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Gonzalo Pando con el Campesino en Trijueque tras vencer a los fascistas italianos

La última entrevista al hijo de Enrique Líster

La historiadora Ana Afzali entrevistó al hijo del general y dirigente comunista Enrique Líster en la primavera de 2022. Pocos meses después, Enrique Líster López murió en Poitiers. Diario Red ofrece en exclusiva un documento emotivo y de interés historiográfico


El 9 de febrero de 2023 falleció en Poitiers (Francia) Enrique Lister López, hijo del famoso comandante de la guerra civil española Enrique Líster Forján. Como sabemos, Líster Forján (1907-1994) fue un militar y político español conocido por su participación en la guerra civil española. Líster era un comunista comprometido y se destacó como líder de las Brigadas Internacionales y como comandante del Ejército Popular de la República durante el conflicto.

Nacido en Galicia en 1907, Líster se unió al Partido Comunista de España (PCE) y se convirtió en un destacado miembro del movimiento. Durante la guerra civil española, de 1936 a 1939, se convirtió en una figura influyente en la lucha antifascista. Lideró la 11.ª División del Ejército republicano y, más tarde, la 35.ª División, también conocida como la División «Líster».

Fue conocido por su determinación y valentía en el campo de batalla. Las divisiones que comandó participaron en varios frentes y batallas importantes como la del Jarama, la de Brunete y la del Ebro. Tras la derrota de la República en 1939, Líster se exilió en la Unión Soviética, donde vivió hasta su regreso a España en 1977, después de la muerte de Franco y el inicio de la democracia.

Después de regresar a España, Líster siguió activo en política y escribió sus memorias. A pesar de sus contribuciones en la lucha contra el fascismo durante la Guerra Civil, su papel y la historia de las Brigadas Internacionales y la lucha republicana a menudo han sido objeto de controversia y diferentes interpretaciones debido a la naturaleza política y polémica del conflicto.

Su hijo, Enrique (Quique para los amigos) Líster López había nacido en Moscú en 1941, donde cursó estudios de Historia. Más adelante fue catedrático de Estudios Eslavos en la Universidad de Poitiers, donde enseñó también historia de Rusia y de Yugoslavia.

Por coincidencias de la vida, tanto el padre como el hijo se hallaban en Praga cuando entraron los tanques del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia, suceso que describe con profundidad el profesor en su libro Praga, agosto 1968: páginas de un diario personal.

En 2022 publiqué el libro Gonzalo Pando Rivero: de médico a comandante republicano de la guerra civil española. La biografía del comandante republicano Gonzalo Pando Rivero ofrece un acercamiento íntimo y cuidadosamente estudiado a la vida del médico que cambió un bisturí por la escopeta tras el levantamiento militar de julio de 1936.

Hasta ese momento, Pando, cuyo compromiso siempre había sido apoyar a la clase trabajadora, se involucró desde los primeros días de la Guerra Civil en las batallas más cruciales de un conflicto que se cobró la vida de más de medio millón de personas. Con el tiempo, llegó a convertirse en uno de los comandantes más admirados y renombrados dentro de la 11.ª División, dirigida por Enrique Líster Forján. Entre sus logros destacó como líder del batallón Thaelmann, entre otros cargos de responsabilidad.

En medio de un periodo histórico que marcó profundamente a España, Pando se erigió como una figura destacada. Uno de los hitos más significativos fue su papel crucial en la batalla de Trijueque (Guadalajara) en marzo de 1937, donde alcanzó la hazaña histórica de liderar la victoria sobre las fuerzas fascistas por primera vez en la historia del país. Su nombre resonó en los periódicos de la época, que a menudo lo describieron como un hombre intrépido, de vastos conocimientos y respetado por sus camaradas. Su valentía y compromiso dejaron una huella indeleble en la historia de España y en la memoria de quienes lucharon a su lado.

