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30 libros para entender el conflicto entre Palestina e Israel

El elemento fundamental que propicia la propuesta de estos materiales de alta calidad intelectual radica en la inverosímil cesura que corre entre las palabras y la cosas en las denominada sociedades democráticas europeas y occidentales


0. Esta propuesta de lectura, recortada de modo idiosincrático del abrumador volumen de excelentes trabajos producidos por la inteligencia crítica sobre la situación de Palestina/Israel durante el último medio siglo, pretende ofrecer puntos de referencia sólidos y útiles para construir descripciones objetivas de la situación existente en Palestina/Israel en el momento presente en el que asistimos a formas de comportamiento militar por parte de Israel, tras la brutal incursión militar de Hamás en territorio israelí el pasado 7 de octubre y el asesinato de en torno a 1400 ciudadanos israelíes, el secuestro de varios cientos y la destrucción de infraestructuras, más próximas al comportamiento de las autoridades nazis en el frente oriental (vid. Jeff Rutherford, Alex, J. Kay y David Stahel, Nazi Policy on the Eastern Front, 1941: Total War, Genocide, and Radicalization, 2014; Raul Hilberg, The Destruction of the European Jews, 2003, 3 vols.; ed. cast.: La destrucción de los judíos europeos, Madrid, 2005, editado y publicado por quien esto escribe en Ediciones Akal dentro de la colección «Cuestiones de antagonismo») que a la reacción mesurada de un Estado democrático agredido de forma puntal, que responde con medidas de policía y ajusta su comportamiento más o menos escrupulosamente al derecho internacional vigente y a las convenciones y tratados internacionales específicos aplicables a los hechos pertinentes. Estos materiales bibliográficos propuestos permiten elaborar, en sus diversas posibles combinaciones e itinerarios de lectura, conceptualizaciones originales sobre la experiencia colonial del Estado de Israel y sobre las trágicas consecuencias que de ello se han derivado desde 1948, ligadas inexorablemente a la rigidez de las opciones geopolíticas impuestas por la lógica del sistema-mundo capitalista y su potencia hegemónica, y cuya última precipitación es lo acaecido durante las últimas tres semanas, que viene a condensar siete décadas de proyecto colonial y de sojuzgamiento cada vez más violento del pueblo palestino.

El elemento fundamental que propicia la propuesta de estos materiales de alta calidad intelectual radica en la inverosímil cesura que corre entre las palabras y la cosas en las denominada sociedades democráticas europeas y occidentales, esto es, entre la producción de posverdad por parte de los dispositivos de producción de ideología y de producción discursiva de las clases y elites dominantes y la contundencia de los hechos y de las consecuencias que su imposición acarrea objetivamente sobre los sujetos sociales atrapados en tal mecanismo de distorsión de realidad, que es por supuesto un instrumento político de envergadura utilizado por las primeras para prolongar el funcionamiento y los efectos de un sistema de dominación, todavía controlado por las potencias occidentales dirigidas por la potencia hegemónica estadounidense, que se encamina a su propia implosión autoritaria y bestial, si no se verifican luchas y procesos de constitución política en el campo político de la izquierda de una envergadura conmensurable a la violencia desplegada por aquellas, concebidos ambos a escala regional y global y dotados de una unidad de propósito no vista desde los tiempos clásicos de movimiento obrero y las grandes revoluciones proletarias o desde la onda de los procesos de descolonización o, a otra escala infinitamente más modesta en su impacto antisistémico, no vista desde el reciente movimiento antiglobalización o la última onda de luchas feministas y antirracistas multiplicados todos ellos en el mejor de los casos por la urgencia de los actuales diseños globales de las clases propietarias mundiales.  

1. Lo sucedido en la Franja de Gaza durante las tres últimas semanas, que es un epítome condensado de lo sucedido en la región y en Palestina /Israel durante las últimas siete décadas, es paradigmático de este funcionamiento de la posverdad producida por los dispositivos de producción ideológica de las actuales clases y elites dominantes, que en esta coyuntura operan en los países occidentales gracias al funcionamiento de establishments mediáticos absolutamente homogéneos y homologables entre sí por la idéntica calidad y composición del producto discursivo elaborado y por la voluntad férrea de normalizar los discursos públicos con un nivel de altísima violencia intelectual respecto a la lectura concreta de los acontecimientos considerados en su facticidad objetiva. El grado de esta homogeneidad mediática y política es conmensurable con la violencia impuesta por su descripción de los hechos y con la insostenibilidad de un análisis racional de la producción histórico-estructural de los mismos. Esta violencia a su vez es el síntoma inequívoco del agotamiento de la forma democrática tal y como se ha construido durante el fordismo para garantizar la dominación de clase, el poder colonial y el orden del capitalismo histórico en esta precisa coyuntura histórica, que es crítica para su regularidad sistémica, porque su funcionamiento se acerca peligrosamente de modo asintótico a las condiciones de insostenibilidad, caos y destrucción producidas por el mismo. Además, este dispositivo de producción de ideología dominante, que ahora denominamos posverdad, opera de acuerdo con este régimen de producción de verdad, porque la actual composición de clase de la fuerza de trabajo explotada actualmente en los circuitos del capital global percibe con absoluta nitidez, capacidad analítica y sobreexceso de recursos intelectuales, profesionales y teóricos la abismal distancia existente entre las palabras del discurso dominante (sobre Gaza) y las cosas de la brutalidad de la dominación de clase impuesta por las clases dominante (sobre la población palestina, sobre las fuerzas de trabajo globales), que tan solo necesita desde el punto de vista de los dominados la construcción política de los instrumentos políticos para medir y colmar tal distancia abismal entre las palabras y las cosas, que para desgracia de las clases y las elites dominantes cada vez convergen de modo más inexorable por la pura facticidad de los hechos sistémicos, que estas pretenden colmar por otra parte con niveles de violencia cada vez más inauditos y con una enorme capacidad de destrucción que por sí mismos reducen de modo pasmosamente rápido tal distancia colocando la nuda violencia (sobre el territorio y la población de Gaza) de clase en el centro de la constitución política de las sociedades actuales y precipitando, pues, momentos y acontecimientos políticos de enorme intensidad en los años por venir. Este dispositivo ideológico (sobre los sucedido en la Franja de Gaza y por ende en Cisjordania) opera, pues, mediante la sustracción de determinados elementos estructurales que producen sistémicamente una situación o un acontecimiento político para después distorsionar el tiempo histórico y las diversas temporalidades que lo producen y lo convierten en acontecimiento o coyuntura presente, todo ello efectuado de acuerdo en la totalidad de los casos con la lectura más próxima a la exacerbación de las condiciones de dominación y a los diseños hegemónicos de las clases dominantes (israelíes, estadounidense y europeas), que colocan tal problemática en una senda de comportamiento que tan solo puede agravar irremediablemente todos los vectores y tendencias de la misma y por ende incrementar su alcance y su impacto destructivo sobre las clases, grupos, ecosistemas o procesos sociales mas desfavorecidos y privados de capital económico, político, cultural, intelectual, simbólico, religioso o geopolítico (como sucede con la población palestina y con la población árabe israelí) que se enfrentan y se oponen a cotas cada vez más inverosímiles de violencia y destrucción. El funcionamiento de este dispositivo de producción de ideología dominante produce hoy, dada la composición de clase actual y su enorme potencial de antagonismo constituyente a escala global, posverdad.

2. En todas la crisis mayores de las últimas dos décadas este dispositivo de producción de posverdad y su mecanismo epistémico, discursivo e ideológico han operado de modo cada vez más intenso y por ende más brutal, cuyo paroxismo encontramos estas semanas en la situación desencadenada en la Franja de Gaza tras la incursión de Hamás en territorio israelí el pasado 7 de octubre, situación que opera realmente como corolario colosal de la tendencia de funcionamiento y de explicitación de la violencia del actual sistema-mundo capitalista, de los sistemas políticos occidentales dichos nacionales y del (des)orden geopolítico que estos sostienen doméstica y globalmente bajo la égida de la potencia hegemónica estadounidense. De modo en absoluto sorprendente, la ferocidad de la construcción mediática e ideológica de la respuesta militar occidental a la incursión efectuada por Hamás el 7 de octubre –que resulta insignificante en términos de violencia estructural y física, pero toda la piedad, respeto y dignidad por las víctimas israelíes inocentes de la misma, si se compara con las intervenciones occidentales en la zona desde, por acotar el radio de referencia, la Guerra irano-iraquí de 1980-1988, la Guerra de Iraq de 2003-2011, los conflictos bélicos en curso desencadenados en Siria, en Libia y en Yemen desde 2011, la resolución de la primavera árabe en Egipto, en Túnez y en los países del Golfo y la exacerbación de la situación colonial en la propia Palestina/Israel– es el correlato de la violencia epistémica impuesta para explicar las crisis sistémicas experimentadas por el capitalismo durante el último cuarto de siglo y la constatación inequívoca de que el sistema-mundo capitalista y a efectos de nuestro análisis el actual régimen de posverdad y sus consecuencias materiales se encaminan con certeza absoluta a cotas de violencia explícita cada vez mayores, más destructivas y más irrestrictamente criminales respecto a las clases y grupos más indefensos en términos de la nuda vida, respecto a la desposesión y pérdida de derechos fundamentales allí donde han logrado imponerse constitucionalmente y respecto a destrucción de la naturaleza y de la totalidad de sus macroequilibrios ecosistémicos a escala global y planetaria con total independencia de los efectos que esta destrucción pueda acarrear sobre los grupos y clases más objetivamente expuestos a su deterioro tal vez irreversible.

