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Palestina necesita a los universitarios españoles

Nuestro gobierno sigue comprando y vendiendo armas a los genocidas y ni siquiera ha querido romper relaciones diplomáticas con ellos. Es la hora de que esa juventud —que siempre es vanguardia política de la decencia— ocupe todos los campus universitarios de España y obligue al gobierno a ponerse del lado correcto de la historia


A pesar de la visión paternalista con la que cada generación de adultos mira de manera despectiva a los jóvenes época tras época, lo cierto es que los ciudadanos y ciudadanas de menos edad muchas veces son los que con mayor valentía encienden la chispa de la lucha social. Ocurrió a finales de la década de los 60 con el alzamiento de las universidades norteamericanas —y de muchos otros lugares del mundo— contra la guerra de Vietnam y, en cierto modo y salvando las distancias, está volviendo a ocurrir ahora cuando la humanidad asiste horrorizada al genocidio que está llevando a cabo Israel en la Franja de Gaza.

En los últimos días, miles de estudiantes universitarios en Florida, Texas, California, Muevo México, Minnesota y otros muchos estados de Estados Unidos han decidido establecer acampadas permanentes en el recinto de los campus de varias de las universidades más prestigiosas del mundo para protestar de forma activa y contundente contra la política de apoyo firme al Estado genocida de Israel por parte de su gobierno y también para pedir a las propias instituciones universitarias que corten toda relación académica y económica con los que están llevando a cabo una sangrienta limpieza étnica.

Como era de esperar, la policía ha reprimido duramente a los estudiantes, ha detenido a cientos de ellos y el grueso del establishment político y mediático norteamericano ha apostado por su criminalización. Donald Trump los ha llamado «lunáticos» y el octogenario amigo de Netanyahu, Joe Biden, ha decidido dibujarlos desde una comparecencia solemne en la Casa Blanca como manifestantes violentos. Por supuesto, no han faltado los discursos públicos tachándolos de ‘antisemitas’ y ‘amigos de Hamás’, como ha ocurrido también en buena medida en el resto del mundo con cualquiera que haya alzado mínimamente la voz para pedir que pare el asesinato masivo de seres humanos más pavoroso del siglo XXI.

Sin embargo, a pesar de la complicidad criminal de la mayor parte de la élite política y mediática occidental con los señores de la guerra, los fabricantes de armas y los genocidas sionistas, es difícil ocultar en la época de Internet que Israel asesina niños todos los días y que ya lleva más de 14.000. Quizás por ello, las protestas en las universidades, lejos de desinflarse, no hacen más que crecer. Ya están surgiendo tímidas réplicas en países como Canadá, Australia, Italia, Reino Unido o —con algo más de fuerza— también en Francia, y han conseguido el principal objetivo que siempre ha de buscar la movilización social: el poner el tema en la agenda y el sujetar un espejo frente a la cara de los que no hacen nada para detener a los asesinos o —aún peor— colaboran activamente con ellos.

Como era de esperar, la policía ha reprimido duramente a los estudiantes, ha detenido a cientos de ellos y el grueso del establishment político y mediático norteamericano ha apostado por su criminalización.

En nuestro país, los y las estudiantes de la Universidad de Valencia han sido los primeros en seguir la estela de las protestas iniciadas en los Estados Unidos. Desde aquí queremos agradecer a esos jóvenes comprometidos por la pelea que están dando. Pero también queremos hacer un llamamiento para que la chispa prenda de forma masiva en todos los campus de España. El nuestro es el país del ‘No a la guerra’. En España, hay millones y millones de personas que se solidarizan con la causa Palestina. Si las universidades se levantan, a lo mejor se podría empezar a crear la masa crítica social necesaria no solamente para que los medios de comunicación no dejen de hablar del tema sino también para obligar al gobierno de Sánchez a que pase de una vez de la retórica vacía a los hechos.

Hace ya 13 años, los neoyorquinos llenaron Zuccotti Park bajo la consigna de ‘Occupy Wall Street’. Ese movimiento, que nos llenó a tantos y tantas de esperanza, fue una réplica del 15M español que había estallado unos meses antes. Hace 13 años, primero fue Madrid y después vino Nueva York. Hoy es al revés y son los y las jóvenes de la Universidad de Columbia —y otras muchas— las que están poniendo el cuerpo las primeras y señalando el camino. Hoy le toca a la juventud de nuestro país hacer la réplica y decirle con valentía a los que pelean del otro lado del Atlántico —y, sobre todo, al pueblo palestino— «estamos aquí y estamos con vosotras».

Nuestro gobierno sigue comprando y vendiendo armas a los genocidas y ni siquiera ha querido romper relaciones diplomáticas con ellos. Es la hora de que esa juventud —que siempre es vanguardia política de la decencia— ocupe todos los campus universitarios de España y obligue al gobierno a ponerse del lado correcto de la historia.


Madrid –

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