(Casi) todos quieren dar el gobierno al PNV

Todas las citas electorales tienen una pregunta fundamental y la pregunta en estas elecciones vascas es si tiene que haber un gobierno del PNV. (Casi) todas las fuerzas políticas que se presentan dicen que así es la vida, que el agua moja, el fuego quema y, en Euskadi, gobierna el PNV
El candidato a Lehendakari y cabeza de lista por Bizkaia, Imanol Pradales, interviene durante el arranque de la campaña electoral del PNV, en la Plaza de la Virgen Blanca, a 4 de abril de 2024, en Vitoria-Gasteiz, Álava, País Vasco (España). Después de tres legislaturas, Iñigo Urkullu no se presenta en 2024 con el Partido Nacionalista Vasco a las elecciones del domingo 21 de abril. El partido ha renovado el rostro de su candidatura a lehendakari, con Imanol Pradales al frente.,Image: 862453077, License: Rights-managed, Restrictions: , Model Release: no, Pictured: IMANOL PRADALES, Credit line: Iñaki Berasaluce / Europa Press / ContactoPhoto
El candidato a lehendakari del PNV, Imanol Pradales — Iñaki Berasaluce / Europa Press / ContactoPhoto

El PNV lleva 12 años gobernando Euskadi. En estos años, ha deteriorado de una forma preocupante la sanidad pública, se ha puesto sistemáticamente del lado de los grandes poderes económicos y de la oligarquía vasca —en Ajuria Enea pero también en la Carrera de San Jerónimo—, ha cruzado cada vez que ha podido las puertas giratorias y se ha visto salpicado por la corrupción, con casos como el Caso de Miguel. Aunque, en el resto de España, lo haya sabido ocultar al oponerse al centralismo de la derecha españolista y, en Euskadi, se haya aprovechado de la mejor situación económica relativa con respecto al resto del Estado para hacer alguna que otra política social, el lema del PNV sigue siendo "Dios y la ley vieja" (Jaungoikoa eta lege zaharra) y sus mecanismos de gobernanza son idénticos a los de cualquier otra fuerza de derechas: una alianza incuestionable con los grandes capitales, el fomento del clientelismo —y, si hace falta, de su forma más obscena: la corrupción— y la mano dura policial contra la protesta social. No en vano, el PNV comparte grupo parlamentario en Bruselas con Ciudadanos, uno de los partidos más furibundamente capitalistas de nuestro país.

A pesar de esta evidencia, es prácticamente imposible encontrar un partido en estas elecciones vascas que no apueste explícita o implícitamente por volver a situar a los de Andoni Ortúzar al frente del próximo gobierno vasco.

El Partido Socialista de Euskadi lo dice abiertamente a través de la boca de su candidato, Eneko Andueza. Aunque Pedro Sánchez lleva sustentando su gobernabilidad en EH Bildu desde hace casi seis años, el PSE ha decidido establecer un cordón sanitario sobre la formación abertzale en Euskadi y han sido cristalinos al negar cualquier posibilidad de gobernar con ellos, incluso aunque las mayorías parlamentarias lo permitan. Los de Andueza ya están gobernando con el PNV ahora —en una posición completamente subalterna— y hacen saber sin matices que sus objetivos en estas elecciones es que todo siga igual y el esquema se repita.

En cuanto al PP, es absolutamente evidente que estarían encantados de poder jugar un papel determinante en una nueva legislatura vasca encabezada por un lehendakari del PNV. Si Feijóo ha llegado a establecer contactos con Puigdemont para intentar armar una mayoría de derechas en el Congreso de los Diputados que le permita ser presidente, es completamente obvio que va a hacer todo lo posible por intentar acercarse a los cinco escaños del PNV en la cámara baja.

Es prácticamente imposible encontrar un partido en estas elecciones vascas que no apueste explícita o implícitamente por volver a situar a los de Andoni Ortúzar al frente del próximo gobierno vasco

Pero es que hasta EH Bildu y Sumar estarían de acuerdo en que vuelva a gobernar el PNV. En el caso de los primeros, lo sabemos porque lo han llegado a decir explícitamente varias veces. La última, este pasado jueves, en el arranque de la campaña, cuando el propio Arnaldo Otegi certificó su apuesta por "un gobierno entre abertzales". En el caso de los de Yolanda Díaz, lo sabemos porque Sumar no es otra cosa que la escisión errejonista de Podemos allí, porque el diputado de Sumar, Lander Martínez, ya le aprobó los presupuestos al PNV a cambio de nada en 2019 y porque su candidata en estas elecciones vascas —trabajadora de Podemos hasta un día antes de ser programada— no lo ha negado en ninguna de las entrevistas que ha hecho, y ha tenido unas cuantas oportunidades.

Curiosamente, y aunque podría llegar a haber una mayoría de izquierdas en el parlamento vasco después del próximo 21 de abril, solamente Podemos está diciendo abiertamente que no va a apoyar un gobierno del PNV. Así las cosas, y aunque la pluralidad ideológica que concurre a estos comicios es aparentemente amplia, en realidad, se está proponiendo a la ciudadanía únicamente dos esquemas posibles de gobernabilidad: un gobierno del PNV (que es adonde irían los votos al propio PNV, pero también los votos al PSE, al PP, a EH Bildu y a Sumar) o un gobierno sin el PNV (representado el 21 de abril solamente en la papeleta de Podemos).

No hay que engañar a nadie y es preciso recordar que el modelo de investidura en el parlamento vasco es diferente al modelo que se aplica en el parlamento español. En la cámara vasca, por su propio sistema, no puede haber un bloqueo seguido de una repetición electoral. Esto es así, porque, aunque en una primera votación se exige una mayoría absoluta de escaños para investir al lehendakari, en una segunda votación se pueden presentar varios candidatos y es investido en que tenga más votos a favor (sin que se puedan emitir votos en contra). Es por ello que un buen resultado del PNV sumado a un buen resultado del PSE haría prácticamente imposible la opción de que no se repita el esquema de gobernabilidad actual.

Eso es una realidad y no debemos soslayarla. Pero eso no significa que las cosas no se puedan cambiar. En política, todo cambio es posible a través de la palabra, del voto y de la modificación de la correlación de fuerzas parlamentarias. Todas las citas electorales tienen una pregunta fundamental y la pregunta en estas elecciones vascas es si tiene que haber un cuarto gobierno consecutivo del PNV. (Casi) todas las fuerzas políticas que se presentan dicen que qué le vamos a hacer, que así es la vida, que el agua moja, el fuego quema y, en Euskadi, gobierna el PNV. Pero hay una fuerza que dice que no, que eso no es aceptable y que hay que trabajar para que esa época se acabe. A partir de ahí, serán los vascos y las vascas los que decidan.

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