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Guada: «Milei es una respuesta desesperada, una mala respuesta desesperada»

Charlamos con Guada sobre su nuevo disco, la influencia de los años que lleva radicada en España y la situación actual de su país, Argentina


Hoy me mudo de casa, padre. Una tiene que ser capaz de reconciliarse con ciertas cosas. Hoy me reivindico como guacha. Dorotea, la cautiva, se cansó de callar, sintió un preaviso, la herida en la lengua, y escapó por la terraza, atravesó los muros a través del trampaluz. Al otro lado, el río, dos casas blancas y un tanque de agua, el loteo del sauce grande. No soy culpable de ese silencio de más cuando el amor pasó. Me niego a pudrirme en él. No somos lo que nos dicen que somos, nunca. He ahí la escura verdad. Yo soy la loba que aúlla la zamba de los cometas, mirando al disco hermoso de la luna llena, clara y morena. Tal vez. Anagrama aún. Voy y voy.

Aún quedan amores de estación de autobuses al voltear la quinta, aún quedan dos locos más, dispuestos a subirse con vos a tu remís al cosmos, cómo no, dispuestas a vivir a base de mandarinas. Corre, Lola, crece y florece. Yo canto porque tú cantas. Por tu amor me duele el aire y me sana. Mañana cantaremos juntas la tonada de la nostalgia, la canción de la escalera de todo lo que hemos hecho. Nanana…

Nos traes nuevo discazo. ‘Guacha’, lleva por título. ¿Por qué? ¿Qué significa este concepto? ¿Y qué resignifica para ti en particular?

GUADA: ‘Guacha’ es un término que en Argentina tiene muchos significados. Por ejemplo, se puede utilizar para putear a alguien, lisa y llanamente. A veces es un término medio peyorativo. Pero también puede ser un “guachita linda”, algo que se dice entre amigas, en el sentido de “qué linda que estás, guacha”. Es una cosa muy interna. Y me gusta que tenga todas estas connotaciones. La principal, digamos, la que está en el diccionario es la de orfandad, ser huérfano de madre o de padre. Mis padres están vivos, gracias al cielo, pero sí que al vivir tantos años fuera de mi país, hay una especie de orfandad, de distancia que de repente se vuelve un estar sin madre y sin padre. Entonces esa fue la manera en la que yo quise hacer uso de ‘guacha’. ‘Estar lejos de’, vendría a ser para mí.

Cuarto disco ya

GUADA: Es mi cuarto disco con mis composiciones. Luego he hecho otras cosas con un dúo que tuve, ‘La Loba’. También hay varios EP. Uno a Luis Alberto Spinetta, otro a Joni Mitchell…

¿Qué dirías que desmarca este último disco de los anteriores?

GUADA: Creo que es el disco en el que las letras tienen más que ver con todos los años que hace que vivo aquí en España. Es un disco que para mí tiene mucho de letras, con diferentes temáticas. Hay una canción a mi padre, una canción a mi hija, una canción a mi tierra, una canción a una mudanza… O sea, temas muy claros, que me da la sensación de que, viniendo de Argentina, que es un lugar tan poéticamente abstracto a veces para las canciones, España me ha dado la posibilidad de escribir también de otra manera, esa manera más cercana a Sabina o Serrat, o a tantos otros que he llegado a conocer y admirar. Me refiero a lo concreto de ese tipo de letras. Para mí, este álbum tiene letras más concretas que relatan historias determinadas que tienen que ver conmigo

¿Cómo se te ocurrió y qué tal ha sido el proceso de trabajar con distintos productores en un mismo disco?

GUADA: Yo soy una persona muy movediza. Entonces tiene que ver un poco con eso,  con mi falta a veces de paciencia o de tranquilidad. Hay muchos productores que me gustan mucho, muchos amigos y amigas que se dedican a la producción, con los que yo quería trabajar. Por otro lado, tenía como tríadas de canciones. Había tres temas que me sonaban a una producción, tres que me sonaban a otra, tres a otra… Pensé: ¿y si las agrupo y, teniendo todas mi voz para contar, para cantar y mi toque en lo instrumental, cada tríada las visto con las ropas de estos distintos productores? Está por ejemplo Vicent Huma, que agarró tres que para mí son muy para él. Yo produje mis discos anteriores. Me interesa mucho el terreno de la producción y quería ver como trabajaba cada uno de ellos. ¿Por qué no darme el gusto de hacerlo con todos en un mismo disco, así ya estoy atenta a cómo viene la cosa? Después está Toni Brunet, con el que ya había trabajado antes. Él es mi primer amigo de aquí, de Madrid. Está también Diego Galaz, Carlos Avatar, Marta Robles, Sebi Merlín, La China Santillán… Hay un poco de todo, pero a la vez creo que está enlazado y es compacto en la escucha 

¿Qué dirías que es más jodido, ganarse la vida como guacha de la canción de autor alternativa en España o en Argentina?