2.1. Así, la crisis financiera sistémica de 2008 y su comprensión se construyó de acuerdo con este régimen de posverdad de construcción de la realidad y por ende de incremento exponencial de la violencia polivalente del sistema-mundo capitalista únicamente como un desarreglo parcial del régimen de acumulación de capital y concretamente de su sistema financiero, cuya lógica devastadora no debía en absoluto ligarse al funcionamiento sistémico de la economía-mundo capitalista y del capitalismo como sistema histórico, ni evaluarse la misma respecto al impacto devastador causado sobre las economías, las clases y los grupos dominados, a la calidad democrática del Estado, al debilitamiento de los derechos constitucionales, a la precipitación de las extremas derechas más repugnantes en el corazón de los sistemas políticos occidentales y al incremento del autoritarismo, la guerra y la ulterior intensificación del desarreglo climático. Y en el seno de Europa, ¿qué decir del caso griego, del tratamiento de Grecia y de sus clases trabajadoras en el curso de la crisis financiera de 2008? Las palabras del respeto de los Tratados y del Pacto de Estabilidad presentados como criterio último de reproducción social, incumplidas avant la lettre por los agentes privados del sector financiero que gestionaron los flujos financieros y monetarios y la contabilidad pública griegos y que provocaron la crisis, así como por las clases dominantes y las elites políticas domésticas que llevaron al país de la mano de la Comisión Europea al modelo neoliberal impuesto por la Unión Europea, produce un ruido chirriante con las cosas de lo sucedido en este país a raíz de la crisis de 2008, porque el caso griego no existe como caso desaforado de una pésima praxis de gobierno de la Unión Europea trasmutada en castigo ejemplar de todo aquel que no acepte la violencia neoliberal impuesta por el establishment europeo en violación de todo modelo de resolución pactada o al menos ponderada de una situación de crisis complicada en un espacio político democrático, lo cual pone en tela de juicio no solo la governance autoritaria derivada de los protocolos de la Unión Europea, sino el modelo de imponer la violencia de clase sobre una formación social determinada en la medida que las instituciones europeas actúan sobre esta, en un perfecto ejemplo de ejercicio sistémico del poder de clase, al margen de todo vínculo constitucional soberano, que no solo interviene en la governance digamos tecnocrática del Estado vía el acquis communautaire y la práctica de la Comisión Europea y de las instituciones europeas, sino que conculca explícita y agresivamente la voluntad popular expresada vía referéndum por el pueblo griego, que no quiere ser castigado por el comportamiento de las clases y elites dominantes locales, supranacionales y transnacionales, que se permiten además el lujo de involucrar en esta intervención política a una institución monetaria por definición no electa (BCE) y a un organismo regulador de la disciplina impuesta por el capital global (FMI) en la economía-mundo capitalista. Las palabras del Pacto de Estabilidad, de los Tratados europeos y del comportamiento de los sistemas políticos democráticos nacionales, que supuestamente siguen la senda de la modernidad europea van a contrapelo de  las cosas del ajuste estructural en virtud del cual resulta racional que el PIB griego caiga el 28 por 100 entre 2008 y 2016, que hoy su economía sea todavía el 20 por 100 inferior al nivel alcanzado por la misma en 2007, que los servicios públicos se hallen en una situación de devastación tan absurda como alarmante, que la población sea hoy más pobre que hace quince años, que el pacto constitucional y el contenido democrático de la formación social griega se halle tocado en el corazón y que medio millón de ciudadanos hayan abandonado entretanto el país. La verdad de la dominación debe ser la posverdad de la adaptación eficiente al paradigma neoliberal o ahora posneoliberal como supremo ejercicio democrático impuesto a la vista de todos con unas dosis de violencia realmente inauditas. Las palabras de la posverdad deben suprimir las cosas de la dominación y la destrucción material más atroz de los derechos y las libertades constitucionales fundamentales.

2.2. Igualmente, la crisis sistémica de la pandemia/sindemia de 2020 se construyó como un desgraciado episodio de zoonosis producto del imparable proceso de modernización de China, que camina en la dirección justa absorbida por la enorme potencia del capitalismo global, cuyas elites planifican entre otras muestras de sagacidad estratégica la multiplicación del tráfico marítimo global entre el 240-1209 por 100 para 2050, mientras las clases dominantes globales y los sistemas políticos dichos nacionales no implementan conjunto alguno de políticas estructurales coherentes para detener la destrucción de biomas, ecosistemas y procesos ecosistémicos primordiales al tiempo que exacerban todas las tensiones geopolíticas que corren literalmente en el sentido contrario de la geopolítica de la cooperación social del trabajo vivo, que podría revertir el funcionamiento del sistema-mundo capitalista y por ende la presión estructural que este impone sobre todas y cada una de las formas Estado y sobre todas y cada una de las economías políticas constitutivas del sistema internacional de Estados y de la economía-mundo capitalista, generando así un macroeconomía del caos y de la destrucción tanto de los equilibrios ecosistémicos como de los comportamientos de las diversas formas Estado y de sus sistemas políticos y de partidos que tal estrategia global provoca, como ahora se pone abyectamente de manifiesto en el minúsculo territorio de la Franja de Gaza con una ferocidad sin nombre.

2.3. E igualmente acontece con la siguiente crisis sistémica derivada de la guerra desatada en Ucrania por Estados Unidos contra Europa, Rusia y Chinaen 2022, que es construida por el actual régimen de posverdad en el que opera la producción de ideología dominante como el desastre producido por un acto de agresión unilateral por parte de Rusia o, mejor, por parte de un hombre solo preso de sus propios delirios y de sus propios fantasmas de omnipotencia contra un vecino apacible inserto en una comunidad internacional pacificada y neutralizada hasta esa fecha por la globalización y las ventajas comparativas propiciadas por el comercio justo entre naciones independiente, razonamiento, por su parte, realmente idéntico mutatis mutandis al insulso y lerdo tropo de la administración de un país –o de una economía regional o global a la postre– de acuerdo con el legendario modelo del ama de casa suaba de merkeliana memoria tan querido de la derecha más analfabeta, lerda y cerril. No existe en el discurso ideológico y mediático mainstream sobre la guerra de Ucrania espacio alguno para la política de potencia, las necesidades geopolíticas de la potencia hegemónica estadounidense, la crisis sistémica del capitalismo como sistema histórico, los problemas derivados de la producción y realización negativa de valor y la voracidad militar de las potencias occidentales y su vis violenta y destructiva históricamente aquilatada y su obvia estrategia de debilitar estructuralmente a Rusia en el marco de planes fantasmáticos de reeditar otro new american century sin modificar estructural y geopolíticamente los fundamentos políticos, económicos, energéticos y constitucionales del intentando durante el largo siglo XX, cuyos resultados y consecuencias están hoy a la vista de todos, para relanzar esta vez en clave hiperdemocrática y a escala verdaderamente global el sueño geopolítico americano, una vez suprimido el fardo incómodo y perturbador de la presencia dela Unión Soviética y el fastidio del funcionamiento constitucional de los sistemas democráticos fordistas y desarrollistas, cuyos prometedores prolegómenos se hallan atravesado de parte a parte por la guerra, la violencia, la destrucción y barbarie amplia y puntualmente documentada desde 1990 en adelante. Mientras, el vacío entre las palabras de la posverdad y las cosas del sistema-mundo capitalista produce decenas de miles de muertos en el corazón de Europa, cuyo computo por ambos bandos no se prodiga en los medios, destruye un país y su infraestructura social más básica, así como las infraestructuras comunes más ambiciosas (Zaporiyia, Nordstream 1 y 2, Nova Kakhovka), degrada el funcionamiento democrático de Ucrania y de la Unión Europea hasta niveles inimaginables, así como el de los sistemas políticos de cada uno de sus Estados-miembro, degradación que se hace manifiesta con una intensidad todavía mayor que la registrada en las crisis sistémicas mencionadas (2008, 2020, 2022) en lo sucedido durante estas semanas de fuego y sangre en la Franja de Gaza, situación que desnuda sin piedad la governance, el modelo y la sustancia reaccionaria de Unión Europea y del denominado «proyecto europeo», al tiempo que convierte el debate democrático en un recinto acotado de problemas de medio rango que jamás pueden abordar las cuestiones sustantivas de la moneda, la guerra, la inversión del excedente acumulado, las opciones geopolíticas y los derechos fundamentales y, por consiguiente, los resortes básicos de la reproducción social, cuando en esta coyuntura esta consiste en el despliegue del caos y la catástrofe, como de nuevo la crisis palestino/israelí pone trágica y solemnemente en terrible evidencia.

3. Y de nuevo idénticamente, con la regularidad estructural digna de un mecanismo complejo característico de la dominación de clase en las sociedades capitalistas actuales, el dispositivo ideológico del actual régimen de posverdad impone de nuevo sobre los acontecimientos desencadenados en la Franja de Gaza a partir de los hechos del 7 de octubre esa distancia abismal entre (1) las palabras de la banalidad del bien del opresor y de su brutalidad extrema y de la trascendencia de la maldad ontológica del oprimido y de la impostura absoluta de su misma existencia en la consideración de aquel y de la comunidad política y estatal que lo constituye, que es simultánea e inescindiblemente la israelí y la occidental en su mutua constitución recíproca; y (2) las cosas de la lógica de la dominación multidimensional sobre una formación social, la palestina en este caso, y sobre el proceso de su reproducción social, así como las cosas de la lógica de las relaciones de poder brutales que Israel, Estados Unidos, la Unión Europea y los países occidentales en general consideran pertinentes aplicar sobre esta formación social y su población en la tercera década del siglo XXI.

Que sea posible efectuar real y socialmente la enunciación de estas palabras por parte de la práctica totalidad de las forma Estado y medios de comunicación europeos y occidentales sobre lo ocurrido en Gaza como consecuencia de la respuesta defensiva del Estado democrático de Israel tras el ataque de Hamás perpetrado el 7 de octubre supone que este proceso enunciativo reproduce la inmensa violencia material ejercida en las cosas de la dominación colonial de Palestina en el proceso mismo de la enunciación ideológica y discursiva de las palabras pronunciadas por Israel, por los dispositivos mediáticos y por los gobiernos occidentales, violencia que se impone a su vez sobre los correspondientes sistemas políticos y mediáticos nacionales occidentales y a fortiori mundiales para que sea posible efectuar estos actos de enunciación con la certidumbre que producen un discurso coherente dotado de una tal performatividad que el agresor puede permitirse el lujo de dictar o de pretender dictar la conciencia moral de los Estados y de sus sistemas de partidos, de bloquear el funcionamiento  de las opiniones públicas del mundo y de suspender el funcionamiento de los sistemas políticos constitucionales democráticos vía el comportamiento indigno, inmoral y abyecto de sus elites y clases dirigentes demostrado desde el pasado 7 de octubre, que tiene y va a tener consecuencias inmensas sobre la naturaleza de estos sistemas políticos y sobre su relación con la actual crisis sistémica del capitalismo histórico a la que se halla ligada también la actual agresión a Gaza. Únicamente una violencia de una escala grotesca por lo inhumana como la ejercida por Israel sobre el pueblo palestino, similar mutatis mutandis a la empleada por Estados Unidos en Vietnam contra un pueblo agrícola, desindustrializado y poco urbanizado, esto es, una violencia ejercida por la potencia colonial que se enseñorea con tal dominio apabullante sobre el pueblo oprimido bestialmente y que al mismo tiempo pretende desplegar sobre las opiniones públicas y los sistemas políticos occidentales un enseñoramiento tal que estos deben reproducir las mismas palabras del opresor ante la enormidad de las cosas que acontecen a la vista de todos sobre el oprimido puede garantizar que ambas violencias funcionen correctamente en el registro de lo fáctico de la dominación material y en lo discursivo de la producción ideológica. Este doble funcionamiento de la violencia material y simbólica es una cualidad política crucial de los actuales sistemas políticos dichos democráticos occidentales y a fortiori una característica primordial de la crisis política de la posible constitución democrática de las formaciones sociales constituidas en el seno del capitalismo como sistema histórico preso de una profundísima crisis sistémica en esta precisa coyuntura, y constituye un dato primordial para conceptualizar y organizar el nuevo campo político de la izquierda susceptible de enfrentarse exitosamente a esta modalidades violentísimas de ejercicio de la dominación y del poder clase. Y esta violencia desmesurada ejercida sobre el pueblo palestino, que pretende reproducirse sobre las opiniones públicas y sobre los sistemas políticos nacionales a escala global, pero especialmente europeos, atrapados en una supuesta deuda histórica trascendental con el denominado pueblo judío impermeable al análisis concreto de la situación concreta, que reproduce la negación de la violencia como el contenido mismo de la verdad ante la inmediatez apabullante de su ejercicio de modo bestial en Palestina, solo puede funcionar epistémica y políticamente si se trata de la misma violencia que el sistema-mundo capitalista ejerce y promete ejercer sobre el conjunto de la reproducción social de cada una de las n-formaciones sociales que lo integran y en realidad sobre las clases dominadas que las constituyen y se reproducen en el seno de las mismas y además si se trata de la misma violencia que los sistemas políticos ejercen y prometen ejercer democráticamente sobre las esas clases dominadas dichas nacionales mediante la minuciosa destrucción de las condiciones democráticas de reproducción de sus derechos constitucionales fundamentales y mediante la abolición de cualquier perspectiva de que la existencia y garantía de estos puedan ser algún día una realidad estructural para las inmensas mayorías, así como mediante la destrucción de toda opción política susceptible de destruir una determinada situación de opresión que las clases dominantes y las elites políticas occidentales consideren fuera de discusión por su supremacismo bestial, sea este el derecho a organizar raves al lado de un bantustán, el derecho a exterminar a quien ocupa una tierra que debía haber estado vacía para cumplir el propio designio nacional o imperial, la destrucción de la vida ligada a los flujos migratorios, porque la riqueza acumulada jamás será compartida con la infinita multitud de los desposeídos y los condenados de la tierra o la decisión psicopática de destruir las mismísimas condiciones ecosistémicas en las que se reproduce la vida de la inmensa mayoría pobre del planeta, decisión esta que en última instancia, como sucede en el caso del denominado conflicto en torno a Palestina/Israel, indica la voluntad y la decisión de las actuales clases dominantes occidentales y de sus clases dirigentes de destruir la propia propiedad antes de permitir que nadie racionalice su uso, aunque el escorpión perezca irremediablemente con la rana.

