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Disco Ismael Serrano

Portada del nuevo disco de Ismael Serrano

Ismael Serrano: ¡Guerra a la tristeza y al fracaso!

Apenas año y medio después de ‘Seremos’, hoy se edita oficialmente ‘La canción de nuestra vida’, su nuevo álbum de estudio


Afirma Ismael Serrano, así al menos se puede leer en alguna de sus entrevistas, que no es un autor muy prolífico. A juzgar por los casi siete años que separaron su álbum ‘La Llamada’ (2014) de su ya penúltimo larga duración, ‘Seremos’ (2021) pudiera pensarse que en efecto es así, a no ser que se desconozca que en esos siete años escribió cuentos, hizo canciones infantiles y editó un disco en directo para conmemorar sus 20 años en la música. Y para llevarse una vez más la contraria a sí mismo, apenas año y medio después de ‘Seremos’, hoy se edita oficialmente ‘La canción de nuestra vida’, su nuevo álbum de estudio.

Musicalmente, entiendo que lo quizá cabe destacar más en cuanto a las novedades que encontramos en ‘La canción de nuestra vida’ es que Ismael Serrano también asume la producción del disco, una tarea no siempre fácil de afrontar pero de cuyo resultado creo que puede sentirse satisfecho. Por un lado, la producción mantiene ese tono intimista, sugerente y confidente propio de su estilo y de su manera de contar historias, tanto con la guitarra acústica como con el piano o con los excelentes arreglos de cuerda de canciones como “Estaré Ahí”. Sin olvidar como la voz de Ede, que repite colaboración con Ismael tras “Cállate y baila”, y que nos regala una reconfortante y sensitiva caricia en “Los amantes invisibles”.

Por otro, jugando fuerte, arriesgando y haciendo un magnífico y transgresor experimento de fusión con el rap de Nach, consiguiendo algo que es sumamente difícil cuando se experimenta con lenguajes musicales tan diferentes entre sí: lograr un equilibrio que transmite la sensación de que esa fusión no ha sido algo forzado ni metido con calzador, sino que es el fruto de un buen entendimiento entre dos artistas de mentalidad abierta e inquietud creativa.

Igualmente interesante en ese sentido es su versión del en otro tiempo extraordinariamente popular “Burbujas de amor” de Juan Luis Guerra, que ha sabido llevar también a su terreno saliendo airoso del envite. En una conversación que tuve en su día con un viejo compañero de la radio, el gran experto en el mundo de la canción de autor Fernando González Lucini, mantenía que “Burbujas de amor” aunque superficialmente no lo pareciera, guardaba una evidente deuda con la trova cubana, especialmente con Silvio Rodríguez. Me parece que esta versión efectivamente entronca más aún con esa escuela universal de música y sensaciones que nos llegó desde Cuba.

No puedo evitar recordar aquella frase de John Lennon que decía: “Si quieres saber si una canción es buena de verdad o no, hazla solo con voz y guitarra. Si pasa la prueba, ya puedes vestirla como quieras y añadirle todo lo que se te ocurra”. Esta versión es un elocuente ejemplo, como la mayoría de la canciones que habitan en este disco, caso de “Un vestido y un amor” o “Un muerto encierras”, por citar tan solo dos casos más.

En relación con las letras, tenemos por un lado temas que siempre han estado en el bagaje de Ismael Serrano relacionados con el compromiso político y la crítica social. “Un pedacito de tierra” es un alegato contra el cambio climático y la constante agresión que sufre el medio ambiente, aunque encierra también un mensaje de esperanza: si bien parece imposible que quienes hoy detentan responsabilidades para poder parar esta tragedia dejen de mirar hacia otro lado, confía Ismael en que las generaciones futuras, como si hablara a sus hijos, sí tengan la valentía y la inteligencia necesaria para cambiar las cosas. No me parece casual en relación con esta canción que en una reciente entrevista que con motivo de la salida de este disco Ismael ha hecho en RNE, afirmase que la paternidad entre otras muchas cosas, le ha convertido en una persona más flexible, algo muy positivo para desarrollar una creatividad más poliédrica en tanto que él deja de estar en el centro de su propio relato.

No está ausente la mirada hacia la autocrítica que considera que en la izquierda deberíamos de hacer cuando las luchas de ego y los intereses personalistas decepcionan, dividen, desmovilizan y restan estímulo de lucha frente al enemigo que tenemos enfrente. Mediante una irónica e inteligente metáfora, en “Fábula de los conejos” deja muy claro su punto de vista. Y esa autocrítica se extiende a una actitud que Ismael asume y reivindica que la izquierda debería abandonar de una vez por todas, en la que él mismo reconoce haber caído en alguna ocasión: la afección e incluso el acomodamiento en la derrota, en esa suerte de actitud masoquista de asumir el fracaso como algo inevitable y casi legitimador del compromiso político desde posiciones de izquierda.

Esa autocrítica se extiende a una actitud que Ismael asume y reivindica que la izquierda debería abandonar de una vez por todas, en la que él mismo reconoce haber caído en alguna ocasión: la afección e incluso el acomodamiento en la derrota, en esa suerte de actitud masoquista de asumir el fracaso como algo inevitable y casi legitimador del compromiso político desde posiciones de izquierda

Frente a esta actitud, es ya hora de celebrar los pequeños triunfos que conseguimos en nuestra lucha diaria, de reivindicar las victorias que paso a paso se van consiguiendo. No puede decirlo más claro en la que me parece la mejor canción del disco, “Saber ganar”. “La derrota a mí me sentaba muy bien / y resulta que esta noche hemos ganado / no esta mal ganar de vez en cuando / beber un trago del vermut de la victoria / si te crees mejor perdiendo eternamente / si te gusta el amargor de los fracasos / me perdonarás que esta noche me ausente / no esta mal coronar de vez en cuando”.

Por otro lado, no falta en este disco una mirada más autoreferencial e introspectiva en algunas canciones, como “Esto no es una canción de desamor”, en la que interioriza esa rebeldía contra la frustración – “De mi boca no saldrán puñales / esto no es un himno a la derrota”, dice un fragmento de la letra- o en la propia “La canción de nuestra vida”, que inevitablemente evoca a “Papá, cuéntame otra vez”.

Comienza Ismael Serrano una gira por América latina el próximo 7 de octubre que le llevará a recorrer Uruguay, Argentina y México, para regresar a España a mediados de diciembre, con actuaciones ya confirmadas en Salamanca y Getxo, para continuar ya a partir de enero de 2024 en Madrid, A Coruña, Vigo, Zaragoza, Palma de Mallorca, Valencia, Badajoz, Cáceres y Tenerife.

Promete un formato de concierto muy innovador en lo escénico, rompiendo la cuarta pared e interactuando con el público. Las entradas para estos conciertos, así como la posibilidad de comprar este disco, los libros que ha publicado e incluso la novela gráfica de su padre, el periodista Rodolfo Serrano con el ilustrador Román López Cabrera ‘Vallekas, los años de barro’ editada por Hoy es Siempre Ediciones, se pueden adquirir en su página web https://www.ismaelserrano.com.

Acabamos de entrar en el otoño, una estación en la que los días se van haciendo progresivamente más cortos, este año dicen que más lluviosos y en los que es fácil caer en la tentación de la melancolía. Para quienes quieran sacudirse esa sensación, ‘La canción de nuestra vida’ será un instrumento de enorme utilidad. Hagan la prueba y ya me contarán.


Madrid –

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