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Adam Schultz / White House / Zuma Press / ContactoPhoto

Crece la presión sobre EEUU para enviar más armas a Netanyahu pese a que Biden aseguró que no apoyaría un ataque de Israel contra Irán

El Congreso quiere acelerar la aprobación de los proyectos pendientes de ayuda militar pese a que Biden ha asegurado que no participará en una repuesta con Israel


La presión sobre EE. UU. para enviar el paquete de ayuda a Israel crece después del contraataque de Irán. El Congreso tiene previsto enviar hasta 95.000 millones de dólares de ayuda militar a Ucrania, Taiwán e Israel. De este total, 14.000 millones se destinarían al estado liderado por Netanyahu.

El problema radica en que la mayoría para aprobar dichas medidas está en duda, ya que los republicanos más extremistas se siguen negando en aprobar más ayuda a Ucrania. Por ello, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, ha anunciado que estas ayudas se estudiarán llevarlas a cabo de forma separada.

Johnson ha informado a través de su cuanta de X de su plan para “abordar la legislación complementaria de seguridad nacional ante la creciente crisis de seguridad” en proyectos de ley diferentes. Cada uno de esos proyectos se centra en uno de estos cuatro puntos: “Financiar a nuestro aliado Israel; apoyar a Ucrania en su guerra contra la agresión rusa; fortalecer a nuestros aliados en el Indo-Pacífico; aprobar medidas adicionales para contrarrestar a nuestros adversarios y fortalecer nuestra seguridad nacional”.

Esta presión por la aprobación de dicho paquete de ayuda se contradice en cierto modo con la postura que han recogido los diferentes medios: EE. UU. no participará junto con Israel en un contraataque con Irán. Y es que el presidente Biden habló por teléfono con Netanyahu la noche del sábado pasado para advertirle que desde EE. UU. que no se involucrarían en atacar a Irán, pese a que desde la Casa Blanca se dio por sentado que Israel responderá.

Tal y como explicó Alejandro López de Descifrando la Guerra en La Base, a Estados Unidos no lo beneficiaría en ningún caso una guerra regional, y ni siquiera al denominado ‘eje de la resistencia’, sino que el principal interesado es Netanyahu. Una guerra a escala regional que desviaría toda atención del genocidio en contra de Palestinos que lleva ya más de 30.000 personas asesinadas.

Pero aun así Israel sigue a la espera de Estados Unidos le preste su ayuda. En este sentido, pese a la llamada del presidente demócrata a Netanyahu, en el comunicado de prensa de la Casa Blanca poco después de conocerse el contraataque de Irán, Biden reafirmaba el “compromiso férreo de Estados Unidos con la seguridad de Israel”, además de felicitarle por su “notable capacidad para defenderse y derrotar incluso ataques sin precedentes, enviando un mensaje claro a sus enemigos de que no pueden amenazar eficazmente la seguridad de Israel”.

A su vez, señala el apoyo militar previo por parte de Estados Unidos una semana antes del contraataque. “Bajo mis instrucciones, para apoyar la defensa de Israel, el ejército estadounidense trasladó aviones y destructores de defensa contra misiles balísticos a la región durante el transcurso de la semana pasada. Gracias a estos despliegues y a la extraordinaria habilidad de nuestros militares, ayudamos a Israel a derribar casi todos los drones y misiles entrantes”.

Este doble rasero por parte de Estados Unidos en política exterior no es nada nuevo. En relación con el conflicto con Gaza, hace unas semanas, los medios también recogían el “enfado” de Biden por el bombardeo por parte del ejército israelí sobre tres vehículos de la organización World Central Kitchen (WCK) del chef José Andrés. Además, Biden también anunció la construcción de un puerto de ayuda humanitaria en Gaza.

Sin embargo, Estados Unidos sigue enviando armas y munición a Israel. De hecho, uno de los últimos envíos secretos fue precisamente poco antes del ataque que dejó 7 cooperantes muertos de la organización, con un total de 2.000 bombas y 25 cazas.

Una política exterior que ya ha hecho mella en los porcentajes de voto a Joe Biden para poder ser reelegido presidente de los Estados Unidos en las elecciones de noviembre. Trump sigue imparable en las encuestas, entre tanto Biden ha seguido celebrando mítines en los que ha sido reprochado por su colaboración con Israel mientras este perpetúa el genocidio sobre el territorio palestino.

Ahora, la gestión de esta nueva escalada de tensión es un factor más que determinará el papel de los Estados Unidos como potencia mundial y la capacidad de Joe Biden de seguir adelante como líder del país.


Madrid –

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