3.1. Así pues, la distorsión de las condiciones de habla de la bestialización del sistema-mundo capitalista que afirma la racionalidad y necesidad de la violencia más brutal y sistémica como contenido mismo de los sistemas democráticos y liberales se ha convertido en la sustancia misma de los sistemas políticos occidentales actuales y de sus instituciones, así como de sus sistemas mediáticos y de sus clases dirigentes producidas por los respectivos sistemas de partidos, lo cual explica que ambos sistemas, el político y el mediático, pueden enunciar los discursos oídos y escritos por los medios europeos y a la postre occidentales mainstream desde el pasado 7 de octubre, como de facto los oídos y enunciados desde la invasión rusa de Ucrania al hilo de la guerra estadounidense contra Europa, Rusia y China el 22 de febrero de 2022, o por lo demás, lo escrito, dicho y hecho por los establishments políticos, económicos y mediáticos occidentales y prooccidentales controlados al alimón por las respectivas clases dominantes locales y globales sobre las causas, fundamentos, políticas y vía de salida de la crisis ecosistémica actual, del calentamiento y global y de sus efectos multidimensionales, procesos todos ellos –económicos, financieros, monetarios y ecosistémicos– en curso de rápida aproximación a la asíntota de su curva de catástrofe. O, por lo demás, para afrontar las crisis que corren de la destrucción de la Franja de Gaza a la destrucción de Ucrania, de la liquidación de los derechos humanos más elementales de las poblaciones del Sur global al ataque frontal de los derechos constitucionales impuestos al nazismo, al fascismo y a un modelo de capitalismo brutal y colonial tras la Segunda Guerra Mundial, de la destrucción irreversible de los ecosistemas, los biomas y las especies a la intensificación de las actividades financieras, bancarias, legales y administrativas que la hacen posible y la acrecientan a todas las escalas de la reproducción social dicha nacional o subnacional.

Igualmente, que esa violencia brutal y sistémica se haya convertido en la sustancia misma de los sistemas políticos occidentales actuales y de sus instituciones, así como de sus sistemas mediáticos y de sus clases dirigentes, explica que los sujetos sociales o políticos que osan decir de la ocupación israelí, que es el tema que nos ocupa, que el rey no solo está desnudo sino que tiene las manos y el cuerpo totalmente manchados y embadurnados de sangre sean acreedores de un odio ilimitado y que tal observación obvia se disipe en la mezcla más abyecta de frivolidad y bestialidad como las mostradas por las cancillerías occidentales, los gobiernos europeos y las más altas magistraturas de la Unión Europea y de Estados Unidos como demuestra el espectáculo de von der Leyen, Scholz, Macron, Sunak y Biden corriendo a Tel Aviv para leer de modo tan grotesco la situación, para tolerar y azuzar el genocidio, para contribuir de modo inestimable a la producción de posverdad y para recordar a sus respectivas constiuencies que las clases dominantes actuales y sus respectivas clases políticas dirigentes, todas ellas orgullosamente nacionales, ven el mundo así, que contemplan las situaciones de dominación realmente existentes, la palestina en este caso contemplada desde los acontecimientos del 7 de octubre y lo sucedido desde entonces, de este modo y que han sacado las conclusiones pertinentes tras lo sucedido para actuar de la forma en la que lo están haciendo y para comportarse como se están comportando estos días respecto a la situación creada en Gaza, y que entienden además que la descripción y gestión de las situaciones, problemas y acontecimientos políticos que se producen o pueden producirse en su esfera de acción y competencia deben resolverse eventualmente mutatis mutandis de esta manera y siguiendo estos protocolos y que en estos días de fuego y sangre contra una minúscula área de Palestina/Israel se está poniendo en evidencia que esta es su decisión y que es firme su resolución para resolver los respectivos problemas locales como se están resolviendo los surgidos en la Franja durante los últimas semanas, durante los últimos años. Ese odio de los sistemas políticos y mediáticos europeos y occidentales contra quien indique discrepancia alguna entre las palabras democráticas y las cosas de la dominación se replica idénticamente, por otro lado, contra quienes han indicado e indican que la guerra de Estados Unidos librada en Ucrania contra Rusia, la Unión Europea y China es un juego más complejo que la agresión unilateral de un hombre solo ahíto de poder y rencor imperial y que detrás de yergue un juego geopolítico bastardo e insostenible jugado por un loco hegemónico en posesión de una pistola.

Las clases y elites dominantes occidentales quieren comunicar también a sus subalternos que a la hora de tomar sus decisiones lo hacen conscientemente mediante la sustracción, en nuestro caso respecto al derecho de Israel a defenderse, de toda la eficacia y realidad de la situación estructural de violencia que genera violencia, así como de las consecuencias de los actos del sujeto agresor que puede obrar al margen de toda restricción como hicieron los atenienses ante los melios o los estadounidenses ante los vietnamitas, esto es, del modo más arbitrario, brutal y gratuito a la hora de imponer sus condiciones de violencia y de paz, pero conviene no olvidar que la paz es la continuación de la violencia por otros medios en esta coyuntura de acuerdo con la concepción política de las clases dominantes y de los sistemas políticos democráticos actuales y conviene sobre todo no olvidarlo para construir el campo político de la izquierda en el momento presente. El derecho a defenderse de un Estado nuclear dotado de fuerzas convencionales de una enorme envergadura y de un colosal poder militar letal, que ocupa el decimoquinto puesto en concepto del volumen de gasto militar anual de acuerdo con la información elaborada por el SIPRI en su anuario correspondiente al ejercicio de 2023, tras unos hechos atroces perpetrados por una vanguardia armada surgida de una situación estructural de brutalidad inconmensurable prolongada durante décadas ante la más absoluta indiferencia, complicidad y abandono de los sistemas políticos occidentales, se convierte en el principio absoluto de comportamiento y como tal es aceptado prácticamente por la totalidad de los sistemas políticos y de partidos de las democracias occidentales, así como por la práctica totalidad de las denominadas opiniones públicas correspondientes, esto es, de los conglomerados oligárquicos que manufacturan el consentimiento en la reproducción de las formaciones sociales organizadas por la matriz sistémica del capitalismo histórico en este preciso momento de comportamiento del ciclo sistémico de acumulación de capital estadounidense.

3.2. La brutalidad e irracionalidad de la respuesta occidental, porque el Estado de Israel no puede actuar sin la luz verde geoestratégica dada por Washington y sin eliminar absolutamente el riesgo de perder el consenso colonial prestado por la Unión Europea, es, por otro lado, el envés de la degradación de los sistemas políticos occidentales, encaminados al debilitamiento de su contenido democrático o a la extirpación del mismo respecto de las decisiones fundamentales que afectan a las condiciones mismas de reproducción y de vida de las clases dominadas entre las que se encuentra in toto la población palestina en el concreto desenvolvimiento de su producción histórica colonial como fuerza de trabajo hiperexplotada y como colectividad expropiada de la totalidad de sus recursos en beneficio de la reproducción de la polity israelí y de sus procesos de acumulación de capital y en pro de la obtención de la correspondiente renta geopolítica abonada puntualmente por la potencia estadounidense. Existe, no obstante, dejando de lado la diáspora, una elite palestina corrupta y agiotista, que cabalga desde hace décadas el conflicto y sus consecuencias anidada en la actual composición y estructura de la denominada Autoridad Palestina, que es básicamente una fuerza auxiliar de gestión de la ocupación israelí en Cisjordania y previamente hasta 2007 en Gaza, hecho que explica la preeminencia desde entonces de Hamás en la Franja y las vicisitudes políticas que siguieron a tal realidad impuesta sobre la misma, y que ahora podría reactivar tentaciones de ampliar esa función auxiliar a la misms reconstituida baja una nueva administración colonial israelí.

Las formas de enunciación del dicho conflicto palestino-israelí por parte de las elites y clases dirigentes políticas europeas se halla ligada también a su proceso de constitución como tales, que deriva en primer lugar de su incapacidad para sustraerse a las formas de hegemonía impuestas por las clases dominantes occidentales y por ende por la potencia hegemónica estadounidense ante la crisis intratable generada por la rigidez, digamos, absoluta de la reproducción de la relaciones de producción capitalistas y por ende de los escenarios cada vez más peligrosos y autoritarios que se derivan de esta en la forma de las crisis geopolíticas actuales (Ucrania/Rusia/Eurasia, Oriente Próximo/Palestina/Israel, África/Libia/Sahel, China), que estas clases dirigente son incapaces no ya de gestionar, sino ni siquiera de comprender y enunciar y mucho menos de construir los objetos políticos adecuados para desencadenar los procesos cognitivos sociales masivos concebidos para democratizar potencialmente las posibles vías y sendas de su hipotética resolución, lo cual se evidencia de modo aplastante e inmediato en el caso de la actual crisis palestino/israelí y en las vergonzosa respuesta que ha dado el establishment político europeo durante las últimas tres semanas, más allá de las gradaciones y matices, que en el presente contexto equivalen simplemente a nada. Las elites políticas europeas –y en este caso resulta tentador utilizar un concepto tan cargado e inmanejable como el de cultura– se hallan atrapadas en el laberinto de su historia de antisemitismo y exterminio tanto de las minorías, la judía en primer lugar (Do you remember Hilberg, do you remmenber Anielewicz?), como de las clases dominadas y pobres autóctonas y coloniales, situación laberíntica ligada a las diversas constelaciones de dominación de clase y, por supuesto atravesada por una pereza intelectual absolutamente reaccionaria a la hora de analizar, procesar y reubicarse respecto a estas pautas de comportamiento destructivo contra los sujetos, grupos o clases colocadas históricamente en una situación de debilidad estructural, pereza que es producto neto de la degradación del contenido democrático de los sistemas políticos actuales, que reconecta el carácter cada más autoritario impuesto por estos durante el periodo neoliberal a las respectivas formaciones sociales dichas nacionales europeas (pero no solo) con la crisis de la forma democrática y a fortiori con el desacoplamiento cada vez mayor del comportamiento geopolítico de las clases dominantes europeas y occidentales de su tratamiento democrático por parte de estos sistemas políticos formalmente democráticos en una coyuntura histórica en la que la variable geopolítica constituye uno de los nervios del régimen de acumulación de capital defendido por las actuales clases dominantes occidentales y por la potencia hegemónica estadounidense  y, por consiguiente, de la reproducción de las formaciones sociales en la que se constituye el campo político tout court  actual, así como el campo político de la izquierda en particular.

