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Josep Borrell, responsable de Política Exterior de la UE — Fernando Sánchez / Europa Press

El doble rasero con Ucrania y Palestina destruye la credibilidad de la Unión Europea

El alto representante de la UE en Política Exterior plantea a los diplomáticos contrarrestar la narrativa hegemónica


Alarma en la sala de máquinas de las relaciones exteriores de la UE. En una reunión que ha tenido Josep Borrell, alto representante de la UE en Política Exterior, con los diplomáticos europeos ha pedido usar toda la fuerza de la diplomacia para romper la narrativa cada vez más asentada y mayoritaria de que los Veintisiete tienen un doble rasero con Ucrania y Palestina.

Borrell es consciente de que la credibilidad de la Unión se está destruyendo por el papel que ésta ha jugado con la invasión de Rusia en Ucrania y por el rol que sostiene con la ocupación israelí de Palestina. «Es un problema agudo que debéis combatir, tenéis que construir una contra-narrativa», le dijo a los responsables de las 145 representaciones diplomáticas que la UE tiene en el exterior.

Donde más esfuerzos plantea Borrell que tienen que hacer las representaciones diplomáticas es en los países árabes, de especial sensibilidad porque algunos de ellos colaboran con los países europeos a frenar la inmigración y también porque en estos países existe una disputa por la influencia entre la UE y Estados Unidos y Rusia y China.

La respuesta errada y tardía de la UE, con la visita de las presidentas de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo a Israel y el anuncio de un comisario de cortar la cooperación internacional con Palestina, ha sumido a los Veintisiete en un problema de credibilidad que se puede llevar por delante décadas de acercamiento y de esfuerzos diplomáticos.

Al funcionamiento errático desde que el 7 de octubre, tras el atentado de Hamás, Israel decidiera bombardear la Franja de Gaza al margen de la legalidad internacional, se suma la ausencia de una postura común de la UE, la falta de sanciones al Estado israelí y el seguidismo a la política de Estados Unidos, socio fundamental del sionismo y responsable de la impunidad de los crímenes de guerra del primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu.

En la última reunión del Consejo Europeo —jefes de Estado y de Gobierno de la Unión—, al único acuerdo que llegaron fue a pedirle a Israel que permita «pausas humanitarias», cosa que no ha ocurrido cuando ya van más de 10.000 palestinos asesinados. Si malo es no tomar decisiones, peor es tomarlas y no ser capaz de llevarlas a cabo.

Josep Borrell mantiene una narrativa favorable a los derechos humanos y más alejada de Estados Unidos, aunque se queda y desautorizado en su política declarativa, ya que la competencia en política exterior pertenece a los Estados Miembros, lo que aumenta, más si cabe, la crisis de credibilidad del bloque comunitario.

Por un lado, Borrell afirma que la UE tiene que reafirmar su apoyo a Naciones Unidas y a su secretario general, Antònio Guterres, quien por llamar crímenes de guerra a la estrategia militar de Israel ha provocado una crisis con el Estado sionista, que le ha retirado los pasaportes al personal de la ONU.

Por otro, cada vez que tiene oportunidad recalca que la UE es un espacio político y económico que aboga por la protección de los «valores globales y compartidos» basado en los derechos humanos y en el multilateralismo. Sin embargo, mientras Borrell dice una cosa, la Comisión Europea y los Estados Miembros hacen otra, lo que está provocando una crisis de credibilidad de difíciles consecuencias.


Madrid –

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