GUADA: Qué buena pregunta. Mirá, acá me siento menos expuesta. Desde que vine, siento que puedo ser más yo de lo que quizás pude ser en Argentina, quizás por esto de que nadie te vea o de que no tengas historia aquí. Yo acá me lanzo como si nadie me conociera. Entonces hago lo que realmente se me canta. Y en ese sentido es más fácil arriesgarse con una cancha vacía que arriesgarse con una cancha con gente que tiene tu banderita.

A veces se hace necesario irse, alejarse un poco, para saber mirar con perspectiva el lugar de donde se viene, sea cual sea, y para saber regresar de otra manera menos contaminada, ¿no?

GUADA: Mi música viene de Argentina. Yo hago una especie de folclore alternativo, por decirlo de alguna manera, con ritmos folclóricos argentinos, con zambas, con chacareras, con huaynos… Más allá de que esté todo unido por un hilo algo más pop o más cercano a la canción de autor. Volver es muy interesante cuando estás fuera. Pero me da una libertad especial crear desde aquí ahora

¿Qué crees que ha podido pasar para que haya podido calar un discurso como el de Javier Milei en ciertos sectores nada desdeñables de la sociedad argentina?

GUADA: Creo que viene sobre todo de la desesperanza. Cuando ya no tienes más nada en lo que creer, cuando no tienes más nada de lo que asirte…

Leí hace poquito a un periodista chileno que decía: “bueno, que venga el espectáculo”. Milei es como un bufón que de repente llama la atención. Más allá de eso, creo que tiene mucho que ver con la situación desesperanzadora y durísima que se vive en Argentina. Milei es una respuesta desesperada, una mala respuesta desesperada. Sorprendente a la vez. Me parece bastante irreal que pueda estar pasando esto y que esta persona pueda estar representando a alguien. Es un momento muy complicado.

Es como una especie de circo romano. Es una cosa muy llamativa. Sin embargo, yo por mi parte no me resigno y quiero seguir teniendo esperanza. Hay tiempo y los argentinos somos sobrevivientes, sabemos dar vuelta a la torta, a la tarta, el panqueque. Hubo un tanteo que de pronto salió por la culata. Vamos a ver qué pasa.

¿Qué te parece que se está haciendo mal en cuanto a la gestión actual? ¿Y qué crees que se podría hacer para cambiarlo?

GUADA: Yo noto en Argentina, especialmente cuando viajo, que se ve todo como más fluorescente, una división, una grieta que se fue haciendo cada vez más y más grande. Creo que a la gente le cuesta encontrar a sus representantes. La población argentina está en un punto de desesperación enorme. Mi mamá, por ejemplo, tiene tres trabajos. Mi padre tiene dos. Se levanta a las cuatro de la mañana. Sigue así. Toda la vida igual, y son gente grande ya. Parece no haber ningún camino a seguir para que vos veas que la cosa va a funcionar. Casi ningún representante tiene algo que ilusione en ese sentido.

Después nosotros, los argentinos, tenemos además eso de que enseguida nos emocionamos con alguien, lo amamos, lo odiamos, lo enterramos, lo vengamos… Y entonces así es un poco difícil. Hay muchos factores. Es bastante complejo. Somos apasionados. Pero esa intensidad tiene también cosas muy hermosas. Tiene la profundidad de saber meterse en el fango. Meternos, nos metemos. No somos pasotas. Pero a veces pasan estas cosas, como Milei. Yo espero que los argentinos nos demos cuenta de estas cosas a tiempo. Yo creo que sí. Hay que tener fe.   