3.3. Esta  pauta de sustracción del comportamiento geopolítico de las diversas formas Estado de las potencias hegemónica y regionales del rango de eficacia de los sistemas políticos realmente existentes se ha verificado con un automatismo y una homogeneidad realmente asombrosos y en un lapso de tiempo reducidísimo tanto en el caso de la guerra en Ucrania, concebida por la potencia estadounidense para redefinir los pesos geopolíticos relativos en el tablero euroasiático e inmediatamente para debilitar estructuralmente a Rusia y la Unión Europea, como en el caso de la guerra contra Palestina (pero también contra Irán, Iraq y Yemen), concebida para desestabilizar permanentemente la zona y controlar el eje petrolífero de Oriente Próximo y la proyección en el golfo Pérsico y en el Océano Índico.  En este sentido, y a modo de ilustración, ¿puede concebirse de otro modo que como un comportamiento criminal de lesa humanidad el activismo mostrado por Cameron, Sarkozy y Obama en su torpe cálculo geopolítico en el derrocamiento de Gadafi (impagable para comprender el entorno psicótico de estas elites políticas occidentales la descripción de este por la entonces Secretaria de Estado Hilary Clinton) y sobre todo en lo que estaba por venir tras el desenlace del mismo, escenario carente, como es habitual, de toda anticipación y planificación por parte de sus protagonistas de sus consecuencias, por definición problemáticas, las cuales se han manifestado de modo abracadabrante al hilo de los funestos efectos derivadas de la caída del líder libio para el país, para el Sahel, para los flujos migratorios y para la propia población libia y cuyo resultado más espeluznante, por así decir, que condensa de modo estremecedor como manejan estas elites políticas europeas y occidentales su concepto de geopolítica, ha sido la rotura de las presas de Derna, provocada fundamentalmente por la destrucción del Estado libio y la desintegración del mismo, con independencia de las condiciones climatológicas más o menos excepcionales de los días previos a la catástrofe y de la negligencia en el mantenimiento de estas infraestructuras esenciales ya en curso previsiblemente con anterioridad a 2011. La rotura de las presas de Derna ha causado más de 12.000 víctimas y una enorme destrucción social y ambiental, que ha pasado inadvertida (geo)políticamente en las esferas públicas occidentales y que en absoluto se ha conceptualizado como una inclemente reprobación de comportamientos intolerables y como síntoma de una brutalidad asesina inaceptable ínsita en el modo de funcionamiento de los sistemas políticos dichos democráticos y en las elites que los controlan y dirigen y en los que se juega por lo demás la política nacional de nuestras formaciones sociales y por ende las condiciones sistémicas de nuestra propia reproducción social. Y todo ello por no hablar del reguero de destrucción provocado por la Guerra de Iraq, que se injertaba a su vez en la Guerra irano-iraquí y la pluridecenal intervención en Afganistán, que son otra forma de decir genocidios a cámara lenta controlados por el supremacismo occidental y la bestialidad del sistema-mundo capitalista dejado a la voluntad irrestricta de las clases dominantes actuales en un periodo de bajo antagonismo político y de lucha de clases provisoriamente atenuada.

El próximo ciclo de lucha política colocará en el centro de acción política de clase las decisiones geopolíticas tomadas por las formas Estado controladas unilateralmente por estas clases dominantes, porque estas decisiones y sus resultados constituyen la palanca del continuo desastre que estas provocan ante su insuperable incapacidad de diseñar un nuevo modelo de ciclo sistémico de acumulación de capital a la altura de la crisis irreversible del capitalismo histórico. Lo sucedido en Gaza durante estas semanas define con toda precisión los contornos y la sustancia de este problema y de esta problemática para las clases dominadas y sus fuerzas antisistémicas en los años por venir.

3.4. Retornando al análisis del laberinto de la historia de antisemitismo y exterminio tanto de las minorías como de las clases dominadas y pobres (Do you remember the Guerras del Rif, 1911-1927?: 53.500 bajas españolas, 20.000 bajas francesas, 10.000 bajas rifeñas más el contingente de heridos, situación que en ese contexto histórico representaba una situación simplemente atroz por sus consecuencias corporales y sociales) característico de las clases dominantes occidentales y en especial europeas y estrechamente ligado a la actitud tomada por los sistemas políticos europeos y occidentales con lo que está aconteciendo en Gaza estos días, es obligatorio comenzar, sin ánimo alguno obviamente de agotar el tema, por el funcionamiento semiótico, discursivo y político del dispositivo cognitivo ligado al significante Holocausto y al significante antisemitismo tal y como han sido construidos durante las últimas digamos dos décadas, cuyo paupérrimo estatuto teórico, lógico y epistémico, objeto de una sobresaturación sobredeterminada por los contenidos más pobres, ralos y reaccionarios que puedan imaginarse no resiste un análisis racional serio y honesto intelectualmente y cuyos contornos y lógicas de uso no es posible efectuar en este texto, bastando con constatar en este momento la pura obviedad zafia de su funcionamiento conceptual para comprender los envites en juego en Palestina/Israel, la situación de las vetas auténticas de antisemitismo reaccionario por definición ligadas a la derecha extrema y la situación geopolítica del new american century y los dilemas a los que se enfrenta la potencia estadounidense . No obstante, la eficacia de los dispositivo cognitivos Holocausto y antisemitismo para ahogar todo tipo de discusión sobre la situación en Palestina/Israel y por ende sobre la composición y la catadura moral de las clases y elites dominantes occidentales y en nuestro caso europeas, complacidas en la prolongación del conflicto desde hace décadas, y de los sistemas políticos por ellas hegemonizados, se está mostrando en todo caso intelectualmente mortífera y socialmente realmente represiva, lo cual, además de hacer un flaco favor a la situación presente y futura del denominado pueblo judío, contribuye poderosamente a la degeneración de la esfera pública democrática y a la degradación del contenido democrático de los procesos de enunciación social de las relaciones de dominación realmente existentes tanto localmente, esto es, en los campos políticos nacionales europeos, siendo al respecto paradigmático el lazo tendido a Corbyn por todo un conjunto de fuerzas reaccionarias activas en el campo político británico, comenzando por el propio Partido Laborista de Starmer y toda la constelación de las organizaciones pro sionistas, como en el campo político global en torno a la (no) discusión democrática del contenido reaccionario de la geopolítica de la potencia hegemónica estadounidense y de la Unión Europea y sus paupérrimas estrategias geopolíticas nacionales relevantes, esto es, básicamente de Francia (Libia, Sahel, Siria) y Alemania (Balcanes, Europa Central y Oriental, Israel) y, excéntricamente, del Reino Unido y su dependencia y seguidismo acríticos y congénitos de las opciones impuestas por Estados Unidos.

3.5. ¿Qué nos dice, pues, la combinación tóxica de (1) la brutalidad irracional desplegada por el Estado de Israel contra la población civil de la Franja de Gaza tras el asesinato de 1400 ciudadanos por Hamás perpetrado en la situación de apartheid, politicidio y genocidio lento cometido por el primero en el enclave y en Cisjordania de modo cada vez más intenso desde la puesta en escena de los Acuerdos de Oslo (1994), celebrados por las potencias occidentales como el principio de resolución del conflicto a sabiendas de que ni siquiera en esa versión atenuada estos se cumplirían jamás, ni la dicha comunidad internacional haría nada por cumplirlos, lo cual fue cada vez más evidente a medida que de modo inmediato el Estado de Israel incumplía con sus políticas y sobre todo malograba irremediablemente su implementación con la modificación de la configuración espacial, territorial, medioambiental e infraestructural de Cisjordania y del resto del territorio israelí; (2) la aquiescencia, la complicidad activa y la enunciación sometida a un estricto régimen de posverdad de la situación sobre el terreno durante las últimas tres décadas en Palestina/Israel por parte de Estados Unidos y de la Unión Europea, esto es, de sus sistemas políticos y mediáticos mainstream; y (3) la reacción de los sistemas políticos y mediáticos occidentales (europeos en nuestro caso) ante la catástrofe provocada por el ataque del Estado israelí contra Gaza y su población a partir del 7 de octubre, absolutamente injustificable legal, política y moralmente incluso tras los muertos causado por la incursión mencionada de Hamás y el pretendido derecho a defenderse de Israel, cuya enunciación daría pie a un fascinante estudio jurídico-político del concepto,  porque si este país tiene derecho a defenderse, cómo se denomina, qué nombre jurídico tiene,  el derecho a la reacción del pueblo palestino tras los ataques mencionados para poner fin a la situación de ocupación, apartheid y politicidio impuesta por las potencias occidentales en Palestina/Israel durante las últimas digamos siete décadas? ¿Qué queda, en consecuencia, de la legitimidad del actual proyecto europeo, que ya presentaba un contenido autoritario, brutal, ciego y regresivo a lo largo de la trayectoria por él recorrida desde la aprobación del Tratado de Maastricht (1993) hasta el día de hoy, tras el comportamiento del sistema político de la Unión Europea y del apocamiento, cobardía y parcialidad insultante ante una brutalidad no denunciada y la celebración de un genocidio tan gratuito, innecesario como evitable para simplemente restaurar el statu quo ante? ¿Es posible que esta clase dirigente europea y las clases dominantes que las sostienen y las jalean puedan reivindicar pretensión alguna de concebir y dirigir el denominado proyecto europeo tras su vergonzante actuación desde el pasado 7 de octubre y su cierre de filas sin fisuras con un comportamiento como el protagonizado por Israel y acompañado por  las consecuencia acarreadas a una población pobre, inerme, hipercastigada cruel y gratuitamente por las potencias occidentales durante décadas y carente de los elementos más básicos para vivir una vida digna, que en opinión de opinión de la Unión Europea debe ser sometida a modalidades genocidas de intervención a tenor del derecho a defenderse del modo en que lo ha hecho el Estado de Israel durante estas semanas? ¿Es posible que pueda oírse en las esferas públicas europeas y occidentales que Hamás debe ser exterminado –utilizando exactamente este verbo de la boca de Italo Bocchino, viejo militante del fascista MSI, dirigente de la extinta Alleanza Nazionale, el partido neofascista de Gianfranco Fini (de quien era mano derecha) y antecedente directo de Fratelli d’Italia, ahora incorporado con armas y bagajes al proyecto político de Giorgia Meloni como uno de sus portavoces más ubicuos en los medios– en violación absoluta de todo el derecho penal occidental, de todo el corpus de codificación jurídica de la guerra y de todas las convenciones internacionales aprobadas tras la Segunda Guerra Mundial, comenzando por los Convenios de Ginebra y sus Protocolos? ¿Las potencias occidentales y uno de los ejércitos más poderosos del mundo, apoyado sin fisuras por el más poderoso sin discusión, son tan inútiles e ineficaces para no poder comportarse de otro modo con niveles de eficiencia y éxito para acabar con la dicha estúpidamente amenaza terrorista mediante actuaciones de policía, dado que no les llega la competencia intelectual ni la rectitud moral para comprender que situaciones extremas suelen generar respuestas extremas, como demuestran los anales históricos de los efectos y reacciones provocados por las hambrunas impuestas y las guerras civiles desencadenadas sobre las correspondientes comunidades humanas? ¿Cabe más mendacidad, hipocresía, colonialismo y bestialidad por parte del establishment de la Unión Europea y de los gobiernos europeos, cuyo comportamiento gana en infamia cuanto mayor es su supuesta capacidad imaginaria de ejercer un peso geopolítico absolutamente relativo (von der Leyen, Scholz, Macron, Meloni por nombrar a los actores más fantasmáticos) en su comportamiento tras el 7 de octubre que arroja una inquisitiva sombra sobre sus relaciones con el sistema de apartheid israelí y con su incapacidad de no producir enunciados viciados sobre lo que acontece cada día en Gaza y Cisjordania, que se hacen paulatinamente más delirantes y muestran su paroxismo autolesivo en la forma de las diversas modalidades de prohibición explícitamente impuestas en Europa sobre las muestras de solidaridad hacia el pueblo palestino albergadas por sectores importantes de la población europea? (Impagables de nuevo por el desvarío absoluto que evidencian del funcionamiento de los sistemas políticos europeos, las imágenes de la policía alemana pisoteando unas humildes candelas de solidaridad encendidas en una calle de  Berlín tras el bombardeo del Hospital Bautista Al-Ahli el pasado 17 de octubre; o la prohibición de las manifestaciones de solidaridad con Palestina por el gobierno de Macron, que en su calidad de gran estadista pide una «tregua humanitaria» (¿?) en Gaza y ruega al Estado israelí que muestre un «comportamiento selectivo» (¿?) en su exterminio de Hamás, mientras envía el portahelicópteros anfibio Tonnerre, buque medicalizado, eso sí, irrisoriamente ante la tragedia colosal en curso, a la zona y emplea a su policía para impedir esas muestras de solidaridad con la misma contundencia que la demostrada brutalmente contra los gilets jaunes en su momento; o todavía la Erzaintza, la policía autonómica vasca, proponiendo la imposición de una multa a un aficionado del Éibar por ondear una bandera palestina en un partido local el pasado 15 de octubre, el cual fue obligado a abandonar el estadio de Ipurau ante la presencia atenta de cinco ertzaintzas y un vigilante de seguridad privado, episodio que podría yuxtaponerse, sin sacar más conclusiones obviamente, a las tradicionales buenas relaciones mantenidas por los sucesivos gobiernos del PNV con el Estado de Israel fundamentalmente pero no solo en materia de seguridad).

