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55 años de ‘Kick Out The Jams’ de MC5: La izquierda radical del rock americano de los 60

En homenaje al recientemente fallecido fundador de los MC5 Wayne Kramer, traemos de nuevo a la actualidad un disco de rock fuerte y directo, revolucionario en el fondo y la forma


Existe una visión de lo que significó toda la revolución social, generacional y  contracultural de los años 60 edulcorada, que presenta todo aquel movimiento de protesta, de cambio revolucionario, de contestación e impugnación al sistema, tanto en el París de 1968 como en el México de los estudiantes masacrados en la Plaza de las Tres Culturas en vísperas de los juegos olímpicos o el “Bed-In” por la paz de John Lennon y Yoko Ono como algo romántico, propio de ese entusiasmo juvenil inconsciente, de lo que en otros tiempo se llamaba el “sarampión revolucionario”. La absorción y manipulación del poder simbólico de determinadas imágenes —Ché Guevara, John Lennon, Luther King— para vaciarlas de su contenido real.

Ahora bien, aquellos años de la segunda mitad de los años 60 en los que se desarrolló toda aquella rebelión convertida después en mera mercancía, nos dejaron otras muchas manifestaciones de ese anhelo de revolución, de lucha consciente y organizada de acoso al sistema que por supuesto no solamente no eran asimilables, sino que era necesario acallar o invisibilizar. La California hippie se podía suavizar y presentar como el sueño de unos idealistas que en el fondo eran buenos chicos, un poco equivocados quizá. Las revueltas en Detroit, las quemas de cartillas militares y banderas yanquis frente al Capitolio y los Panteras Negras, ya no. Y si hubo un grupo de rock en la América de finales de los 60 que fue el emblema de esa actitud radical contra el estabilishment, de propuesta revolucionaria en el fondo y en la forma, ese grupo fueron los Motor City Five, o como se les conoce más en el mundo del rock, los MC5.

Quizá sea una coincidencia que casi hayan coincidido en el tiempo la muerte de Wayne Kramer, uno de los fundadores de MC5 el pasado 2 de febrero, con el 55 aniversario de la edición de un álbum mítico en la historia de rock, y más particularmente en la historia del rock más combativo y reivindicativo, el ‘Kick Out The Jams’, el debut discográfico de MC5.

Fueron no solamente revolucionarios en su actitud y en su ideología, sino en su sonido y en su lenguaje musical. Siendo todos ellos desde su adolescencia amantes del rock´n´roll clásico de Chuck Berry, cuando formaron el grupo en su combativa Detroit natal, entendieron que si querían comunicar un mensaje político de carácter rupturista, su música también tenía que romper arquetipos y esquemas preestablecidos. Entendieron que la mejor forma de hacerlo era mediante una música y un sonido duros, fuertes, crudos, a toda potencia y a todo volumen, gritando con energía y haciendo estallar sus amplificadores. Con ello, tal y como estaban haciendo Blue Cheer en California o Led Zeppelin en Inglaterra, fueron otra de las bandas que sentó las bases musicales tanto de lo que después fue el Heavy Metal como estilo y lenguaje como del Punk Rock en su actitud y su radical rebeldía. No es extraño que músicos provenientes de escenas tan diferentes entre sí como James Hetfield de Metallica, Lemmy Kilmister de Motörhead, Kurt Cobain de Nirvana o Tom Verlaine de Television reivindicasen a MC5 como una de las bandas que más les influyeron como músicos al inicio de sus carreras.

Los Motor City 5 de Detroit eran una fuerza de la naturaleza decididos a desencadenar la revolución en la América de Lyndon B. Johnson. Una colisión explosiva de rock’n’roll distorsionado de alta energía y volumen atronador, free jazz con inclinaciones psicodélicas y letras que eran verdaderas soflamas de izquierda anti-sistema, muy influenciadas políticamente por el marxismo, el Partido de las Panteras Negras y por poetas de la Beat Generation como Allen Ginsberg y Ed Sanders. Después de haber arrasado la escena en vivo de Detroit como la pólvora y editar algunos sencillos en sellos independientes, su reputación pronto atrajo hacia ellos a Elektra Records, quien firmó un contrato con la banda en el verano de 1968.

Sus puestas en escena eran en esa época un espectáculo políticamente provocativo al máximo: aparecían en el escenario con rifles descargados y en el clímax de la actuación, un «francotirador» invisible disparaba a Rob Tyner, su cantante. La banda actuó como parte de las protestas contra la guerra de Vietnam en la Convención Nacional Demócrata de 1968 en Chicago, que fueron disueltas por cargas policiales que dispararon con fuego real.

Poco antes de sacar este histórico debut, ‘Kick Out The Jams’, fueron la primera banda sin un álbum en el mercado en ocupar la portada de la revista Rolling Stone, tanto por el impacto que producían sus letras contra la guerra, el racismo y el capitalismo como por sus incendiarias actuaciones, que eran la descarga más salvaje de volumen decibélico vista hasta entonces en el rock americano. En aquel reportaje, el grupo habló sin reservas de sus relaciones y de su apoyo a Up Against The Wall Motherfuckers, un grupo filoanarquista de tendencia dadaísta y situacionista de Nueva York, conocido por sus acciones de guerrilla urbana en Nueva York, altamente involucrado en la célebre semana de Arte indignado contra la guerra de Vietnam, celebrada en enero de 1967.

Por tanto, la fuerza demoledora de MC5 nunca podría reproducirse en su máxima expresión dentro del frío confinamiento de un estudio de grabación, como explicaba Wayne Kramer: “Tocar en vivo era lo que mejor hacíamos. La mayoría de las bandas hacían tres discos en estudio y luego un álbum en vivo, así que pensamos que en coherencia con nuestra actitud revolucionaria y así se lo exigimos a la compañía, nuestro primer álbum sería un disco grabado en directo”. El debut discográfico de MC5 se grabó en vivo en el Grande Ballroom de Detroit en las noches del 30 y 31 de octubre de 1968 y capturó a la banda en su mejor momento.

‘Kick Out The Jams’ es un bombazo rockero, revolucionario y rompedor de principio a fin. Desde el agitador discurso “testimonial” inicial del hermano JC Crawford, pasando la proclama de libertad sexual radical de “Come Together”, el asalto proto-punk de “Rocket Reducer No.62” o la tensa y dura diatriba que refleja el espíritu de la época de “Motor City Is Burning” hasta su himno más revolucionario, en el que exhortaban a echar fuera la porquería de nuestra vida, “Kick Out The Jams”.

Decía el escritor Oscar Hurtado, recordando sus vivencias acerca de la revolución cubana, que en las vísperas de la entrada de Fidel Castro en La Habana en los primeros días de enero de 1959, “había la misma sensación en la ciudad que la que había antes de la llegada de un ciclón, pero en este caso, era distinta porque se esperaba un ciclón que se desea, porque va a barrer con la podredumbre”. Esa misma idea es la que subyacía en el grito de “Kick out the jams, motherfuckers!” la de echar fuera la podredumbre, la carcundia, la miseria. Lo mismo que tanto necesitamos hoy en día en tantos ámbitos de nuestra sociedad.


Madrid –

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