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Milei destruye la economía argentina en 100 días

Si la izquierda no afronta la batalla cultural dejando de lado los discursos tibios, los tonos que de tan suaves son inaudibles y la búsqueda del inexistente centro político, entonces los Mileis seguirán destruyendo países y machacando a los pueblos tanto allá como aquí


Es un tópico en la política el afirmar que se deben conceder 100 días de margen a cualquier gobernante antes de empezar a criticarlo para, por lo menos, haber otorgado una mínima oportunidad de que demuestre con hechos que sus propuestas y sus acciones son positivas para el país. Aún asumiendo que el mismo criterio de prudencia tenga que aplicarse con tipo que dice ser asesorado por sus perros ya fallecidos, Javier Milei fue investido presidente de la República Argentina el pasado 10 de diciembre de 2023 y ya se han cumplido 100 días desde aquella fecha, así que ya podemos empezar a llevar a cabo análisis objetivos con bastante fiabilidad.

Según ha publicado recientemente el centro de estudios CELAG, si uno mira los principales indicadores económicos, la conclusión es bastante clara. Si comparamos la evolución de dichos indicadores durante la última parte del gobierno anterior —con el peronista Alberto Fernández en la Casa Rosada— frente a lo ocurrido durante los tres primeros meses del mandato de Milei, los números hablan por sí solos:

  • Inflación acumulada en los últimos tres meses del gobierno anterior: 37,7% — Inflación acumulada en los tres primeros meses del gobierno de Milei: 71,3%
  • Precio del litro de gasolina súper en las gasolineras de YPF en noviembre de 2023: 311 pesos — Precio en marzo de 2024: 800 pesos
  • Cantidad de billetes de autobús que se podían comprar con un salario mínimo en noviembre de 2033: 2757 — Cantidad de billetes que se puedan comprar en marzo de 2024: 751
  • Variación del salario real de los trabajadores del sector privado en los dos últimos meses del gobierno anterior: –3,5% — Variación del mismo salario en los dos primeros meses del gobierno de Milei: –27,1%
  • Cantidad de canastas alimentarias que se podían comprar con una jubilación mínima en noviembre de 2023: 1,5 — Cantidad de canastas que se pueden comprar en febrero de 2024: 1
  • Variación en las ventas minoristas de las pymes en los tres últimos meses del gobierno anterior: 1,3% — Misma variación durante los tres primeros meses del gobierno de Milei: –23.0%
  • Rendimiento real de los depósitos bancarios a plazo fijo durante los tres últimos meses del gobierno anterior: –2,0% — Rendimiento durante los tres primeros meses del gobierno de Milei: –28,9%
  • Variación del índice de producción industrial manufacturera durante los dos últimos meses del gobierno anterior: –4,2% — Variación del mismo índice durante los dos primeros meses del gobierno de Milei: –19,4%

Se podrían añadir más indicadores incluso hasta el hartazgo, pero todos van a dibujar el mismo panorama: en tan solo 100 días, Javier Milei ya ha empezado a destruir la economía argentina a un ritmo acelerado.

En tan solo 100 días, Javier Milei ya ha empezado a destruir la economía argentina a un ritmo acelerado

Por supuesto, sus defensores a uno y otro lado del Atlántico dirán que, en realidad, lo que estamos viendo es la herencia recibida de los gobiernos anteriores y que nadie habría sido capaz de revertir esa dinámica en tan poco tiempo. Otros dirán que el sufrimiento social es real y quizás en parte provocado por el gobierno actual, pero que es la única opción para sacar a Argentina del bache (recordemos lo que coreaban todos los altavoces neoliberales durante la aplicación brutal de la austeridad en los países del Sur de Europa). Los anarcocapitalistas más radicales puede que incluso lleguen a decir que el cometido de un gobierno no tiene por qué ser el bienestar de la totalidad de la población, sino tan solo garantizar que los mejor adaptados —para ganar dinero— pueden progresar hacia niveles de riqueza muy elevados; aunque estemos hablando únicamente de una minoría.

Todas estas afirmaciones son dignas de estudio pero ninguna de ellas es una afirmación sobre parámetros objetivos. Todas estas afirmaciones son relato. Cuando uno mira los números —como ha hecho el CELAG y como hemos reproducido en este editorial— la realidad es innegable: las medidas que está tomando Milei están perjudicando gravemente a la inmensa mayoría de la población y están destruyendo las bases económicas del conjunto del país. Quizás puedan servir para que una minoría oligárquica —nacional o extranjera— extraiga obscenos beneficios de la explotación salvaje de los recursos naturales y humanos de la Argentina, pero hasta ahí. Todas las promesas de recuperación económica y de mejora de las condiciones materiales de vida de las personas que hizo Milei en campaña no solamente son mentira si atendemos a la realidad de sus primeros 90 días de gobierno, sino que ha hecho todo lo contrario.

Y hoy escribimos esto porque lo que está ocurriendo en Argentina no es anécdota sino categoría. La receta económica neoliberal —llevada al extremo por el presidente de la motosierra— nunca consigue la prosperidad para las mayorías sociales ni la estabilidad y el crecimiento económico de los países. La receta económica neoliberal siempre genera un sufrimiento insoportable sobre los más para que los menos se puedan forrar. Por eso, la única forma de imponerla es mediante la victoria cultural gracias a los medios de comunicación masivos en manos de los oligarcas. Los cañones mediáticos propiedad de los multimillonarios seguirán dando voz a personajes desquiciados que gritan «zurdos de mierda», y seguirán intentando convencer a los argentinos —cada vez más pobres y precarios— de que no hay alternativa y de que, a lo mejor no pueden comer todas las semanas carne o pescado, pero ahora pueden comer libertad (carajo).

Si la izquierda no afronta la batalla cultural dejando de lado los discursos tibios, los tonos que de tan suaves son inaudibles, las propuestas de acuerdo y concertación con los depredadores al frente de los poderes económicos y mediáticos y la búsqueda del inexistente centro político, entonces los Mileis seguirán destruyendo países y machacando a los pueblos tanto allá como aquí. De nosotros depende.


Madrid –

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