan ataques contra nosotros que estamos en cese al fuego. Esto quiere decir que este proceso está siendo atacado por expresiones armadas ligadas al poder político de las elites colombianas.

El presidente Petro habla de un gran acuerdo nacional, ¿qué opina al respecto?

El gobierno del presidente Petro se propone un diálogo con todas las fuerzas que tienen poder político y económico, entendemos que están dentro de tales fuerzas los partidos políticos, los gremios económicos buscando lo que él llama “gran acuerdo nacional”.

Ese ambicioso propósito lo respetamos, pero concretarlo no es nada fácil, debido a que los dueños del poder no han estado dispuestos a compartirlo porque eso significa ganar menos, acumular menos riqueza y ampliar el abanico de la gobernabilidad rompiendo la exclusión. Ahora toca volver a decir lo que dijo Camilo Torres Restrepo hace más de medio siglo: la oligarquía tiene la palabra si si el ascenso del pueblo al poder es por la vía democrática o por la vía violenta.

¿Cree que los colombianos van a participar en este proceso de paz? ¿No están hartos de este conflicto armado que lleva 60 años? ¿No están desanimados?

Somos optimistas porque en el Proceso de Participación diseñado en la Mesa de Diálogos, cada vez se suma más gente, esto comenzando por el primer evento del pasado 3 de agosto en Bogotá, entonces se están superando las expectativas. Ese es un indicativo de lo que quiere la gente. Esto es lo que estamos proponiendo desde los años noventa: una solución política al conflicto requiere la participación de la sociedad, hacia una paz duradera.

Hay que seguir fortaleciendo esa participación superando muchas dificultades que a diario se presentan, es una tarea de todas y de todos.

Y en el lado del ELN, ¿están todos igual de animados?

Esta es una decisión política colectiva de todo el ELN, de su conducción y de sus bases. La definición de los diálogos y la búsqueda de una salida política al conflicto es un mandato dado por los congresos del ELN.La paz sintetizada en una salida política al conflicto que resuelva las causas que lo originaron, es la aspiración plena de mujeres y hombres del ELN.

¿Qué entiende por “salida política”?

Toda sociedad tiene conflictos, pero estos no deben dirimiese con violencia sino con el dialogo, en un dialogo todos cedemos un poco y así se llega a acuerdos y esos acuerdos se respetan.

No puede haber exclusiones, es indispensable reconocernos todas, todos.

Esto requiere justicia y equidad sociales.

Requiere soberanía y auto determinación.

Es indispensable la democracia real, esta es para toda la sociedad, así puedo resumirle lo que entendemos por una salida política.

Empezar por las reformas e ir de ellas a los grandes cambios que solucionen las causas que originan el conflicto social y armado es el camino indispensable para la paz.


Madrid –

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