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¿Acerca la tregua un horizonte de paz en Palestina?

La presión de las familias de los rehenes para su puesta en libertad inmediata es precisamente lo que ha empujado a Netanyahu a firmar esta tregua temporal con Hamás después de más de un mes bombardeando Gaza


Han tenido que pasar más de 40 días desde que se inició la ofensiva de Israel, y que más de 14.500 palestinos hayan sido asesinados, para que se haya alcanzado un acuerdo entre el Gobierno de Netanyahu y Hamás. El pacto no implica el fin del conflicto, ni mucho menos, tan sólo una tregua de cuatro días para intercambiar prisioneros y permitir la entrada de ayuda humanitaria en una Gaza devastada por los bombardeos, los cortes de suministros y los desplazamientos forzosos. La madrugada del pasado miércoles, y gracias a la mediación de Egipto y Qatar, el Gobierno israelí confirmó oficialmente el acuerdo que entrará en vigor en las próximas horas.

El acuerdo alcanzado entre el Gobierno de Netanyahu y Hamás contempla básicamente tres puntos:

Uno, el alto al fuego inmediato. Israel frenará los ataques a Gaza durante cuatro días y permitirá la entrada de camiones con ayuda humanitaria, asistencia médica y suministros a todas las zonas de la Franja. Además, durante los días que dure la tregua, las fuerzas israelíes se comprometen a no arrestar ni detener a nadie en la zona y a paralizar el tráfico aéreo en el Sur de Gaza. Sólo podrán volar en el norte de la Franja, durante seis horas diarias, entre las 10 de la mañana y las 16 de la tarde. También se abrirá el paso de Salahedín, para permitir el libre movimiento de personas del norte al sur de Gaza.

El cese de la ofensiva de Israel por ahora no se está viendo sobre el terreno. A primera hora de ayer, medios de comunicación palestinos han informado de que la aviación y artillería israelíes están atacando la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, y que han matado a 15 personas. Además, se han registrado ataques en los campos de Jabalia y Nuseirat. Israel ha reportado ataques aéreos a más de 300 objetivos de Hamás durante la última jornada.

El punto número dos del acuerdo, contempla la puesta en libertad de 50 de los 236 rehenes israelíes capturados el 7 de octubre, con entregas de una docena de personas diarias. Por cada diez rehenes adicionales que Hamás libere, el Gobierno israelí ha prometido un día más de alto el fuego.

La presión de las familias de los rehenes para su puesta en libertad inmediata es precisamente lo que ha empujado a Netanyahu a firmar esta tregua temporal con Hamás después de más de un mes bombardeando Gaza. De hecho, la firma de este acuerdo de alto al fuego ha revelado las divisiones internas dentro del ejecutivo de Netanyahu. El primer ministro israelí se ha visto atrapado entre la espada y la pared: de un lado las familias de las víctimas, que le acusan de supeditar la vida de los rehenes a sus planes de ocupación de Gaza, y de otro lado, los sectores más ultras de su Gobierno, que exigen llevar la ofensiva israelí hasta sus últimas consecuencias y ven la tregua como una capitulación. No se conocen los detalles de la votación, pero según el portal de noticias Ynet, los tres ministros del Partido Poder Judío, liderado por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, habrían votado en contra. Además, los ministros de Sionismo Religioso, el partido del ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, que iban a votar también en contra, cambiaron su voto a última hora después de que les aseguraran que la presión sobre Hamás continuaría después de la tregua. Ben Gvir y Bezalel Smotrich representan el sector más ultraortodoxo dentro del Gobierno de Netanyahu. Ambos son colonos radicales y defienden la erradicación del pueblo palestino. A Ben Gvir se le filmó el pasado otoño en Jerusalén Este con una pistola en la mano amenazando a palestinos. Y Smotrich, tras la detención de la activista palestina Ahed Tamimi, de 17 años, declaró que debería haber recibido una bala, “al menos en la rótula”.

Finalmente, a pesar de las presiones del ala más ultra del gobierno, la votación salió adelante y Netanyahu anunció la inminente puesta en libertad de los rehenes: “Una operación militar para el retorno de los rehenes no siempre es posible. No vamos a esperar”. La operación militar no sólo no ha facilitado la vuelta de los rehenes, sino que la ha dificultado enormemente. De hecho, muchos de ellos están siendo víctimas de los bombardeos israelíes que han afectado a los lugares donde los retienen como prisioneros.

El tercer y último punto del acuerdo tiene que ver con la liberación de 150 presos palestinos. Las autoridades israelíes han publicado un listado con los nombres de 300 palestinos que se encuentran presos por arrojar piedras, manifestarse o enfrentarse a los soldados israelíes. La mayoría de ellos son menores de 18 años. Entre ellos se elegirán a los 150 presos que serán puestos en libertad. Hamás ha solicitado en un comunicado que los liberados serán las mujeres y menores que lleven más tiempo en las cárceles israelíes.

En Israel hay actualmente cerca de 8.300 presos palestinos, la mayor parte de ellos no han tenido un juicio justo y han sido condenados por tribunales militares. Según la ONU desde 1967, “más de 800.000 palestinos, entre ellos niños, han sido detenidos en base a una serie de normas autoritarias promulgadas, impuestas y dictadas por el ejército israelí”. Más de 2000 palestinos se encuentran en detención administrativa, un procedimiento que permite a las autoridades israelíes detener a ciudadanos palestinos sin cargos, sin juicio, de forma indefinida y bajo un sumario secreto. Los arrestos se pueden prolongar hasta dos años. Tal y como han denunciado diferentes organizaciones humanitarias, la detención administrativa es una detención ilegal que supone una clara violación de los derechos humanos. Los más de 2.000 palestinos en detención administrativa son en cierta manera rehenes de las autoridades israelíes.

Tras la tregua parece que la ofensiva se reanudará porque Israel ha prometido más muerte. Desde la oficina de Netanyahu lo han dejado muy claro: «No detendremos la guerra después del alto el fuego. Es una tontería sugerir que detendremos la guerra después del alto el fuego para devolver a los rehenes. Me gustaría dejarlo claro: estamos en guerra y continuaremos la guerra hasta que logremos todos nuestros objetivos: eliminar a Hamás, devolver a todos los rehenes y desaparecidos y garantizar que Gaza no suponga nunca más una amenaza para Israel». Tal y como indica Juan Antonio Sanz en su última pieza en el diario Público, tras la tregua, Israel seguirá avanzando posiciones para completar la ocupación del norte de la Franja. Además, según indica el periodista, es previsible que Israel extienda su ofensiva al sur, con un ataque inminente a las posiciones de Hamás en la ciudad de Jan Yunis.

Por su parte, Hamás ha hecho público un comunicado en el que asegura que “sus manos seguirán en el gatillo” para defender a su pueblo y derrotar la ocupación. Además, prometen permanecer leales a sus “aspiraciones de liberación, restauración de derechos y establecimiento de un Estado palestino independiente con Jerusalén como capital”.

Parece que esta tregua no acerca un horizonte de paz duradera en Palestina y que aún queda mucho trabajo por hacer.


Puedes ver el episodio completo de La Base aquí:

Madrid –

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