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Adolfo Dufour: “La Transición se podría haber hecho de forma más pacífica, sin métodos tan violentos por parte de los aparatos del Estado”

Hablamos con el guionista y director de ‘Las armas no borrarán tu sonrisa’, documental sobre los olvidados de la Transición, víctimas de abusos policiales y comandos de ultraderecha


Frente al relato oficial y a la desinformación de nuevas generaciones que nada saben sobre lo sucedido en la semana negra de Madrid en 1977, Adolfo Dufour acaba de estrenar un documental que recuerda y homenajea a las víctimas olvidadas. Entre ellos a Arturo Ruiz García, asesinado por un comando ultraderechista, Ángel Almazán, muerto a consecuencia de una bestial paliza, Mariluz Nájera, muerta a consecuencia del impacto de un bote de humo, o los abogados de la Matanza de Atocha.

Adolfo, ¿cómo surge la idea de hacer este documental?

Yo estaba acabando otra película, Luis Cernuda, el habitante del olvido, y cada vez que me encontraba con Manuel Ruiz me pedía que hiciese una película sobre lo que le sucedido a su hermano Arturo en la Semana Negra, para que las víctimas de la Transición no cayesen en el olvido. Manuel es tan bella persona como insistente y al final le dije: venga, vamos a hacer la película. Y por eso la hice, el alma de la película es Manuel Ruiz. También influye que pertenezco a la generación de su hermano Arturo y yo estaba en aquella manifestación en la que lo mataron y en otras manifestaciones en las que pedíamos libertades democráticas y amnistía para los presos políticos. La represión que se ejercía desde el Ministerio de la Gobernación en esas manifestaciones era terrible, había bandas de ultraderecha. Éticamente, para mi generación, o para mí por lo menos, Arturo Ruiz, Ángel Almazán, Mariluz Nájera o los abogados de Atocha son un referente y por eso me decidí a hacer el documental.

El título Las armas no borrarán tu sonrisa nace de la dedicatoria del padre de Arturo Ruiz García escrita detrás de una vieja foto de su hijo.

Yo todavía no tenía título mientras iba escribiendo el guion. Uno de los problemas era que el material de archivo es muy limitado, iba a confeccionar un guion en el que incorporé una canción de Bernardo Fuster y Luis Mendo. Me encontré con Bernardo en el teatro y le pregunté si quería colaborar con la película y lo hizo encantado. Entonces se me ocurrió incorporar la grabación de su canción al documental. El primer día rodamos con Bernardo y Luis y el segundo día ya empezamos a rodar con Manuel Ruiz, que me explicó lo de la dedicatoria del dorso de la foto y vi que era el título de la película: La armas no borrarán tu sonrisa, qué es lo que escribió el padre de Arturo y Manuel.

Hablas de más de 200 olvidados de la transición. Un número aterrador. ¿El cálculo de dónde sale?

Más o menos es el cálculo que tienen las diferentes asociaciones de víctimas, es un cálculo aproximado porque realmente no hay un censo exacto, es posible que sean bastantes más. Una de las peticiones que tiene el colectivo Olvidados por la Transición es que se haga un censo de todas las víctimas que hubo en los años de la Transición, que fueron más violentos de los que se ha explicado.

Los vecinos no quisieron que se colocase una placa a Arturo Ruiz García. ¿Por qué ese odio, qué pasa en Madrid?

Bueno, yo no creo que sea una cuestión de Madrid. Se habla tanto de Madrid… No hay que olvidar que Madrid fue el último bastión republicano y aquí ha habido siempre mucha tradición de personas progresistas.

Entonces la pregunta es ¿Qué pasa en España?

Efectivamente, se ha establecido una sociedad acomodaticia, que es lo que le interesa al capitalismo más salvaje que estamos sufriendo. Se ve en cuestiones como la vivienda o la precariedad económica. Al discurso dominante le molesta que se hable de esas víctimas de la Transición y de esos luchadores que trajeron la democracia a este país. Y la gente acomodaticia prefiere el relato oficial porque así no tienen que molestarse por nada. Y les da miedo, parece que por poner una placa a una persona que luchó por la democracia fuesen a arañarles el portal. Es lamentable que las personas no tengan un compromiso ético con las personas que lucharon por su bienestar y por la democracia.

Otra placa que llama la atención es la de Vallecas, la de Ángel Almazán: “Asesinado por la policía por defender la libertad”.