¿Cómo se incrusta esta toma de posición histórica a favor del sistema de apartheid israelí y el jaleo, la justificación y la aprobación moral de la feroz y bárbara respuesta genocida contra la población de Gaza (Do you remember the Warsaw ghetto uprising?) practicada por el Estado israelí con la posibilidad misma de la construcción de la institucionalidad y la governance europeas por estos mismos establishments políticos y por estas mismas clases dirigentes que, por otra parte, no han sabido trazar una estrategia coherente durante los últimos treinta años para no acabar en la penosa situación subalterna demostrada en la guerra estadounidense contra Rusia, China y Europa librada en Ucrania y ahora inerme y totalmente desarbolada geopolíticamente y desprovista de toda brújula moral ante la situación bélica desatada en la Franja de Gaza? ¿Cómo es posible que la precipitación cuasi simultánea en el tiempo de estos dos conflictos, de sus genealogías, de sus dilemas y de sus consecuencias, situadas más allá de la razón humana por su mortífera destructividad para las respectivas poblaciones y no solo porque se bombardea el entorno de la mayor central nuclear de Europa, no coloque bajo una misma luz de incompetencia y corrupción moral a las elites y clases dirigentes europeas al tiempo que las invalide radicalmente para continuar con la construcción del denominado «proyecto europeo», que a fortiori pretende construirse en condiciones democráticas que deberían ser el espejo del mundo? ¿Y cómo es posible que esa incompetencia negligente y criminal del establishment político y mediático europeo no se convierta en desencadenante de una enorme crisis del funcionamiento político de la Unión Europea y, por consiguiente, de una impugnación del resto del proyecto social, económico-financiero, bancario, monetario y regulador, cuya gestión es igual de pobre, criminal y contraria a cualquier aplicación de los derechos constitucionales fundamentales vigentes en Europa como quedó fehacientemente demostrado por su gestión de la crisis de 2008 y como está demostrando el funcionamiento de la ingente inversión de recursos movilizados para absorber los efectos de la pandemia de la Covid-19 a través de los Next Generation European Union Funds, cuyo uso las clases dirigentes europeas ha decidido que no podían ser debatido en profundidad en clave hiperdemocrática como los estados generales de Europa, concebidos estos en términos de la movilización general de los mejores recursos sociales, financieros, humanos y políticos, tan necesaria como urgente, ante los estragos anunciados y presentes provocados por la actual crisis sistémica del capitalismo, susceptible de introducir cuñas de variación respecto a sus tendencias de comportamiento catastróficas y destructivas lanzadas e intensificadas continuamente por esta crisis y fortalecida por la pauta de comportamiento de los sistemas políticos y de partidos existente hoy en el seno de la Unión Europea? Las respuestas a estas preguntas deberían ser afirmativas y la coyuntura del desastre genocida perpetrado por los países occidentales en Gaza debería ser la proverbial chispa que incendiara las alamedas del nuevo poder constituyente en Europa y en el Mediterráneo, al igual que lo sucedido en Ucrania debería, tras los acontecimientos de estos días en Palestina/Israel, reactivarse y redimensionarse en el fortalecimiento de los mencionados proyectos de radicalización democrática, de la reinvención de una política de clase poscapitalista y constituyente a escala europea y de mutación de los corruptos órdenes políticos existentes tanto en el oeste como en el este de la Unión Europea y, en el mejor de los casos, también de los existentes en Rusia y Ucrania.

3.6. En la misma línea de razonamiento la siguiente cuestión crucial es qué significa realmente para los sistemas políticos y de partidos dichos nacionales europeos y para la arquitectura institucional y la dinámica política de la Unión Europea, de su forma Estado y de sus respectivos Estados-miembro dichos nacionales y de sus formas Estado subordinadas a la anterior, el comportamiento y el posicionamiento extremos de sus elites políticas respecto a la modalidad, la tipología, la extensión y la justificación de la violencia desplegadas por Israel sobre la población y las infraestructuras de Gaza tras el ataque de la milicia de Hamás el pasado 7 de octubre. Esta violencia simplemente hace precipitar de modo espectacular en este conjunto de acontecimientos, como hemos indicado, la tolerancia de niveles de violencia desmesurada desplegada por el Estado de Israel sobre la población palestina tanto en la Franja como en Cisjordania durante, digamos, los últimos treinta años para eludir provisoriamente la genealogía de toda la experiencia no de la creación de un Estado hogar para los judíos en Palestina consecuencia del historial antisemita de las clases dominantes y de las derechas europeas, sino de la construcción  –y esto resulta crucial políticamente en estos momentos para comprender y resolver la denominada cuestión palestino-israelí– de este específico modelo de Estado confesional, colonial, racista, violento y no democrático, que ha envenenado su constitución política y la de las propias sociedades israelí y palestina hasta el día de hoy y producido desastres, violencia, muertes y debilitamiento de la cultura democrática en ambas y que obviamente no era la única opción de organizar la convivencia entre los pueblos, las religiones, las culturas y las pretensiones de igualdad, dignidad y justicia puestas en contacto en Palestina desde finales del siglo XIX y principios del XX, fruto, no hay que olvidarlo, de procesos históricos complejos sometidos a la férrea lógica de la longue durée y a la contingencia sobredeterminada por acontecimientos ligados a la crisis imperialista de principios del siglo XX vinculada a la correspondiente crisis sistémica del capitalismo, y ligadas ambas lógicas temporales a la historia política, cultural, económica, militar y religiosa de Europa, del Mediterráneo y de Oriente Próximo, áreas que desde la consideración de la problemática abordada en este texto constituyen una región homogénea en cuanto a su constitución económica, geopolítica, cultural, religiosa, militar y política, dados los altísimos niveles de interacción a todos los niveles de la reproducción social experimentados en la misma durante los tres últimos milenios y, sobre todo, de modo más determinante desde mediados del siglo XV y el despegue del capitalismo histórico.

En este sentido resulta crucial, pues, dilucidar qué indica el comportamiento de los sistemas políticos, de los sistemas de partidos y de los gobiernos europeos, enrocados en su altivo nacionalismo, respecto a lo sucedido en Gaza en estas semanas, en estos momentos, en lo que atañe al funcionamiento de los dos primeros sistemas y por ende al comportamiento y potencia expansiva del campo político de la izquierda. Salvo las contadas excepciones de un reducidísimo grupo de formaciones (indicativamente Unidas Podemos, La France Insoumise, Sinistra Italiana) y líderes políticos europeos (indicativamente Corbyn, Iglesias, Fratoianni, Montero, Belarra) estos partidos y gobiernos han aceptado la conceptualización discursiva de lo sucedido presentada por el Estado de Israel y avalada por Estados Unidos ante la bestial evidencia a contrario sensu de la facticidad objetiva de los hechos no ya susceptible de una laboriosa reconstrucción tras un largo periodo de investigación especializada y minuciosa, sino banalmente televisada con una profusión realmente torrencial objeto de la más amplia teledifusión digital característica de los últimos tiempos. ¿Qué supone, pues, que los campos políticos nacionales europeos enuncien e impongan como política nacional y a fortiori que el campo político europeo haga lo propio a escala de la Unión Europea las descripciones de los hechos acaecidos desde el pasado 7 de octubre en la Franja de Gaza, Cisjordania e Israel y, en realidad, la presentación de la situación histórico-estructural de Palestina/Israel verificable durante las últimas tres o siete décadas para el funcionamiento de los actuales sistemas políticos nacionales y para el sistema político europeo, para su contenido democrático, para el futuro de los derechos constitucionales fundamentales como criterio de organización de las diversas formas Estado nacionales subordinadas y para la forma Estado predominante de la Unión Europea y para el fortalecimiento exponencial el campo político de la izquierda y el eventual desplazamiento hacia la misma del baricentro de los sistemas políticos actuales residualmente nacionales y predominantemente supranacionales? El tratamiento político y mediático de  la situación palestina, del 7 de octubre y de lo sucedido desde entonces supone la indicación precisa de que el grado de contenido democrático de los sistemas políticos actuales es residual respecto a las decisiones de poder que las clases y elites dominantes toman y desean seguir tomando al margen de toda restricción impuesta por la forma democrática de las respectivas formas Estado subordinadas y de la predominante y que la articulación e imbricación creciente entra ambas progresa en esa dirección autoritaria de manera nítida y proactiva propulsada por las elites políticas europeas y estructuralmente por sus modalidades institucionales de gestión y gobierno nacional y supranacional, indicando que las decisiones estructurales que afectan a la vida y la muerte de las poblaciones se halla más allá del tratamiento democrático más optimista concebible por los sistemas políticos y los sistemas de partidos actuales producidos por la governance neoliberal de la dominación de clase ahora en proceso de mutación hiperautoritaria, regresiva y profundamente reaccionaria tras el comportamiento de estas clases dirigentes políticas europeas en torno a la guerra de Ucrania y ahora, de modo todavía más intenso y vergonzante, en el genocidio en curso en la Franja de Gaza.

