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Lucas Aguayo Araos / Zuma Press / ContactoPhoto

La izquierda chilena reaviva la batalla de las ideas contra la derecha

«Algunos me han dicho que las batallas ideológicas no le cambian la vida a la gente. ¿Cómo no le van a cambiar la vida a la gente? Si la derecha sigue insistiendo en que todo impuesto es un robo, si toda la sociedad cree eso«


Dos años se cumplen el próximo lunes 11 de la llegada de Gabriel Boric al sillón presidencial de La Moneda en Santiago de Chile. Junto a él arribó una joven generación organizada en la nueva izquierda representada en el Frente Amplio, y una improvisada alianza con fuerzas socialdemócratas que había gobernado Chile por 20 años ininterrumpidos. Dos años después se mantiene la inédita fórmula de un gobierno con dos coaliciones. Pero eso está empezando a cambiar, un poco a la fuerza porque la izquierda sufrió dos fuertes derrotas en el proceso constitucional y —ahora— hace frente a un nuevo ciclo electoral que termina el 2025 con la elección de presidencial y el Congreso. A la hora de los balances y dar la partida a “un segundo tiempo”, las cuentas miden la gestión gubernamental, la que a su vez se confronta con los avances del proyecto político enarbolado por la izquierda y que permitió hacerse del gobierno. Ese es el contexto en que se abre paso una renovada batalla de las ideas.

El punto lo hizo el influyente diputado frenteamplista Gonzalo Winter, uno de los fundadores de Convergencia Social, el mismo partido del gobernante. “Hemos fallado en nuestro rol de dar una disputa ideológica”, dijo el parlamentario, al dar cuenta de las dificultades que el gobierno y sus alianzas han encontrado en materializar sus reformas dada la posición de minoría que tienen en el Congreso. “En la búsqueda de acuerdos, ha parecido que lo que empuja este gobierno no es la justicia social, sino el acuerdo mismo”, explicó Winter para graficar cómo los proyectos de transformación quedan bloqueados por la derecha o sufren tal magnitud de cambios que son irreconocibles en su resultado final.

Reproches y aplausos recibió el abogado que probablemente se transforme en el presidente del partido unificado que surja de un plebiscito que realizará el Frente Amplio este fin de semana para avanzar en la fusión de Convergencia Social, Revolución Democrática, Comunes y Plataforma Socialista, las cuatro organizaciones que componen la coalición.

Pero no se trata solo del proceso del proyecto unificador. El nudo de la crítica de Winter apunta a los déficits comunicacionales para explicar las reformas, la búsqueda de ganar el sentido común de las mismas y de poner sobre el escenario la obstrucción derechista que usa sin complejos su mayoría parlamentaria. El debate de fondo viene desde hace justo un año, cuando en marzo de 2023 la derecha impidió la “idea de legislar” el proyecto de reforma tributaria que entregaría los recursos para financiar las mejoras en el sistema de salud y elevar las capacidades del Estado para combatir la criminalidad. Fue una derrota dura y compleja, por lo que el gobierno de Boric tuvo que modificar el proyecto y durante todo el año buscar el acuerdo de la oposición para reponer ahora un “pacto fiscal” luego de cumplirse un año de su rechazo.

“En el segundo tiempo del gobierno los partidos oficialistas tenemos que ir a dar la disputa de las ideas y el gobierno también tiene que asumir un rol en la disputa de las ideas, porque si no va a perder todo”, precisó el congresista en una rueda de prensa para explicar y reiterar su postura ante una andanada de críticas de la derecha y algunos sectores socialdemócratas que vieron en sus palabras una arremetida contra el gobierno.

El gobierno “debe asumir un rol más importante en transmitirle a la ciudadanía cuál es su visión de mundo y por qué esa visión perfecciona la democracia y permite el desarrollo”, dijo Winter, quien sostiene que el silencio del gobierno y las fuerzas transformadoras arriesga el éxito del proyecto de izquierda, al perder apoyo social y cultural. Su preocupación está focalizada en la reforma del sistema de pensiones que está en debate desde hace quince años en el Congreso y que podría ser votado este mes, con una serie de cambios que el gobierno ha tenido que introducir para buscar el acuerdo de la derecha y su aprobación. Lo mismo sucede con el pacto fiscal.

En respuesta al alcalde de la populosa comuna de Maipú, Tomás Vodanovic (militante de Revolución democrática), que dijo que “hay que dejar atrás los simbolismos” para enfatizar la gestión, Winter retrucó que “si la ciudadanía se convence de que los impuestos son un robo, la reforma tributaria se rechaza. Si la reforma tributaria se rechaza, no hay dinero para arreglar el centro de salud comunitaria de Maipú. La batalla de las ideas es práctica. Tiene un contenido estrictamente tangible. Si la ciudadanía se convence de que el Fondo Solidario es un robo, no hay alza de pensiones para los adultos mayores de Maipú. Este no es un tema de simbolismos. Ganar la batalla de las ideas permite que los niños de Maipú vayan al colegio, que los carabineros de Maipú tengan autos blindados y que los adultos mayores de Maipú tengan pensiones dignas”.

El parlamentario indicó que las empresas que administran las pensiones mantienen millonarias campañas en los medios de comunicación para convencer a la ciudadanía que la reforma al sistema de jubilaciones no debe prosperar. “La derecha hoy propone subir las pensiones, pero en el año 2070, cuando ellos no estén. A ellos (los trabajadores y cotizantes) se les tiene que dar una respuesta. Si no les damos una respuesta, estaremos incubando un malestar que muchos creen que terminó. El proceso constituyente terminó, pero el malestar que nos llevó a un proceso constituyente no ha terminado”, enfatizó parlamentario.

“Algunos me han dicho que las batallas ideológicas no le cambian la vida a la gente. ¿Cómo no le van a cambiar la vida a la gente? Si la derecha sigue insistiendo en que todo impuesto es un robo, si toda la sociedad cree eso, entonces no vas a sacar una reforma tributaria y no hay plata para las viviendas en Quilpué o en Viña (comunas afectadas por incendios), no hay plata para los consultorios de salud ni para las listas de espera (para atención médica). Algunas personas creen que las discusiones de ideas solo se dan cada cuatro años en las elecciones y de ahí se mantiene estático. Hoy el debate de ideas es todos los días”, añadió Winter.

Un momento cúlmine de la lucha ideológica ocurrió en los procesos constituyentes, en particular en el primero, cuando la izquierda, aunque dispersa, tenía mayoría. Ese tramo del proceso terminó con la derrota de la izquierda. El revés se repitió en el proceso siguiente, cuando la ultraderecha consiguió una mayoría en alianza con la derecha tradicional. Fue un momento de repliegue, donde la batalla de las ideas de la izquierda sufrió un notorio retroceso. Pero el proyecto constitucional de la extrema derecha también fue derrotado en el plebiscito de diciembre pasado, por lo que se abrió un nuevo espacio para avanzar en las reformas propuestas por el gobierno, pero —dice Winter— ellas deben ser ganadas en la sociedad. Por ello, la batalla de las ideas vuelve a reaparecer y ponerse sobre el tablero.


Madrid –

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