Pocos meses después, en julio de ese mismo año, Gonzalo Pando resultó gravemente herido en la batalla de Brunete, al igual que la reconocida fotógrafa Gerda Taro. Ambos fueron evacuados al hospital de El Escorial. Tristemente, Taro falleció esa misma noche debido a sus heridas, mientras que Pando continuó luchando por su vida durante seis días adicionales.

A pesar de su importancia y su querida presencia en nuestra historia, Gonzalo Pando Rivero carecía prácticamente de una documentación escrita sobre su vida. Fue en marzo de 2020 cuando emprendí una investigación exhaustiva que me llevó a desentrañar su biografía, culminando posteriormente en la publicación de su historia. Mi objetivo fue llenar ese vacío y ofrecer una mirada detallada sobre la vida y las contribuciones de Gonzalo Pando Rivero en un contexto histórico crucial.

Para la redacción de este libro me he basado exclusivamente en documentos originales y testimonios históricos provenientes de personas que tuvieron un contacto personal con Pando o que compartieron el campo de batalla junto a él. Mi objetivo ha sido presentar una perspectiva auténtica y fundamentada en fuentes confiables para arrojar luz sobre la vida y las experiencias de Pando en su contexto histórico.

Cuando viajé a España en marzo del 2022 para presentar el libro en varias ciudades del país, tuve el placer de entrevistar a personas ya muy mayores que recordaban a Gonzalo Pando e, incluso, a pacientes a los que había tratado como médico antes de julio de 1936. Fue durante esos meses cuando tuve la oportunidad de entrevistar a Quique Líster López, hijo del comandante Líster de la 11.ª División. En una conversación telefónica que él generosamente me permitió grabar, me habló de lo que su padre le había transmitido sobre la figura del gran comandante Pando.

En conmemoración del fallecimiento de Líster López y con el propósito de enriquecer el diálogo histórico sobre la Guerra Civil, presento esta entrevista que tuvo lugar el 25 de marzo del 2022. En ella se profundiza en los detalles que rodean las figuras de Gonzalo Pando Rivero y Enrique Líster Forján, y aporta valiosa información para el entendimiento de ese periodo histórico.

Pando, cuyo compromiso siempre había sido apoyar a la clase trabajadora, se involucró desde los primeros días de la Guerra Civil en las batallas más cruciales. Con el tiempo, llegó a convertirse en uno de los comandantes más admirados y renombrados dentro de la 11.ª División, dirigida por Enrique Líster

Ana M. Afzali: —Hola, Quique, encantada de charlar contigo. Te pareces mucho a tu padre.

Enrique Líster López: —Sí, sí, eso ya me lo han dicho.

A.M.A.: —Gracias por concederme esta entrevista. Me gustaría que me contaras lo que tu padre te comentó antes de fallecer sobre Gonzalo Pando tras terminar la Guerra Civil.

E.L.: —El nombre de Pando surgía frecuentemente. Cuando se hablaba de todos los episodios de la guerra de España y de los personajes, era una de esas personas que Líster consideraba como uno de los símbolos de la 11.ª División. Había algunas personas por las cuales él sentía un inmenso respeto. Primero, porque se trataba de personas que salían de lo que llamamos las capas medias, de gente muy cultivada, pues Pando era médico… Hubo otros personajes, como Balaguer, que era un inspector de finanzas, gente que salía de las capas medias o inclusive superiores. Bueno, ser médico en aquella época era ser todo un personaje. Mi abuelo materno era médico también y donde vivía en Asturias (en Llanes) era una de las personalidades.

A.M.A.: —Qué curioso que tengas familia asturiana. Gonzalo Pando y la mayoría de sus hermanos nacieron en Villaviciosa, donde tienen mucha historia familiar.

