Canal Red en Palestina: “Tengo el alma y el corazón en Gaza”
“Quiero ser abogada para defender a mi pueblo”
13 de noviembre. Día 38.
El sábado pasado, la Organización Mundial de la Salud denunció que el hospital Al Shifa de Gaza había sido blanco de más de 250 ataques israelíes. El asedio a la ciudad ha golpeado duramente muchas de las infraestructuras civiles que aún permanecen en pie y donde miles de personas que han logrado escapar de la ciudad se encontraban refugiadas.
En esa jornada, al menos 25 personas perdieron la vida a causa de los bombardeos israelíes en una escuela de Gaza, mientras que 30 personas fallecieron en el hospital Al Shifa.
El domingo, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reportó que un ataque aéreo perpetrado la noche del sábado causó «un considerable número de víctimas, tanto fallecidos como heridos», en una de sus instalaciones. Cabe destacar que este lugar había sido evacuado por su personal y, en ese momento, albergaba a cientos de palestinos desplazados.
«Miles de personas están atrapadas dentro del complejo, incluidos pacientes, personal médico, socorristas y personal de defensa civil», dijo el director del hospital Al-Shifa. Mientras el personal de MSF informaba de «una situación catastrófica».
El asedio al hospital comenzó durante la noche del viernes, y el sábado una planta quedó envuelta en llamas debido a los bombardeos. En la madrugada del sábado nos informaron desde Gaza que aproximadamente 700 pacientes y cientos de refugiados aún se encontraban dentro del edificio. Los ataques aéreos han producido el corte del suministro eléctrico. La falta de electricidad y oxígeno en las últimas 24 horas ha llevado al colapso de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y de las incubadoras, resultando en la trágica pérdida de todos los pacientes en la UCI y en un riesgo inminente para la vida de los 39 bebés, según fuentes del Ministerio de Salud de Gaza.
En el transcurso del domingo, las fuerzas israelíes se ubicaban a una distancia de poco más de 600 metros del edificio. Personal médico del hospital denunció que francotiradores israelíes habían causado la muerte de una persona con tetraplejia y asesinado a al menos dos pacientes más se encontraba en sus camas.
La falta de servicios de comunicación en toda Gaza ha obstaculizado los esfuerzos del Ministerio de Salud para actualizar las cifras de víctimas desde la tarde del 10 de noviembre. Sin embargo, el domingo, la oficina de medios gubernamentales en Gaza emitió una actualización, elevando la cifra de fallecidos a 11,100, incluyendo a más de 8,000 niños y mujeres.
El responsable de la UNRWA Philippe Lazzarini, en una declaración antes de acudir a la cumbre extraordinaria árabe-islámica que tuvo lugar el viernes en Riad, dijo que “el pueblo de la Franja de Gaza siempre ha dependido del apoyo y la solidaridad árabes». Y añadió que Gaza lo necesita urgentemente, los países árabes deben “devolver la esperanza y revivir el horizonte político del pueblo palestino antes de que sea demasiado tarde”.
Ayer, alrededor de 800 personas de nacionalidad extranjera lograron salir de la Franja mediante el paso de Rafah, según indicó un portavoz del lado palestino de la frontera. Se estima que entre estos extranjeros, hasta 60 podrían ser de origen ruso, y se confirmó la salida de 32 egipcios, además de la presencia de varios brasileños y polacos. Solo 8 heridos palestinos han cruzado la frontera para ser traslados a los hospitales de Al Arish, en el Sinai.
Para hoy, está prevista la salida de un primer grupo de personas con doble nacionalidad palestina-española. A lo largo del día, se espera que un contingente de 41 personas pueda abandonar la Franja a través del paso de Rafah con destino a El Cairo. La lista de autorización para este traslado fue acordada entre las autoridades israelíes y egipcias, según nos informaron fuentes confidenciales. Aproximadamente 200 personas con nacionalidad española se encuentran atrapadas en la Franja.