Este tratamiento político y mediático de  la situación palestina por los sistemas políticos y de partidos europeos indica también que la imaginación política debe ser bloqueada y restringido al máximo su cultivo democrático, porque mover una pieza del actual sistema de poder y explotación corre el riesgo de desmoronar las lógicas de dominación sistémica que hacen posible la imposición del actual modelo de reproducción social, de producción de valor y de acumulación de capital –en nuestro caso todo ello contemplado desde la problemática de lo que ha sucedido en Palestina/Israel durante las últimas (autoacotadas) tres décadas–, lógica que trae aparejado por definición dinámicas y contenidos políticos nefastos, destructivos y insostenibles allí donde las clases o grupos dominados expresan de un modo u otro la insoportable condición de su existencia social, que de acuerdo con la lógica de dominación de las clases dominantes y de las clases y elites políticas dirigentes actuales deben simplemente soportar en silencio su destitución, su pobreza, su perdida de derechos constitucionales, su subalternización política, su politicidio o su exterminio sin recurrir a medio alguno que sea tan efectivo no ya para destruir la lógica sistémica que lo produce, sino simplemente para perturbar la reproducción atona y consensuada del diseño de aquellas, sea esta mutatis mutandis la rebelión de la población palestina, la emergencia de Podemos, el referéndum griego convocado por Syriza contra la política de ajuste estructural, la dirección del Partido Laborista por parte de Corbyn, la resiliencia electoral de La France Insoumise o la mera muestra de solidaridad con Palestina evidenciada en Europa durante los últimos días.

4. ¿Podría establecerse, pues, una correlación entre las opciones geopolíticas estadounidenses y occidentales en Oriente Próximo y en el sistema-mundo capitalista durante las últimas tres décadas y el bloqueo deliberado de una solución audaz del conflicto palestino-israelí más allá de (1) las boutades de los dos Estados en un territorio ya frágil de por sí y fragilizado todavía más por el Estado de Israel para la viabilidad razonable de ambas polities por mor de la minuciosa intervención efectuada por este sobre el territorio, las condiciones medioambientales y el tejido rural-urbano de Cisjordania, Gaza e Israel por no hablar de la represión encarnizada sobre la socialidad y politicidad palestinas durante las  últimas tres décadas, que colocan tal solución al borde de la centuplicación de todos los problemas existentes en caso de que llegara a materializarse, dadas las relaciones de fuerza locales, regionales y globales, (2)  la represión infinita del pueblo palestino concebida e implementada por el Estado israelí con el objetivo de hacerle abandonar el territorio de Israel, desde el río hasta el mar, en su práctica totalidad para dar libre a la reconstitución sionista del proyecto nunca abandonado de construir el Gran Israel en Eretz Ysrael (Do you remember Jabotinsky?), o (3) la destrucción ecosistémica, territorial y social del propio territorio palestino-israelí en una especie de juego de suma negativa colosal como consecuencia del mantenimiento indefinido del statu quo en Palestina/Israel? ¿Es posible establecer, pues, una correlación entre la política de concentración de la renta, la riqueza, el capital, las infraestructuras y el capital monetario y financiero globales y la imposibilidad de concebir e implementar una serie articulada de Planes Marshall, por utilizar una referencia absolutamente inexacta, resbaladiza y lábil pero gráfica y sucinta, para intervenir en Palestina/Israel, en Oriente Próximo y en el norte de África de modo alternativo al reguero de guerras, muerte, destrucción, caos y crisis ecosistémicas provocado por las potencias occidentales desde 1990-1991 hasta octubre de 2023 sin que tales intervenciones hayan puesto en duda asombrosamente el carácter democrático de sus sistemas políticos europeos ni la catadura moral de sus clases dominantes y dirigente ni la lógica de reproducción social derivada de todo ello tanto doméstica como geopolíticamente en el hinterland mismo de Europa? ¿Es posible conceptualizar, por consiguiente, la interrelación de los efectos de estas bifurcaciones ausentes y de las actitudes mostradas y las decisiones tomadas y no tomadas por la totalidad de los gobiernos europeos y por la Comisión Europea desde el pasado 7 de octubre en el seno de los respectivos sistemas políticos nacionales, en sus formas Estado subordinadas y en la forma Estado predominante de la Unión Europea, así como en sus esferas públicas y a fortiori en el campo político de la izquierda y en las modalidades organizativas de sus correspondientes formas partido necesarias para que los nuevos sujetos antisistémicos estuvieran en condiciones de intervenir en estas modalidades de gestión aberrantes de las actuales clases dominantes y de sus elites y clases dirigentes? Evidentemente la respuesta a estas preguntas es en todos los casos afirmativa, lo cual pone en evidencia ad contrarium el enorme peligro que se cierne sobre las sociedades actuales, si no se desencadenan procesos políticos originales mediante la reelaboración de la potencia del campo de la izquierda capaces de someter esta complejidad y su sustracción por los actuales sistemas políticos al tratamiento político democrático contemplado desde el núcleo todavía formalmente vigente del constitucionalismo democrático inherente de modo más menos primitivo a las constituciones fordistas y considerado desde la capacidad constituyente de la actual composición de clase comprendida y construida como zócalo expansivo básico de este conjunto de nuevos comportamientos políticos y de las expresiones antagonistas, antisistémicas y electorales de todo ello.

4.1. Lo que demuestra de modo inapelable la actual crisis palestina es que las clases dominantes y las elites políticas dirigentes occidentales y por ende las europeas contemplan el ejercicio de la violencia destilada en el sistema-mundo capitalista y en los sistemas democráticos europeos, que constituyen nuestro campo de acción inmediato, como un continuum no restringido por ningún principio o criterio democrático de utilización de la misma de acuerdo con un cálculo de poder que por definición no puede ser considerado por el campo político actual y, por consiguiente, ser procesado por el sistema político democrático correspondiente ni por los respectivos sistemas de partidos realmente existentes, porque la discreción del uso de esa violencia en todas sus formas polivalentes (institucional, estructural, sistémica, económica, monetaria, cultural, militar, genocida, politicida, ecosistémica) no puede ser objeto de control democrático, como tampoco pueden serlo sus causas, ni las acciones de los sujetos sistémicos fuertes que las imponen ni el diktat geopolítico que constituye el torpe y brutal correlato de todas ellas por parte de la potencia hegemónica global y la forma decisiva de destrucción tanto de las poblaciones como de los ecosistemas, de los ordenes políticos democráticos y de las infraestructuras. Las clases dominantes y las elites políticas europeas han dicho con su infame y depravado comportamiento durante las últimas tres semanas (por todas ellas la lamentable y patética Annalena Baerbock) respecto a la situación creada en la Franja de Gaza que de la permanente reestructuración autoritaria en clave de destrucción del núcleo constitucional democrático impuesta por la Unión Europea sobre las formaciones sociales europeas al genocidio de una población como la palestina mediante la utilización de medios destructivos equiparables mutatis mutandis a los peores episodios bélicos conocidos hasta la fecha después de la Segunda Guerra Mundial, todo ello entra sin fricción alguna en el peligrosísimo concepto de democracia manejado por las mismas y que los ciudadanos y ciudadanas que sustentan los sistemas políticos actuales no pueden decir absolutamente nada al respecto, porque la violencia, su reproducción y su uso están más allá de todo control democrático, como lo está idénticamente todo procesamiento posible de soluciones alternativas a tal destructividad multidimensional sancionada por las decisiones de estos representante surgidos del funcionamiento de los sistemas políticos actuales, que demuestran en este episodio del asedio y destrucción de la Franja de Gaza mediante medios dignos de la mejor praxis nazi, una productividad autoritaria y una lógica violenta cuya vis expansiva no puede contrarrestarse con la actual estructuración y composición del campo político actual escorado peligrosamente hacia el extremo centro del despliegue de la máxima violencia. Ni la destrucción de Libia, ni la destrucción de Siria, ni la destrucción de Iraq ni la destrucción de Palestina, ni la destrucción de las poblaciones migrantes que provienen de los mismos territorios que las potencias occidentales y europeas destruyen imputan en absoluto políticamente a las elites políticas europeas que han contribuido activamente a sus respectivos desenlaces fatales por acción y por omisión, porque los sistemas políticos europeos y occidentales no están diseñados y no tienen la función de construir protocolos de comportamiento democrático cada vez más exhaustivos y sofisticados capaces de procesar el funcionamiento de un sistema social cada vez más destructivo y de incrementar así las posibilidades de comprensión de la reproducción de la complejidad social, ni tampoco tienen la función de mitigar y reducir en consecuencia la intensidad de las formas de violencia, atropello y destrucción de sus efectos nefastos sobre la reproducción social, sino simplemente garantizar la disposición y la utilización del modo más fluido de la totalidad de los recursos colectivos para la implementación de diseños sociales, económicos y geopolíticos cada vez menos ligados a la suerte de las inmensas mayorías y de los equilibrios primordiales de justicia e igualdad, como lo sucedido en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre muestra con una ferocidad nítida, cristalina y tranquila tanto por sus efectos obvios en su monstruosidad como por la unanimidad mostrada por los sistemas políticos europeos en conceder carta de racionalidad a todos y cada una de las decisiones pasadas y presentes tomadas por el Estado de Israel y por Estados Unidos respecto a la situación sobre el terreno en Gaza y en Cisjordania, únicamente matizadas por las modulaciones en verdad repugnantes oídas en torno a los significantes vacíos del «derecho a defenderse de Israel», de la «guerra entre Israel y Hamás» –esto es, entre uno de los ejércitos más poderosos del mundo apoyado logística, tecnológica y financieramente por el más poderoso del planeta y una milicia irregular carente de toda sustancia militar y de toda capacidad ofensiva más allá de acciones esporádicas y puntuales dotadas de una mínima penetración estratégica en el territorio de su enemigo–, de la «condena inequívoca del terrorismo», del «cumplimiento del derecho internacional y del derecho internacional humanitario, así como de los convenios aplicables a las situaciones de conflicto armado con implicación de población civil» sin que el establishment europeo haya osado pronunciar conceptos como «genocidio», «situación colonial», «Estado confesional», «apartheid», «nacionalismo orgánico», «violación repetida de los derechos humanos y de las Resoluciones de la Organización de Naciones Unidas», «infanticidio» o «crímenes de lesa humanidad cometidos repetidamente por Israel» y sacar las conclusiones políticas operativas de la interrelación obvia que se derivaría de la utilización de los mismos en una sintaxis política racional, honesta y constructiva.

