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Catarina Soares Martins, candidata a  las elecciones europeas de la alianza de izquierda portuguesa Bloco de Esquerda

Entrevista a Catarina Martins: «Europa necesita autonomía y debería ser capaz de proponer una conferencia de paz»

“Debemos elegir si queremos una Europa que alimente a las corporaciones o una que dé respuestas a las personas”


Portugal se inclina hacia la derecha, el extremismo crece, mientras la pobreza complica las vidas y los socialdemócratas traicionan sus ideales. La alianza de izquierda Bloco de Esquerda quiere hacer frente a las corporaciones internacionales y al cambio climático. Diario Red entrevista a  Catarina Soares Martins, que es actriz y candidata a  las elecciones europeas de la alianza de izquierda portuguesa Bloco de Esquerda, de la que fue su coordinadora nacional desde 2012 hasta 2023. La política vino a Berlín esta semana invitada por la Fundación Rosa luxemburgo para hablar sobre el aniversario de la Revolución de los Claveles portuguesa.

¿Cómo es posible que hubiese ese error de la justicia y se confundieran de Antonio Costa, que dimitió por ello? ¿Hay un debate al respecto?

No creo que el gobierno haya tenido que irse solo por dicho error judicial. La actuación de la justicia es cuestionable y debemos reflexionar sobre ello. Sin embargo, la pregunta más importante es que la mayoría del Partido Socialista (PS) se encontraba en un callejón sin salida político, sin tener una salida para todas las áreas: salud, educación, vivienda o inflación. Había varios sectores que  protestaban desde hacía meses y el gobierno no tenía ningún plan. Además, los escándalos que están siendo investigados por la justicia son reales. En el Bloco teníamos la clara percepción de que el gobierno con su mayoría actual no llegaría al final de la legislatura. Cuando anuncié que no me presentaría nuevamente como coordinadora del Bloco de Esquerda, ya enfaticé que estábamos en un ciclo político muy acelerado y que esta mayoría empeoraría muy rápidamente. Lamentablemente, se confirmó que tenía razón, preferiría no haberla tenido. No sabía qué haría la Justicia, pero incluso si no hubiera hecho nada, el gobierno del PS no habría puesto soluciones sobre la mesa.

¿Cuáles fueron los principales avances que el llamado gobierno de «Jerigonça» consiguió con el apoyo del Bloco y del Partido Comunista?

Logramos restablecer los salarios y las pensiones, así como los días festivos, que habían sido recortados por la Troika, además de otros progresos en el Estado del Bienestar: libros escolares gratuitos, fin del pago para el acceso a la atención médica, reducción de las tasas universitarias y transporte público más económico. Fue un tiempo en el que la gente sentía que su vida mejoraba. En 2019, el PS ganó las elecciones por eso con una mayoría que no había alcanzado anteriormente, y propusimos un nuevo pacto escrito más extenso, abordando cuestiones pendientes en áreas como el empleo y el servicio nacional de salud. El PS rechazó pactar con nosotros, diciendo que negociarían caso por caso. El Partido Comunista (PCP) aceptó inicialmente, pero luego surgieron algunas discrepancias. Finalmente, el PCP también reconoció que la política del PS en ese momento no difería de la de la derecha. La caída del gobierno condujo a nuevas elecciones. Fue en medio de la pandemia, con una presión máxima. Aunque el PS obtuvo una mayoría mayor, carecía de un plan para el país y, como resultado, perdió el control, llevándonos a la situación actual con un gobierno de derecha tradicional en minoría y una extrema derecha con un 18% de apoyo. Un resultado que hace unos años se consideraba imposible.

¿Cómo es posible que la gente vote por el partido de extrema derecha Chega, pero también por el PS y el PSD, si no representan sus intereses? ¿Cree que es un problema de desconocimiento?

No, es un problema de la vida cotidiana. Si no ofrecemos a la población perspectivas adicionales, exigirán cambios, y la derecha se presenta internacionalmente en estos momentos como la fuerza natural para ese cambio. Portugal vive en un error. Tenemos una Constitución que declara que estamos en camino hacia el socialismo, y hemos sido gobernados por un partido que se autodenomina socialista, pero somos el país con menos viviendas públicas en Europa, donde todos los bosques son privados y todos los sectores económicos estratégicos han sido privatizados, incluido el Correo, algo que no ocurre en muchos otros países europeos. El número de trabajadores cubiertos por convenios colectivos es mínimo. Portugal es uno de los países más liberales de Europa, y esta confusión debido a la supuesta conexión con el socialismo ha afectado los procesos de izquierda. La gente necesita ver mejoras en su vida o buscará alternativas. La desesperación puede adoptar formas terribles. Vivimos en una sociedad patriarcal y profundamente racista que permite a estas fuerzas lograr este resultado, pero no olvidamos que son las condiciones concretas de las personas, con la crisis inflacionaria, la de la atención médica y la escasez de maestros, las que llevan a la gente a ver que su vida no mejora.

Usted es candidata para las elecciones europeas del  Bloco, ¿son estas elecciones diferentes o se ve Europa como algo lejano?