Hay una canción tuya que me vuela la cabeza, literal. ‘Escura verdad’. ¿En qué momento, qué ocurrió para que te bajara esa canción? ¿De dónde viene y cómo sucedió la colaboración con el filósofo Darío Sztajnszrajber, Darío Z?

GUADA: Me encantaría decir algo súper profundo, como que un día me desperté pensando en los sofistas, pero no. Yo sigo mucho a Darío. Hoy es un amigo querido. Un día vi un vídeo suyo explicando muy claramente esto de los sofistas, esta gente que usa argumentos inválidos, tramposos, para convencer y persuadir. Sentí que lo había entendido perfectamente, que me lo había explicado tan claro, que quise explicárselo yo a otra gente también. Y eso hice. Expliqué cuatro o cinco falacias. Quería que otros lo comprendieran como yo. De hecho, me escribieron de varios colegios argentinos para decirme que ponían la canción para explicar las falacias y todo esto de los sofistas.

Con Darío, teníamos amigos en común, y le escribí un mail. Le dije que tenía esta canción. Me lancé. Fue en plena pandemia. Yo soy lanzada para eso. Y me respondió que le había encantado. Grabó ese trocito. También participó en el videoclip. Y de ahí ya nos conocimos y cuando vino a Madrid vino a mi casa a tomar mate, cuando fui a Buenos Aires, nos volvimos a ver, viene a mis conciertos… Es un encanto, y las charlas con él son larguísimas y de lo más interesantes. Todo el mundo conecta rapidísimo con todo lo que él cuenta, lo explica al segundo y muy bien, temas nada fáciles. Es un tipazo. 

Pregunta del periodista argentino Sebastián Fiorilli: En tu canción ‘No somos lo que nos dicen que somos’ se plantean una serie de cuestiones que tienen que ver con los metales de Latinoamérica. ¿Qué somos como Patria Grande, como Pueblo Latinoamericano? ¿Y a quién le habla la canción, a los poderes dominantes financieros, a este neocolonialismo que se quiere imponer en Latinoamérica?

GUADA: ¿Qué somos? Para mí nosotros somos el futuro. Somos una patria joven, con sus héroes y sus heroínas, llenos de riqueza, pero no solo en nuestras tierras y en nuestros recursos. Somos riqueza humana. Todo lo que tenga que ver con la extracción o con la mala utilización, la comercialización de nuestros recursos naturales, por supuesto, me toca, como a cualquier argentino, argentina, chilena, peruano, boliviano, brasilero, paraguayo… Sí, seguramente la canción vaya para esas empresas y también para ese neocolonialismo. Pero ojalá se pudiera entender precisamente como una reivindicación de que nosotros no somos recursos naturales. Somos humanos con una joven historia, con muchos pies sobre nuestras cabezas en esta historia, queriendo tomar bocanadas de aire. Y lo vamos a lograr. Necesitamos más tiempo. La esperanza es algo que tiene que estar constantemente encendida, y lo está.

Rueda de reconocimiento: Luis Alberto Spinetta / El cielo de la poesía – Liliana Herrero / Mi ídola máxima. Señora. Grande – Federico García Lorca / Pasión total. Lo que me unió a España – Las Migas / Amigas. Fuerza. Poder femenino. Compañeras – Juan Grabois / Esperanza – Cristina Fernández de Kirchner / Inteligencia – Mauricio Macri / Pena – Diego Galaz / Talento – Toni Brunet / Amistad y sabiduría. Compañero – Kevin Johansen / La voz profunda – La Mari (Chambao) / Amor – Joni Mitchell / Mi niñez, mi juventud y mi vida adulta

El voto es algo que tenemos en nuestras manos para modificar las cosas ahora, en este momento, por ejemplo, y que puede hacer la diferencia. Tenemos el derecho a votar, a elegir a los representantes que a su vez nos ayuden a cambiar y mejorar el mundo.

¿Cómo ve Guada Nuestro Ahora?

GUADA: El presente siempre es una oportunidad. Tenemos todo para llevar nuestros deseos adelante, para cambiar el mundo, para sanarlo.

¿Y qué dirías que ahora es nuestro?

GUADA: El voto es algo que tenemos en nuestras manos para modificar las cosas ahora, en este momento, por ejemplo, y que puede hacer la diferencia. Tenemos el derecho a votar, a elegir a los representantes que a su vez nos ayuden a cambiar y mejorar el mundo.


Madrid –

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