4.2. El cortocircuito demostrado por los sistemas políticos europeos ante la situación creada después de la incursión perpetrada por Hamás es, pues, la prueba evidente de la restricción severa del contenido democrático de los mismos y la constatación de la voluntad de continuar el vaciamiento estricto de la imponderable necesidad de ampliarlo para que la estrategia geopolítica de las clases dominantes occidentales pueda ser rellenada con los resultados democráticos logrados en los respectivos sistemas políticos (pos)nacionales europeos al hilo de procesos cuasi simultáneos de reestructuración de sus pautas de funcionamiento y de desnacionalización de su gramática y de sus objetivos políticos, lo cual equivale a contemplar con igual urgencia las transformaciones locales/nacionales y supranacionales, así como las geopolíticas, diplomáticas e internacionales, porque no existe un criterio heurístico más productivo para conceptualizar y organizar la acción política de los sujetos políticos de la izquierda que proyectar el impacto de las luchas libradas nacional y sobre todo transnacional y supranacionalmente en los campos políticos europeos por las clases dominadas sobre las decisiones tomadas por las elites y clases dominantes europeas –subalternizadas al diseño de la potencia estadounidense históricamente y de modo más humillante y destructivo desde febrero de 2022– en el tablero regional o global, cuyas opciones y desenlaces geopolíticos y geoestratégicos resultan realmente cruciales para la reproducción de las formaciones sociales europeas y mediterráneas, para los equilibrios políticos de clase verificables en las mismas y para la acumulación de poder político antisistémico en esta coyuntura. Si los campos políticos todavía nominalmente democráticos actuales se expanden convenientemente en el mejor de los casos por mor de una enorme ola de conflictos, luchas y antagonismo durante los próximos años para incrementar la calidad democrática del funcionamiento de los sistemas políticos en los que aquellos se insertan, ese proceso de expansión debe colocar en centro de los mismos los impactos políticos de la autoritaria y brutal geopolítica occidental actual y las posibles soluciones o vías de solución que las clases dominadas, los sujetos políticos antisistémicos y los campos políticos nacionales/transnacionales de la izquierda son capaces de producir y elaborar, dada la enorme productividad social del trabajo y la posibilidad de proceder a la paulatina sustracción a las clases dominantes de su iniciativa geopolítica, cuyo uso absolutamente pernicioso, irracional y destructivo ha quedado demostrado en Oriente Próximo durante las últimas tres décadas y cuya irremediable intensificación se está demostrando letalmente genocida en la Franja de Gaza ante los ojos de mundo estos días en el tiempo real de su retransmisión digital global. De modo inmediato ello significa colocar Gaza y Palestina/Israel, así como la guerra de Ucrania y las opciones geopolíticas de la paz y de la guerra, en el centro del funcionamiento de la política de los sistemas políticos europeos y en el centro del comportamiento político de la Unión Europea, así como ligar el resto de los asuntos dichos nacionales o supranacionales a la dilucidación de las condiciones de posibilidad que han dotado de realidad a una situación como la que se está viviendo en la Franja y a lo que ello significa para el futuro de los sistemas políticos europeos realmente existentes, para su contenido democrático y para la consideración de las clases y elites dominantes que los controlan en cada una de las formaciones sociales europeas y en la propia superestructura política de la Unión Europea, por no hablar de lo que todo ello significa para el presente y el futuro de las poblaciones directamente implicadas en estos conflictos vergonzosos e infames, así como para las condiciones socioeconómicas y políticas en las que estas se encuentran atrapadas y de lo que ello dice de los sistemas políticos dichos democráticos, de sus clases dirigentes y dominantes y del estado de los partidos adscritos al campo de la izquierda.

4.3. Gaza hoy debería ser el caso Dreyfus y la Guerra Civil española elevados a la enésima potencia de su productividad democrática y antisistémica absoluta o, dicho desde otras coordenadas, el punto de ignición de las nuevas primaveras árabes de Tinduf a Teherán felizmente entrelazadas con la mejor militancia antisistémica de Lisboa a los Urales.


Bibliografía sobre el conflicto palestino-israelí, modelo para armar.

1. Walid Khalidi, All That Remains: The Palestinian Villages Occupied and Depopulated by Israel in 1948 [1992], Institute for Palestine Studies, Beirut/Washington DC, 2007, 636 pp.

Libro imprescindible para comprender y valorar el impacto de la constitución del Estado de Israel en 1948 sobre el tejido territorial social, económico, político y cultural de Palestina, que supuso la despoblación, destrucción y  eliminación del territorio manu militari de más de cuatrocientos pueblos y centros habitados palestinos en el acto fundacional del mismo, que se constituyó como un genuino proyecto colonial, siendo sin duda alguna el más exitoso del siglo XX. El libro presenta información exhaustiva sobre la situación de estos pueblos y núcleos de población en 1948, sobre las operaciones militares desarrolladas para apoderase de su  territorio y sobre el destino posterior de los mismos una vez integrados en el recién fundado Estado de Israel.

2. Ilan Pappé, The Ethnic Cleansing of Palestine, Londres, Oneworld Publications, 2006; ed. cast.: La limpieza étnica de Palestina, Barcelona, Crítica, 2008.

Libro crucial que revierte drásticamente la narrativa predominante de la historiografía israelí (por todos Benny Morris, The Birth of the Palestinian Refugee Problem, 1947-1949, 1987) sobre el supuesto carácter espontáneo del desplazamiento de la población palestina en 1948, que se produjo fundamentalmente por el desenvolvimiento de las operaciones militares, que culminaron en la fundación del Estado de Israel, las cuales provocaron colateralmente el desplazamiento masivo de la población palestina de sus asentamientos y de su malla territorial histórica en la práctica totalidad de Palestina/Israel.

3. Ilan Pappé, A History of Modern Palestine: One Land, Two Peoples, Cambridge, Cambridge University Press, 2004;Ten Myths About Israel, Londres y Nueva York, Verso, 2010; The Forgotten Palestinians: A History of the Palestinians in Israel, New Haven (CT), Yale University Press, 2011; The Idea of Israel: A History of Power and Knowledge, Londres y Nueva York, Verso, 2014; The Biggest Prison on Earth: A History of the Occupied Territories, Londres, Oneworld Publications, 2019;

ed. cast.: Historia de la Palestina moderna. Un territorio, dos pueblos, Madrid, Ediciones Akal, 2007; La idea de Israel: una historia de poder y conocimiento, Madrid, Ediciones Akal, 2015; Los palestinos olvidados. Historia de los palestinos de Israel, Madrid, Ediciones Akal, 2017; La cárcel mas grande de la tierra: una historia de los Territorios Ocupados,Madrid, Capital Swing, 2018; Los diez mitos de Israel, Madrid, Ediciones Akal, 2019.

Conjunto de textos esenciales para efectuar la crítica de la propaganda israelí y la distorsión permanente de los hechos, las realidades y las dinámicas de la historia de Palestina/Israel, así como del comportamiento del Estado israelí desde 1948 hasta la actualidad. Los textos de Pappé conjugan magistralmente el rigor y la erudición de su trabajo historiográfico con una línea crítica de lectura política de los acontecimientos y de la situación concebida cabalmente para fortalecer la viabilidad de un proyecto democrático e inclusivo en Palestina/Israel total y rigurosamente fundamentado en su trabajo investigador.

4. Nur Masalha, The Politics of Denial: Israel and Palestinian Refugee Problem, Londres y Sterling (VA), Pluto Press, 2003; ed. cast.: Políticas de la negación: Israel y los refugiados palestinos, Barcelona, Bellaterra, 2005.

Texto magnifico articulado sobre la crítica de uno  de los vectores político-ideológicos de la constitución del Estado de Israel consistente en la desposesión integral y sostenida en el tiempo de la tierra, los derechos y la constitución política del pueblo palestino e, injertada sobre la misma, la negación continua y minuciosa de tales políticas ante su propia sociedad y ante la opinión publica internacional con los resultados vistos en la construcción de los hechos acaecidos durante las últimas semanas en la Franja de Gaza en la práctica totalidad de los países occidentales. Autor, entre otros títulos, de los siguientes trabajos esenciales, algunos de ellos publicados en castellano, Expulsion of the Palestinians, 1992; A Land without a People: Israel, Transfer, and the Palestinians, 1997; y The Palestine Nakba: Decolonising History, Narrating the Subaltern, Reclaiming Memory, 2012. Recientemente Masalha ha publicado la historia más exhaustiva hasta la fecha sobre Palestina desde su orígenes prehistóricos hasta la actualidad, Palestine: A Four Thousand Year History, 2020.

5. Noam Chomsky, The Fateful Triangle: The United States, Israel and the Palestinians, Cambridge (MA), South End Press, 1999; El triángulo fatal, Madrid, Editorial Popular, 2003.

Libro clásico para comprender la política estadounidense en Oriente Próximo durante la segunda mitad del siglo XX, dotado de una ambición, erudición y precisión histórica apabullantes e imprescindible para comprender el conflicto palestino-israelí y los envites geopolíticos subyacentes al mismo. En su segunda edición de 1999 el libro contiene un prólogo de Edward W. Said.

6. Arno J. Mayer, Plowshares into Swords: From Zionism to Israel, Verso, 2008; El arado y la espada, Barcelona, Península, 2010.

Examen magistral del autor de The Persistence of the Old  Regime (1981) y de Why the Heavens not Darken? The «Final Solution» in History (1988) de las condiciones de creación del movimiento sionista y de sus dilemas estratégicos y existenciales hasta la creación del Estado de Israel, así como de las reacciones que suscita su existencia una vez que la primacía occidental es puesta en tela de juicio durante el último medio siglo, todo ello al hilo del análisis de cuestiones esenciales en torno a la soberanía, la violencia, la resistencia, el terror y los fundamentos religiosos del Estado israelí.

7. Ted Swedenburg, Memories of Revolt: 1936-39 Rebellion and the Palestinian National Past [1995],  Fayetteville (AR), University of Arkansas Press, 2003.

Libro de referencia para comprender las revuelta de la población palestina ante la inminente constitución del Estado de Israel por parte de las potencias coloniales europeas una vez que quedó claro que el proyecto se efectuaría a costa de las condiciones de vida y de las posibilidades de dignidad política de la población palestina.

8. Rashid Khalidi, The Hundred Years’ War On Palestine: A History of Settler Colonialism and Resistance, 1917-2017, Nueva York, Metropolitan Books, 2020; ed. cast. Palestina: Cien años de colonialismo y resistencia, Madrid, Capitán Swing, 2023.

Excelente visión panorámica, escrita con gran eficacia narrativa por uno de los grandes historiadores palestinos, de la construcción y del despliegue del proyecto de dominación israelí, estadounidense y occidental sobre Palestina y del destino asignado al pueblo palestino, así como de la negativa de este a ser sometido al estatuto de sujeto colonial permanente y a las distintas tecnologías de poder puestas en práctica por las potencia coloniales y por el Estado israelí desde el fatídico año de 1917.

9. Rashid Khalidi, Brokers of Deceit: How the US Has Undermined Peace in the Middle East, Boston, Beacon Press, 2013.

Libro crucial para comprender el papel desempeñado por Estados Unidos para gestionar un conflicto que en la geopolítica estadounidense siempre ha sido considerado como un enorme éxito geoestratégico ligeramente emborronado por  daños colaterales despreciables imponderables en su estrategia imperial. Fundamental para comprender lo sucedido en torno a los Acuerdos de Oslo y su permanente uso tergiversador y falaz.

10. Edward W. Said, The Question of Palestine [1979], Nueva York, Vintage, 1980; La cuestión palestina, Barcelona, Debate, 2013.

Libro clásico sobre la situación del conflicto palestino-israelí a mediados de la década de 1970 de la mano de uno de los críticos y militantes más lúcidos de su generación.

11. Norman Finkelstein, Image and Reality of the Israel-Palestine Conflict [1995], Londres, Verso, 2003; ed. cast.: Imagen y realidad del conflicto palestino-israelí, Madrid, Ediciones Akal, 2003.