Esa la pusieron los propios vecinos, no es oficial. La de Arturo Ruiz sí y ahí se ve una diferencia evidente, los vecinos de Vallecas sí estuvieron de acuerdo en poner esa placa, no hubo ningún problema. La placa ha sido vandalizada alguna vez y la han vuelto a poner. Hay una solidaridad y una conciencia de los vecinos. Me gustaría recalcar que la película ha sido impulsada y posible gracias al Colectivo por los Olvidados de la Transición, que se hizo cargo de la infraestructura de producción y un equipo de profesionales del cine y la televisión como Mariano, Enrique, Pablo, Ignacio o Amparo, que han aportado, además de su trabajo y su saber, el equipamiento y material necesario, cámara, luces, sonido y montaje, con la incorporación en la posproducción de Atrapasueños Cinema, con el productor Joaquín Recio.

En tu película se habla del “falso relato” de la “modélica” transición. Para ese relato hacía falta una fusión de cómplices: militares, policía, jueces y políticos.

Había una situación muy complicada donde había un Ejército muy reaccionario, la policía era terrible, los Cuerpos de Seguridad Estado eran tremendos y tenían infiltrados a miembros de la ultraderecha. Las élites económicas del franquismo vieron que no podían seguir con el régimen y había que evolucionar, hacer un régimen democrático que les abriese las puertas del Mercado Común. Pero querían controlar el proceso y eso es lo que hicieron. Por eso hubo esa represión de toda la izquierda y las manifestaciones que querían una ruptura democrática para lograr unas libertades democráticas plenas.

El documental señala que hoy los jóvenes no saben nada de todo esto.

El otro día unos profesores de historia me dijeron que no llegan nunca a esta parte de la historia de España y lo que tienen es el relato oficial de la transición modélica, pacífica. La Transición se podría haber hecho de forma más pacífica, sin métodos tan violentos por parte de los aparatos del Estado. Y se podía haber controlado más a las bandas de la ultraderecha.

Sigue siendo escandaloso que, como recuerdas, Martín Villa quemase valiosos documentos de la Guardia Civil sobre represión (fundamentales para estudiar cuatro décadas de represión). Un personaje bastante abominable defendido hasta por José Luis Rodríguez Zapatero.

Bueno, yo no tacho a nadie de abominable o no. Yo lo que cuento son datos objetivos. Lo cuenta concretamente Oscar Alzaga, que era un hombre de la UCD, compañero de partido de Martín Villa. Cuenta que se ordenó destruir todos los archivos de la represión del régimen franquista anterior. Eso crea un vacío de memoria.

En Las armas no borrarán tu sonrisa escuchamos que lo de los tribunales en este país “ha sido inhumano”. También que “la judicatura no hizo la transición”. ¿Seguimos igual?
Yo hice la película por Manuel Ruiz y pienso como él. Evidentemente, no ha habido justicia. Por las razones que sean, la justicia ha sido inhumana con los familiares de las víctimas. La judicatura, como el Ejército o la policía, no hizo una transición democrática tan plena como debería haberlo hecho. Eso lo cuenta el abogado Alejandro Ruiz-Huerta. Se hizo una transición democrática que fue positiva porque finalizó la dictadura, pero los aparatos del Estado y los aparatos económicos, en gran medida, siguen siendo los mismos y durante bastanteas años siguieron aplicando los mismos métodos. Y estas familias sienten que no han recibido justicia.

La complicidad de las fuerzas policiales queda reflejada en el caso del pistolero ultra Fernández Guaza, al que la Guardia Civil le ayudó a huir a Buenos Aires. La Audiencia Nacional acaba de denegar activar la maquinaria para arrestarlo. Vuelve la complicidad.

Lo ha confesado él mismo en la entrevista que concedió a los redactores de El País, que hicieron una labor absolutamente valiente y estupenda. Que ahora se rechace por parte de la audiencia reabrir el caso cuando hay una confesión y pruebas más que evidentes es sorprendente y muy injusto. Es indigno para las víctimas.

Última cuestión: cuando hablas de los abogados de Atocha dices que las víctimas han vivido con miedo, aterrorizadas por la impunidad. Nadie paga.

Sí, el miedo es un miedo heredado de la dictadura que se instauró durante la transición. Había miedo porque te podían matar y después también ha habido miedo, sí. Sobre todo en las víctimas porque no se ha hecho justicia.


Puedes ver la presentación de la película aquí:

Madrid –

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