Creo que Europa siempre ha estado cerca, pero estas elecciones son muy importantes para la respuesta económica a los problemas. Aunque Portugal está lejos de la guerra, los portugueses sienten que la inflación está cambiando sus vidas. Si el Banco Central Europeo sube los tipos de interés y no hay una instancia democrática, estamos ante una política incorrecta que debe cambiar. Pero también en cuestiones de guerra y paz, la gente ciertamente está más cerca de Europa, como también lo estuvo durante la pandemia. Debemos elegir si queremos una Europa que alimente a las corporaciones o una Europa que brinde respuestas a las personas. Nos enfrentamos a la crisis climática, donde literalmente nuestras vidas están en juego. Si no podemos lograr una transformación en Europa, una economía que responda a las necesidades de las personas, no habrá futuro. En este momento, este es el gran desafío, y las elecciones europeas son muy importantes para cambiar Europa y cambiar las prioridades en su política. Ya hemos rescatado demasiados bancos y ahora estamos salvando la industria armamentística alemana y francesa. Sería mejor que pensáramos en salvar a las personas y al planeta.

La militarización parece ser lo más importante ahora para la Unión Europea, ¿no cree?

Sí, con una Europa completamente subordinada a la estrategia estadounidense, sin una estrategia propia para la paz y la guerra. Europa necesita autonomía y debería ser capaz de proponer una conferencia de paz. En el Bloco defendemos el derecho de Ucrania a la autodeterminación y consideramos la invasión rusa como ilegítima, y Rusia debería retirarse de Ucrania, pero es necesario tener una idea para la paz que no solo incluya suministro de armas. No estamos en contra de la legítima defensa, pero no hay una estrategia para la paz. La culpa no recae en Ucrania, sino en los países interesados en la carrera armamentista, y una Europa subordinada a los intereses estadounidenses no es beneficiosa para sus pueblos y se vuelve cada día más peligrosa. Cuanto más cerca está Trump de la presidencia estadounidense, más peligroso se vuelve si Europa sigue esta estrategia.

¿Qué papel ha desempeñado la UE en la economía portuguesa? ¿Cree que  ha fomentado la desindustrialización?

Nos han convertido en un país de servicios para turistas con dinero y ofrecemos estos servicios al resto de Europa. Nuestras generaciones mejor educadas a menudo encuentran su futuro en el extranjero, emigrando al centro y norte de Europa por salarios más altos que en Portugal, pero a menudo más bajos que en esos países. No queremos ser un país que ofrezca mano de obra barata, y no queremos una Europa que viva de la competencia salarial entre países, sino una Europa de solidaridad, derechos laborales y capaz de imponer estándares mínimos sociales y poner fin a esta competencia que deprime los salarios entre países.

El turismo está haciendo que los alquileres en Lisboa sean inasequibles, ¿no es así?

Sí, el turismo tiene dos problemas: depende de salarios bajos y de que personas de otros países con salarios ligeramente más altos vengan y gasten dinero. Esto reduce los salarios en nuestro país y aumenta el precio de las viviendas, lo que conduce a una situación imposible. Salarios bajos y alquileres altos, una catástrofe. Por eso es necesario ser claro en la lucha contra la extrema derecha. Una coalición antifascista que no tenga políticas económicas que mejoren la vida de las personas, y que solo defienda formalmente la democracia y los derechos sin acciones concretas, no logrará nada y hará que la extrema derecha siga creciendo. Necesitamos una izquierda que tenga un proyecto económico real y equitativo, que defienda los derechos de los trabajadores, una economía más equilibrada y capaz de combatir el capitalismo, porque ese es el único camino para vencer a la extrema derecha.

¿Cómo es la situación de los portugueses más pobres?

Los ciudadanos más pobres actualmente son aquellos que vienen de fuera de Portugal. Tenemos una población de trabajadores agrícolas de Nepal y de Pakistán que viven muy mal, trabajando muchas horas en condiciones similares a la esclavitud. Luego tenemos la pobreza de aquellos nacidos en Portugal y que siempre han vivido aquí, con salarios de alrededor de 800 euros y enfrentándose a alquileres de 800 euros o más. Los salarios ni siquiera cubren el alquiler. Ello hace que tengamos  personas, incluso con perfiles cualificados, que actualmente tienen que vivir con varias generaciones en una casa porque los salarios no permiten la autonomía.

¿Está relacionado el racismo con esta pobreza?

Tenemos un problema estructural de racismo en Portugal, que siempre ha existido. Hay tensiones sociales que crea una inmigración muy pobre que llega a algunas áreas donde ya vive una población pobre. Es muy fácil decirles a los pobres que la culpa es de quienes están en la miseria. Eso es lo que hace la extrema derecha, y eso conduce a situaciones aún más complicadas, pero es necesario recordar que Portugal ya tenía un problema de racismo anteriormente, especialmente en las fuerzas de seguridad, que no se ha resuelto desde hace muchos años.

Justo a esta situación de aumento de votantes de la extrema derecha, la izquierda está por celebrar ahora los 50 años de la Revolución de los Claveles, ¿qué ambiente hay?

Es bueno celebrar el 25 de abril, y la gente siente la necesidad de hacerlo. Después de las elecciones, en todos los eventos, incluso en las escuelas, en los pueblos… todas las salas estaban llenas, las manifestaciones, que normalmente serían pequeñas, eran grandes. La gente quiere salir a la calle, discutir, y eso es muy importante, y es necesario celebrar este aniversario con gran fuerza, porque debemos recordar que la fortaleza de la democracia no radica solo en votar cada cuatro años. La fuerza de la democracia es el poder del pueblo para cambiar su destino y lograr más justicia en su vida.

¿Crees que es necesario un movimiento por la paz fuerte?

Sí, creo que es necesario. En Portugal ha habido más manifestaciones por la causa palestina, porque lo que hace Israel es evidente, pero un movimiento es necesario, sí, y hasta ahora esto ha sido principalmente liderado por la izquierda, por el PCP y el Bloco, pero no mucho más.


Berlín –

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