Frente a la magnitud de la tragedia en Gaza, muchos medios de comunicación occidentales aún se resisten a denominar los hechos por su nombre. La gran mayoría de los líderes políticos no han exigido un cese al fuego ni denunciado a Netanyahu ante la Corte Penal Internacional, a pesar de haber actuado de manera coordinada y rápida con Putin en el caso de los delitos cometidos durante la invasión de Ucrania.
La masacre, que está llevando al genocidio de la población palestina y a una nueva Nakba, ha desencadenado una ola de movilizaciones en todo el mundo. Millones de personas han salido a las calles para demandar el fin de las hostilidades y una condena a la actuación delictiva del gobierno de Israel. Activistas, periodistas y organizaciones internacionales y humanitarias están presionando para que la cobertura de los eventos por parte de los medios de comunicación sea al menos imparcial y para asegurar un alto al fuego y la entrega inmediata de ayuda.
En la cobardía y el silencio de los gobiernos, incluso el reconocimiento de los fundamentos básicos del derecho internacional y humanitario se convierte en un acto de rebeldía contra el statu quo global. Ayer, en una entrevista concedida a la televisión francesa, Macron admitió que la respuesta de Israel a la matanza del 7 de octubre por parte de Hamás es desproporcionada e ilegítima.
Pero en los campamentos de refugiados de la capital, para los palestinos, en su mayoría nacidos en Líbano lejos de su tierra de origen, su única preocupación es saber si sus familiares, amigos, en definitiva, su gente, sigue viva bajo los bombardeos
Mientras tanto, las declaraciones gubernamentales y los ataques indiscriminados del ejército israelí siguen generando inestabilidad en la región. La tensión entre Israel y Hezbollah está en aumento, al igual que el temor de la población libanesa ante la posibilidad de una ampliación del conflicto.
El sábado por la noche llegamos a Beirut, la gente observaba el cielo con gran preocupación. El país enfrenta una profunda crisis económica, con una inflación que ha aumentado considerablemente en los últimos años y un cambio de la moneda local al dólar que ha pasado de 7 libras por 1 dólar a 90 por 1.
Pero en los campamentos de refugiados de la capital, para los palestinos, en su mayoría nacidos en Líbano lejos de su tierra de origen, su única preocupación es saber si sus familiares, amigos, en definitiva, su gente, sigue viva bajo los bombardeos. El sufrimiento que experimentan al hablar de Gaza es un cordón de vidas destrozadas, familias aniquiladas y éxodos que fundamentan una comunidad que, década tras década, ha vivido en una tragedia perpetua.
Durante la visita de ayer tarde a un campamento en Beirut, pudimos hablar con una mujer palestina, abuela de tres nietos. Está visiblemente emocionada: “aunque no sean mi familia, los siento como mis hijos”, refiriéndose a los niños asesinados a lo largo de este mes de conflicto. Nos invita a su casa. Aceptamos y subimos una planta de un edificio en la parte norte del campamento, un campamento habitado por cerca de 20 mil palestinos. En el salón está el resto de la familia: padre, madre, los tres nietos y una tía.Nos invitan a un café mientras la abuela nos dice: “todos los que estamos aquí hemos perdido mucho, casi todo, antes de abandonar nuestra tierra”. Las palabras de las abuelas brotan experiencias de muerte, de sufrimiento, de una larga vivencia de éxodo. Aunque lleve más de 30 años en Líbano, sigue queriendo con todo su ser volver a Gaza.
La nieta mayor escucha atentamente, se acerca y nos enseña un vídeo en su móvil de la masacre y dice: “es una escena inhumana, debería estar prohibido, este chico no se le reconoce, esto no puede ser”. Nos comenta que acaba de empezar la carrera y aclara: “quiero ser abogada para defender a mi pueblo”.
Aumentan las escaramuzas en la frontera sur del Líbano. Hezbollah ha reivindicado nuevos ataques con misiles antitanques, que habrían dejado al menos un muerto y varios heridos, uno de ellos de gravedad. Mientras que esta mañana, un nuevo ataque israelí cerca de Khan Younis, en el sur de Gaza, ha provocado la muerte de al menos siete personas.
Fotografías: Álex Zapico
Pueden ver el reportaje en el programa El Tablero, por Canal Red, aquí:
Madrid –
