Familiares enseñando fotos de las víctimas — Álex Zapico
Canal Red en Palestina: “No existe ningún derecho para los niños palestinos”
“Si es para la causa palestina no me importa perder el trabajo”
15 de noviembre. Día 40.
“El derecho de autodefensa puede ser embocado cuando un estado es amenazado por parte de otro estado. No es el caso, Israel no ha declarado ser amenazada por otro estado” ha dicho Francesca Albanese, Relatora Especial de la ONU sobre los territorios palestinos ocupados en un discurso ante el Club Nacional de Prensa en Canberra, Australia.
En referencia a Hamás, Albanese explica que la amenaza viene de un grupo armado, “calificarlo como queráis, pero es un grupo armado en los territorios ocupados”.
La Relatora Especial añade que, en base al derecho internacional, Israel tampoco puede reclamar el derecho de autodefensa en respuesta a la masacre del 7O ya que “la amenaza viene desde los territorios ocupados, desde un territorio asediado bajo una ocupación beligerante”. Aunque se siga insistiendo que es una guerra entre Gaza e Israel para Albanese “es incorrecto, porque Gaza no tiene una entidad propia”.
A Netanyahu y a su seguido genocida no les queda otra que encontrar el centro de operaciones de Hámas en los bajos del hospital Al Shifa. No les valdría para justificar la masacre de civiles palestinos y en el caso, tampoco para salvarse de una incriminación en la Corte Penal Internacional.
Después de haber matado a enfermos en sus camas, médicos, heridos y haber causado la muerte de decenas de bebes en las incubadoras, una habitación con cableado, alguna terminal de comunicación y un par de ametralladora podrían ser suficiente para que Israel pueda decirle al mundo que estaban en lo cierto, que el hospital acogía el centro de operaciones de Hamás y por tanto reclamar el centro hospitalario como objetivo militar legitimo en base a las “leyes de la guerra”. No tiene fácil defensa pero estamos hablando de Israel y de los cómplices estadounidense que necesitan tanto como los ejecutores de una coartada.
Si llamamos a esto guerra, debemos reconocer la brutalidad: es una guerra contra hospitales, una guerra contra escuelas, una guerra contra campamentos. Mientras nos retirábamos del campo de Sabra y Shatila, Suha, madre de 3 niños, nos comenta: “no hay justificación, motivo, ni nada para que estén bombardeando hospitales. Las escuelas son bombardeadas. Se bombardean mezquitas en desacuerdo a todas las convenciones y las leyes internacionales”. Sigue hablando con el enfado en el rostro por la violencia de los ataques sobre la Franja, “y los derechos de los niños palestinos? No existe ningún derecho para los niños palestinos”.
Hasta hoy, más de 11,078 personas en Gaza han perdido la vida debido a los ataques aéreos israelíes. Se estima que alrededor de 2,700 personas, incluyendo aproximadamente 1,500 niños, se encuentran atrapadas bajo los escombros, han fallecido o esperan ser rescatadas, según la información proporcionada por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).
A las 5.35 de la mañana, las fuerzas militares israelí entraban en las unidades quirúrgicas y de emergencia del Hospital de Al Shifa, los soldados llevaban a cabo una inspección en el sótano, disparando dentro de las instalaciones hospitalarias. Todavía se desconoce el número de víctimas.
Pocas horas después, tres militares israelíes colocaban la bandera blanquiazul con la estrella de David en el techo del hospital. Una bandera orgullosamente manchada de sangre.
La Casa Blanca comunicaba que no respalda los ataques aéreos contra hospitales y expresó su preocupación por la posibilidad de que civiles y pacientes estuvieron medio del fuego cruzado.
En paralelo, se anunció la aprobación de una tercera ronda de sanciones contra Hamás.
La sociedad civil internacional se pregunta para cuándo una sanción a Israel, aunque sea solo eso.
Los palestinos aunque vivan en Líbano sienten como la opresión amenaza sus vidas.
Yamila, junto con su familia, nos acoge en la puerta del campamento de refugiado palestino de Ain al-Hilweh, situado en la periferia de Sidón al sur de Líbano: “tal vez mi marido podría perder su trabajo porque en su empresa (omitimos el nombre de la empresa para preservar el entrevistado y su familia) está prohibido hablar de Israel. No es permanente y puede perder su trabajo”. Abdel, su marido la escucha y dice: “si es para la causa palestina no me importa perder el trabajo”.
La voz del pueblo palestino, como una semilla, ha encontrado donde germinar. Miles de manifestaciones alrededor del mundo están tejiendo solidaridad con Gaza.
Desde Egipto, nos llega una noticia alentadora. Se ha confirmado que el llamamiento lanzado hace unos días por el sindicato de periodistas egipcios ‘Global Conscience Convoy’ para una caravana humanitaria desde El Cair a Rafah ya tiene fecha de salida, el 24 de noviembre.
Activistas, periodistas, políticos, representantes de organizaciones civiles de diversas naciones se han unido a este llamado para amplificar la voz de los palestinos y detener el genocidio.
En la web de los convocantes se lee: “El genocidio debe ser parado. Ahora debemos actuar más cerca de Gaza. Debemos formar el Convoy de Conciencia Global y poner fin a las atrocidades”.
Fotografías: Álex Zapico
Madrid –