E.L.: —Bueno, como decía, mi padre Enrique Líster tenía mucho respeto por esta gente. Él consideraba que, tomadas las armas inmediatamente desde el comienzo, obreros y campesinos era lo normal, pues estaban luchando no solo por sus reivindicaciones, sino por su vida prácticamente y, por lo tanto, esa era una reacción normal; pero que gente que venía de las clases superiores, de la pequeña y media burguesía, eso ya era una cosa un poco atípica, y además que lo hiciesen inmediatamente en el combate de una forma tan decidida. Eso por un lado y, por otro, eran personas, ya te digo, como él, Balaguer y otros, inmediatamente adquirieron conocimientos militares muy deprisa. Se transformaron casi inmediatamente en jefes militares de primer plano, lo cual era una cosa atípica. Sobre todo lo que a él le llamaba la atención y que apreciaba mucho era la valentía personal, la valentía física de esos hombres; es decir, que la gente que tenía no solamente modales, sino la capacidad de hacerle frente a la muerte se salía de lo normal y esa era gente por la que él sentía un gran respeto. Cuando Líster sentía un gran respeto por alguien por razones de valentía, eso quería decir mucho, pues incluso él era una persona a la que no se le encogía el ombligo. Luego, el nombre de Pando surgió en varias conversaciones. A comienzo de los años sesenta en el partido [comunista] español surgió una corriente que llamábamos en aquella época la corriente prochina, es decir, de comunistas españoles que estaban de acuerdo con las tesis chinas en aquel momento. Había una confrontación entre las tesis soviéticas y las tesis chinas. Los soviéticos estaban por la presencia pacífica, la crítica a Stalin, etcétera, etcétera, y luego aparecieron los chinos contestando y oponiéndose a esa concepción de las cosas por parte de los soviéticos. En el partido español surgió una corriente bastante seria de gente que estaba más bien de acuerdo con las posiciones de los chinos y dio la casualidad de que en la organización del partido en Suiza los que tenían la sartén por el mango eran los prochinos, con la particularidad de que una parte de ellos había luchado en la guerra civil española en la 11.ª División de Líster. La dirección del partido mandó a Líster allí para que intentara convencer a los comunistas del partido en Suiza para que fueran por el buen camino. Tenía que parar esas tendencias maoístas, etcétera. Lo enviaron allí y, efectivamente, muchos miembros del partido en Suiza, en Ginebra concretamente, fueron miembros de la 11.ª División y muchos habían sido miembros del batallón Thaelmann de Gonzalo Pando Rivero.

A.M.A.: —¡No me digas!

E.L: —Sí, entonces la política es la política y Líster metió el paquete, como se dice, hablando de Pando y diciendo “pero, camaradas, si vosotros ahora rompéis con el partido, rompéis también con el recuerdo que tenéis de vuestro jefe militar”. Inclusive Líster, de cierta manera, se sirvió del nombre de Pando para intentar llevar por el buen camino a esos camaradas que, según él, estaban desviados. Así, el nombre de Pando apareció y es una de las cosas que, decía mi padre, casi casi les obligó a cambiar de opinión, aunque no cambiaron. Esto te lo digo para indicarte que el nombre de Pando apareció en varias ocasiones en discusiones políticas de este tipo que nada tenían que ver con la guerra de España, que eran discusiones ideológicas dentro del movimiento comunista internacional.

El nombre de Pando surgía bastantes veces en conversaciones en las que se ponía de relieve a personas que habían surgido espontáneamente desde el primer momento en esa guerra civil española.

Yo nunca había leído nada sobre Pando, lo único que sabía era lo que había contado mi padre y luego lo que dice en sus memorias, lo que escribe de él.

A.M.A.: —Varias de las cosas que dijo Líster sobre Pando las utilicé en mi publicación sobre Pando, pues nunca se había publicado un libro sobre él.