Libro sintético que aborda determinados elementos cruciales del conflicto palestino-israelí y su incesante construcción ideológica: el carácter del sionismo como sistema y concepción política;  la presencia y el comportamiento de la población palestina durante los años previos y consecutivos a la fundación del Estado de Israel al hilo de la crítica del libro de Joan Peters, From Immemorial Time (1984); el problema de los refugiados y del carácter violento y deliberado o no del proyecto sionista de la mano de la crítica de Beni Morris  (The Birth of the Palestinian Refugee Problem, 1947-1949, 1987) y de Anita Shapira (Land and Power The Zionist Resort to Force, 1881-1948, 1992 ); así como el comportamiento de Israel y los países árabes en las guerras de 1967 y 1973.

12. Roane Carey (ed.), The New Intifada: Resisting Israel’s Apartheid, Londres y Nueva York, Verso, 2001.

Descripción coral de la situación de Palestina en el momento de producirse la segunda Intifada en septiembre de 2000, así como del movimiento de resistencia contra el Estado israelí y de los nuevos métodos de lucha ensayos por la población palestina contra la ocupación.

13. Le général Sharon. Éléments pour une biographie, Washington DC, Institute for Palestine Studies, 2001, pp. 96.

Librito realmente útil para comprender la emergencia de Sharon como hombre político y para comprender un episodio crucial de la deriva hacia la derecha de la política israelí y hacia formas cada vez más intratables, brutales y antidemocráticas, cuyo corolario estamos presenciando estos días en el comportamiento del Estado israelí en la Franja de Gaza.

14. Saree Makdisi, Palestine Inside Out, Nueva York, W. W. Norton & Cia, 2008.

Tremendo testimonio de la vida invivible de la cotidianidad bajo la ocupación israelí de los Territorios Ocupados, mostrando la mezcla tóxica de brutalidad, humillación y bestialización que el proyecto de un Estado judío para el pueblo judío en la tierra de los judíos ha acarreado para el pueblo palestino.

15. Norman Finkelstein, Gaza: An Inquest into Its Martyrdom, Oakland (CA), University of California Press, 2021; ed. cast.: Gaza. Una investigación sobre su martirio, Madrid, Siglo XXI, 2019.

Texto apasionado en su alegato y al mismo tiempo contenido en su construcción analítica sobre la bestialidad del régimen impuesto por Israel a la Franja de Gaza elaborado con la minuciosidad, el rigor y la razonabilidad argumental característicos del autor. De la operación Plomo Fundido (2008) en adelante el libro es una formidable recusación de un sistema inhumano que recibe el consenso de las sedicentes democracias occidentales, dando la medida exacta del contenido bárbaro de estas.

16. Gideon Levy, The Punishment of Gaza, Londres y Nueva York, Verso Books, 2009.

Libro forense sobre la invasión por el Estado israelí contra la Franja de Gaza en 2009 y de sus efectos sobre la política israelí y de modo infinitamente más trágico sobre su población y posibilidades de vida.

17. Virginia Tilley, The One-State Solution: A Breakthrough for Peace in the Israeli-Palestinain Deadlock [2005], Ann Arbor (MI),  University of Michigan Pres, 2010; ed. cast.: Palestina/Israel: un país, un Estado, Madrid, Ediciones Akal, 2007.

El libro de Virginia Tilley constituye una de las primeras reconstrucciones intelectuales de envergadura de la posibilidad y conveniencia de construir un solo Estado en Palestina, que pueda albergar a las dos poblaciones que habitan su territorio de acuerdo con un proyecto radicalmente democrático, laico, justo, viable e igualitario. La solución de un único Estado para palestinos e israelíes es analizada como la forma política capaz de superar el agravamiento, la brutalización  y la destrucción interminable provocada por las políticas israelíes y estadounidenses, así como las falsas soluciones propuestas por Israel y la denominada comunidad internacional en torno a la creación de dos Estados durante las últimas décadas y de facto con los Acuerdos de Oslo en el centro como camino a ninguna parte. Presentado en el curso Palestina/Israel: un país, un Estado organizado por la Universidad Nómada y la Fundación por la Europa de los Ciudadanos en los Cursos de Verano de El Escorial de la Universidad Complutense de Madrid, 2-7 de julio de 2007, como la propuesta y la apuesta más pertinente para desbloquear el conflicto en ese momento y plausiblemente durante los años siguientes, como lo sucedido durante los últimos dieciséis años y a fortiori durante las últimas tres semanas demuestra ad nauseam.

18. Ali Abunimah, One Country: A Bold Proposal to End the Israeli-Palestinian Impasse, Nueva York, Metropolitan Books, 2006.

Propuesta rigurosa, fresca y estimulante, además de pionera, sobre la necesidad de resolver el conflicto mediante la radicalización del contenido democrático de la forma política y de un Estado palestino-israelí, que rija y gobierne los destinos de Palestina/Israel, escrito por el autor de Battle for Justice in Palestine: The Case for a Single Democratic State in Palestine (2014), además de fundador y animador incansable de electronicintifada.net.

19. Joel Kovel, Overcoming Zionism: Creating a Single Democratic State in Israel/ Palestine, Londres y Toronto, 2007; Ghada Karmi, Married to Another Man: Israel’s Dilemma in Palestine, London, Pluto Press, 2007; Yehouda Shenhav, Beyond the Two-State Solution, Londres, Polity Press, 2012; Anthony Loewenstein y Ahmed Moor (eds.), After Zionism: One State for Israel and Palestine, Saqi Books, Beirut, 2012; Hani Faris (ed.), The Failure of the Two-State Solution, Londres,  I.B. Tauris, 2013; y Ariella Azoulay y Adi Ophir, The One-State Condition, Stanford, Stanford University Press, 2018.

Conjunto de textos críticos con la periclitada e inviable solución de los dos Estados y con la viabilidad o no de un único Estado laico, igualitario, justo y democrático en Palestina/Israel para las dos comunidades allí presentes para resolver el conflicto palestino-israelí y capaz de superar  fácticamente las realidades, muchas de ellas irreversibles, creadas por el comportamiento sobre el terreno del Estado israelí durante los últimos treinta años, desde la firma de los Acuerdos de Oslo hasta la actualidad, que hace realmente difícil la creación de dos Estados viables en Palestina en la actualidad. Análisis coral y multidisciplinar de la repetición constante de la solución de los dos Estados como coartada para no encontrar realmente una solución democrática y viable a la situación histórica de Palestina/Israel por parte del Estado israelí, de Estados Unidos y de las potencias occidentales.

20. Khaled Hroub, Hamás: Political Thought and Practice,Washington DC, Institute for Palestine Studies, 2000.

21. Tareq Baconi, Hamás Contained: The Rise and Pacification of Palestinian Resistance, Stanford, Stanford University Press, 2018.

Dos títulos de referencia publicados con casi dos décadas de diferencia imprescindibles para comprender los orígenes, la transformación y la práctica de un actor crucial en Palestina/Israel.

22. Virginia Tilley, Beyond Occupation: Apartheid, Colonialism and International Law in the Occupied Palestinian Territories, Londres, Pluto Press, 2012.

Libro de carácter técnico-jurídico que examina el estatuto legal de los Territorios Ocupados, el carácter jurídico de la ocupación o su posible consideración como un proceso de colonización, además de la posibilidad de considerar la situación de los mismos como una forma de apartheid, modelos de gestión de un territorio y de sus habitantes prohibidos por el derecho internacional.

23. Jonathan Cook, Blood and Religion: The Unmasking of Jewish and Democratic State, Londres y Ann Harbor (MI), Pluto Press, 2006.

Libro conciso sobre las razones que inspiraron el comportamiento del Estado de Israel en torno al estallido de la Segunda Intifada en 2000 y las condiciones y consecuencias constitucionales, religiosas, culturales y demográficas que se derivarían de todo ello en los años por venir.

24. Ephraim Nimni (ed.), The Challenge of Post-Zionism: Alternatives to Israeli Fundamentalist Politics,  Londres y Nueva York, Zed Press, 2003.

Libro útil para situar el debate surgido a mediados de la década de 1990 en torno a la crítica del sionismo como fundamento de la identidad y la política israelíes y como elemento vertebrador del funcionamiento constitucional, jurídico, religioso y cultural de su Estado. Texto útil también para recalibrar el debate del postsionismo y para vislumbrar las posibilidades que la crítica de tal planteamiento abre para desencadenar una poderosa corriente de democratización de la sociedad y del Estado israelíes y para influir así en la resolución del conflicto palestino-israelí.

25. Haim Bresheeth-Zabner, An Army Like No Other: How the Israel Defense Force Made a Nation, Verso, 2020, 448 pp.

Análisis formidable de la institución por antonomasia de la sociedad israelí, esto es, las Fuerzas de Defensa de Israel, desde la fundación de su Estado hasta la fecha y de los efectos que su omnipresencia en la vida social ha acarreado para el sistema político israelí.

26. Antony Loewenstein, The Palestine Laboratory: How Israel Exports the Technology of Occupation Around the World, Londres y Nueva York, Verso Books, 2023.

Exposición de cómo Israel se ha convertido en la meca de las tecnologías de vigilancia más intrusivas y brutales a través de su producción de inteligencia y recursos para la represión, el control, el espionaje y la supervisión de poblaciones y grupos percibidos como hostiles, que el país exporta a todo el mundo con independencia del carácter autoritario, represivo o reaccionario del Estado adquirente.

27. Omar Barghouti, BDS: Boycott, Divestment, Sanctions: The Global Struggle for Palestinian Rights, Chicago, Haymarket Books, 2011.

Libro clarividente y pionero sobre el régimen de apartheid impuesto por el Estado Israelí en los Territorios Ocupados de Palestina y sobre  la necesidad de utilizar el arsenal histórico empleado por la comunidad internacional para acabar con este tipo de regímenes a la luz del destino del mismo en Sudáfrica.

28. Norman Finkelstein, The Holocaust Industry: Reflections on the Exploration of the Jewish Suffering, Londres y Nueva York, Verso, 2000; La industria del Holocausto. Reflexiones sobre la explotación del sufrimiento judío, Madrid, Ediciones Akal, 2014.

Libro breve sobre las distintas facetas de la construcción del Holocausto como dispositivo ideológico destinado a impedir toda crítica del comportamiento real del Estado de Israel mediante la utilización de su tragedia histórica como coartada utilizada para elaborar un nuevo concepto de antisemitismo convertido en burdo pero eficaz mecanismo de censura, disciplina y terror intelectual.

29. Eyal Weizman, Hollow Land: Israel’s Architecture of Occupation, Londres y Nueva York, Verso, 2017.

Estudio soberbio de cómo la planificación del territorio, la arquitectura y el diseño urbano e infraestructural se convierten en un proyecto político autoritario en Palestina/Israel para perpetuar el carácter confesional, explotador y colonial del Estado israelí.

30. John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt, Israel Lobby and U.S. Foreign Policy, Nueva York, Farrar, Straus and Giroux, 2007; ed. cast.: El lobby israelí, Madrid, Taurus, 2007. 

Texto clásico de dos politólogos estadounidenses de referencia sobre el condicionamiento de la política exterior estadounidense por la influencia ejercida por Israel y sus diversos grupos de presión sobre la misma, siempre seguros del valor geoestratégico del Estado israelí para la potencia estadounidense y de la adaptabilidad de la misma a tal dato geopolítico no siempre racionalmente justificable ni siquiera desde este específico punto de vista, como el comportamiento militar estadounidense desde el 7 de octubre demuestra de modo inequívoco.


Madrid –

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Editorial

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