Diario Red
Menu
Menu
Diario Red
Olaf Scholz

El canciller alemán, Olaf Scholz, en una rueda de prensa durante la 25ª cumbre hispano-alemana

M. Dylan / Europa Press

La denuncia que puede costarle la cancillería a Olaf Scholz

El economista y ex-diputado de Die Linke, Fabio de Masi, acusa al presidente alemán ante un juzgado de mentir en una comisión de investigación de un caso de corrupción financiera


El pasado lunes comenzó en Bonn el juicio contra el banquero Christian Olearius. El exdirector del banco Warburg está acusado de haber participado en los llamados negocios «cum-ex», también conocidos como «dividendos black», y de haberse enriquecido de manera ilícita junto a otros imputados en unos 280 millones de euros del fisco alemán. Olearius, de 81 años, es uno de los primeros directivos de entidades financieras juzgados por los negocios «cum-ex» y ha negado su culpabilidad, además de acusar a los jueces de parcialidad. En el escrito de la fiscalía alemana aparece asimismo el nombre del canciller alemán del Partido Socialdemócrata (SPD), Olaf Scholz. Al parecer, Olearius quiso reunirse con el canciller con respecto a los impuestos, en un principio 50 millones de euros, que la ciudad de Hamburgo reclamaba a su banco cuando él fue alcalde de dicha ciudad.

En cualquier caso, Scholz accedió a la reunión, como los diarios personales del propio Olearius pusieron de manifiesto. Poco después, la oficina de hacienda de la ciudad hanseática decidió sin aparaente motivo rebajar la suma de impuestos a pagar por el banco, si bien al final la justicia decidió que dicha bajada no era conforme a la ley. Hasta el momento, la fiscalía no ha encontrado indicios de culpabilidad de Scholz, por lo que no está acusado formalmente de nada. Sin embargo, al parecer, el canciller se ha contradicho en sus declaraciones en sede parlamentaria, además de declarar en varias ocasiones no acordarse de nada. En agosto, el ex-poitico de Die Linke, Fabio De Masi presentó una denuncia contra el canciller por supuesto falso testimonio en sede parlamentaria. No son muchos los políticos que comprenden en profundidad el funcionamiento de los entresijos financieros. Uno de ellos es, sin duda, el economista italoalemán De Masi, quien fue diputado en el parlamento alemán y en el europeo por el partido de izquierda alemán Die Linke, y que ha desempeñado una destacada labor de vigilancia financiera.

Fue una de las primeras figuras en advertir sobre el caso Wirecard y participó en la comisión de investigación parlamentaria sobre el papel del canciller en este caso específico de fraude fiscal, además de declarar como testigo en el parlamento de Hamburgo. En la actualidad, De Masi se autodenomina «detective financiero» y ha iniciado una campaña de financiamiento colectivo para respaldar su trabajo en favor de la justicia fiscal. En 2021 De Masi abandonó el parlamento por motivos personales y en septiembre de 2022 renunció a su partido, ya que éste, aseguraba, dejaba «desamparada a una gran mayoría de la población que necesita un partido comprometido de manera seria con la justicia social y la diplomacia», según expresó en un comunicado.

Scholz asegura que “no se acuerda de nada”, pero se acordó de una cita que ya había sido borrada de su calendario.

A pesar de la importancia que tenía el monto de dinero que el banco debía devolver al fisco y que fue noticia la rebaja posterior al encuentro, Scholz aseguró en el Parlamento de Hamburgo que no se acordaba de haberse encontrado con el importante banquero en aquel momento crítico. Algo que, en función de la documentación de que dispone la justicia, sucedió en más de una ocasión. El partido Die Linke, formuló una pregunta parlamentaria el pasado 12 de septiembre, basada en buena parte en el trabajo de De Masi, con la intención de indagar en las incongruencias de las declaraciones del canciller y sus portavoces. En esta pregunta, que aún no ha recibido respuesta, se plantea cómo es posible que el entonces Ministro de Finanzas, (Scholz, quien fue Ministro bajo el gobierno de Merkel después de ser alcalde de Hamburgo), a través de su portavoz Steffen Hebestreit, «confirmara una reunión con el banquero de Warburg, Olearius, en febrero de 2020, cuando, según el testimonio de la señora Schwamberger (su secretaria) y el señor Scholz ante la comisión de investigación de Hamburgo, si esta reunión ya no estaba en la agenda de Olaf Scholz desde marzo de 2018.» Es decir, Scholz se acordó a través de su portavoz de una cita que ya había sido borrada de su calendario. Asimismo, la pregunta trata de esclarecer cómo es posible que, al mismo tiempo, «en febrero de 2020, su portavoz Steffen Hebestreit anunciara que una reunión entre el señor Scholz y el señor Olearius estaba programada para el 10 de noviembre de 2017 en su calendario, cuando, según el testimonio del señor Scholz ante la comisión de investigación de Hamburgo, esto no era cierto.