E.L.: —Yo había oído hablar de Pando antes de que mi padre escribiera sus memorias. La Guerra Civil, en conversaciones, cuando había gente en casa surgía con frecuencia. No es que hubiera excombatientes lloriqueando sobre el pasado. Surgían conversaciones diciendo «¿te acuerdas de esto?» o «¿te acuerdas de aquello?», que es normal porque, lo creas o no, eso fue un acontecimiento que nos marcó la vida. No se trataba de una especie de nostalgia, simplemente se recordaba, y el nombre de Pando era uno de los nombres de gente que yo no conocí, claro está, que no aparecía en ningunos escritos y que yo oí varias veces, el de él y el de gente como Aguado, como Balaguer y otros, como Hidalgo de Cisneros. Tenía mucha simpatía por Hidalgo de Cisneros porque consideraba que un hombre que era el representante de la nobleza se hubiera puesto del lado de la República, y no solamente del lado de la República, sino ingresando en el Partido Comunista y quedándose con esas ideas hasta su muerte… Esta era una de las cosas que Líster apreciaba enormemente, que le extrañaba y que apreciaba… que era gente artística en el sentido positivo de la palabra. Lo mismo ocurría con la actitud de Líster hacia las Brigadas Internacionales, aunque consideraba que había algunos que eran unos cantamañanas, había de todo… Eso sí, él tenía un cariño especial por los internacionalistas americanos por una razón muy simple: porque él consideraba, por ejemplo, que si los franceses se alistaban a las Brigadas Internacionales era normal al ser un país vecino. Al batirse por España, se batían por su propia libertad contra el fascismo. Lo mismo los italianos, pues ellos hasta tenían una dictadura fascista en Italia. Es normal que viniesen a luchar contra el fascismo. Los alemanes igual, pero los americanos, ¿qué venían a hacer los americanos aquí? Eran personas convencidas, bueno, románticas si se quiere, pero convencidas, gente honesta, gente combativa, generosa, etcétera, etcétera. Además, tenían que atravesar todo ese Atlántico para llegar hasta España; es decir, era gente que venía a luchar por una causa a miles de kilómetros y, además, bueno, desde el punto de vista geográfico no les afectaba. Por eso él sentía un cariño, un respeto, por los americanos superior a los otros.

Lo mismo que ocurría con estos brigadistas ocurría con personas como Pando y otras que él consideraba que era gente que salía de las clases superiores y se plantaban del lado de la República. Apreciaba eso enormemente. Eso, aparte de las cualidades personales, el coraje, la valentía, la sabiduría militar… porque Pando manejó el arte militar como era debido.

A.M.A.: —¿Alguna vez habló Líster de cómo murió Pando?

E.L.: —Detalles no tengo, sé que murió cayendo en combate.

A.M.A.: —¿Alguna vez has visto una fotografía de Líster con Pando?

E.L.: —No, la primera vez que descubrí una fotografía fue recientemente en internet con tu libro.

A.M.A.: —Bueno, Quique, te comento que descubrí durante mi investigación una fotografía preciosa que durante muchos años había conservado su viuda Asunción. Se tomó minutos después de que acabara la batalla de Trijueque, en el pueblo, frente al ayuntamiento con sus hombres, que es una foto hasta ahora inédita preciosa. En ella se ve a Gonzalo Pando con sus hombres con una cara de satisfacción tras vencer a los fascistas italianos. Lo curioso es que Pando tenía soldados italianos bajo su mando. Fue una lucha entre compatriotas en un territorio extranjero. Esta imagen apareció por primera vez en la biografía que publiqué sobre Pando.

Al terminar esta entrevista, en marzo del 2022, le dije a Quique (como él me pidió afectuosamente que le llamara) que esperaba que nos conociéramos personalmente en España algún día. Me indicó que le costaba mucho viajar, pues ya le habían operado de un cáncer cuatro veces; entonces le animé a que hiciera lo posible por aprender a hacer videoconferencias para poder continuar nuestras conversaciones. Eso ya no pudo ser, pues su salud empeoró al poco tiempo y perdió la vida meses después.

Yo siempre le agradeceré a Quique esta conversación en la que pude apreciar el respeto y el cariño tanto del jefe como de los hombres de Gonzalo Pando Rivero, mi tío abuelo, el médico, el amigo y el comandante de la XI División del bando republicano que, de forma tan desinteresada, luchó por el prójimo y por la igualdad social en una España que amó con pasión hasta que dio por ella la vida el 31 de julio de 1937.


Madrid –

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