Y una tercera contradicción: «¿Por qué el entonces Ministro de Finanzas Federal permitió que, en febrero de 2020, su portavoz Steffen Hebestreit difundiera que no se tenía conocimiento de por qué el Senado de Hamburgo, en 2019, no reconoció las reuniones con los banqueros de Warburg cuando el grupo parlamentario de Die Linke en el ayuntamiento de Hamburgo lo solicitó, si, según su testimonio, el Senado de Hamburgo había informado de ello explícitamente al Ministerio Federal de Finanzas?» Scholz, en febrero de 2020, en su función como Ministro de Finanzas Federal, afirmó que se había reunido en 2017 con los banqueros Christian Olearius y Max Warburg. Esto fue confirmado por su portavoz actual, Steffen Hebestreit, en declaraciones al diario Hamburger Abendblatt.

Debido a las dudas sobre la veracidad de la declaración de Scholz, la oposición del partido cristianodemócrata CDU ha anunciado su intención de solicitar una comisión de investigación en el parlamento para esclarecer si el canciller influyó en la autoridad financiera durante su mandato como alcalde de Hamburgo para favorecer al banco Warburg. En caso de confirmarse que mintió en el parlamento, la condena oscilaría entre tres meses y cinco años de prisión, además de perder, obviamente, la cancillería. En ese escenario, en caso de celebrarse nuevas elecciones, la coalición electoral La Unión, formada por los cristianodemócratas de los partidos CDU y CSU, lidera las encuestas más recientes. Los tres partidos de gobierno no alcanzarían el número necesario de votos para repetir legislatura, y el partido de extrema derecha Alternativa por Alemania obtendría un 19% de apoyo, superando incluso al SPD.

Ya se han dictado varias condenas de cárcel en relación con el caso «Cum-ex». Se espera que, en principio, el juicio contra Olearius se extienda hasta marzo de 2024. Según informó la televisión pública ARD el lunes, todos los juicios podrían llevar más de un cuarto de siglo en total. La estafa «cum-ex» consistía en comprar y vender acciones en un corto plazo de tiempo, al mismo tiempo que se solicitaba a Hacienda la devolución de impuestos que no se habían pagado. El escándalo se hizo público en 2018 gracias a una investigación periodística de la organización especializada «Correctiv», en colaboración con varios medios internacionales, lo que destapó lo que podría ser el mayor fraude fiscal conocido. La fiscalía de Colonia investiga a unos 1.700 sospechosos en más de cien casos de fraude fiscal. Estima que el fraude asciende a unos diez mil millones de euros, fondos que originalmente estaban destinados a financiar la educación y la sanidad, pero que acabaron en bancos que llevaban a cabo esta práctica ilegal en varios países. Sin embargo, «es posible que estos negocios aún se estén llevando a cabo de otras formas», explicó el profesor de Finanzas de la Universidad de Mannheim, Christoph Spengel, en el telediario de la cadena pública ARD del 18 de septiembre.


Berlin –

Compartir

Editorial

  • Ana Pastor y sus satélites señalan al «putinismo»

    Los que están acusando de «putinistas» a sus adversarios políticos, simplemente porque éstos están en contra de la escalada bélica y a favor de la solución diplomática, están desviando la atención de los verdaderos aliados de Putin en España: la ultraderecha de VOX