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«La munición de uranio inglesa y las bombas de racimo de los EEUU destruyen Ucrania»

La guinda del pastel de cumpleaños: la admisión de Ucrania en la OTAN

En el 75 aniversario de la fundación de la Alianza, se anuncia más gasto en armamento, más provocación hacia el este, más guerra y más peligro de que la situación acabe en guerra directa contra Rusia


No dijo que él quiere que lo sea o que quiere proponerlo. Habló dándolo por hecho, como si sus palabras fueran órdenes: «Ucrania será miembro de la OTAN», dijo el Secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, el jueves en Bruselas tras la reunión de los países que conforman la alianza beligerante. En la próxima cumbre de julio en Washington se abordará este tema, aseguró Blinken. Y ya vimos qué ocurre cuando Estados Unidos asegura algo, aunque sea pasando por encima de las soberanías nacionales, como en el caso del anuncio de que pondrían fin al gasoducto Nord Stream.

El actual Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, propuso a su vez un fondo de 100.000 millones de euros adicionales en el próximo lustro para Ucrania. Fondo sin fondo para armamento y destrucción que tendrán que aportar los países europeos sin los Estados Unidos si éstos se retiran de la organización, como especulan los medios alemanes, que se preguntan si Alemania sería capaz de liderar la organización tras la salida de dicho país. Mientras lo primero resulta, incluso con una victoria de Donald Trump en las elecciones, descabellado, lo segundo, sin armas nucleares, como Reino Unido o Francia, es la repanocha. En todo caso, más allá de estos delirios alemanes, la tónica general en Europa es que sin Estados Unidos nuestra seguridad estaría comprometida. Puestos a especular, cabe preguntarse si el caso es lo contrario.

Durante el encuentro de este miércoles y jueves de la OTAN discutía el envío centralizado y conjunto de armamento a Ucrania a través de la Alianza, lo que supondría una nueva provocación frente a Rusia. Además, países como Francia, España e Italia deberían aportar más de lo que han hecho hasta ahora.

La OTAN no se fundó para defender la democracia

En 1949 se estableció la Organización del Tratado del Atlántico Norte, inicialmente compuesta por Canadá, Estados Unidos y otros diez países europeos. La evidencia de que la Alianza no se creó para defender valores democráticos, como decía en su carta fundacional y se nos repite constantemente hoy en día, es simple: Portugal, un país que aún mantenía colonias y estaba gobernado bajo la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar, también fue admitido como miembro. De hecho, Portugal libraría una guerra colonial de las más sangrientas mientras era miembro de la supuesta organización para la paz.

La OTAN se creó para proteger la libertad, pero sobre todo la del mercado frente al comunismo. La televisión pública alemana ARD reinterpretaba la historia de dicha organización este jueves: «La Alianza se formó cuatro años después del final de la Segunda Guerra Mundial en respuesta a las aspiraciones expansionistas de la Unión Soviética», afirmaba en su telediario, el Tagesschau. El propósito de la Alianza es la asistencia militar mutua, expresada en su máximo grado en el artículo 5 del Tratado, que establece que un ataque a un miembro de la coalición debe considerarse como un ataque a todos los demás. La parte occidental de Alemania, que había quedado dividida después de los excesos del nazismo, se unió a la OTAN en 1955. En realidad, se había acordado después de la guerra que Alemania sería neutral y desarmada, lo cual no se cumplió. A pesar de la justificación oficial de protegerse de la Unión Soviética, no fue hasta ese año que ésta formó una alianza similar con los países de su órbita, el Pacto de Varsovia, inicialmente compuesto por ocho países. Desde entonces, la expansión de la OTAN ha sido constante hasta 2023, llegando a los 32 miembros.

Los grupos terroristas «Stay Behind» o Gladio de la OTAN

Volviendo la vista atrás, la OTAN en su historia no solo ha colocado a los países que la conforman en el punto de mira de otras potencias, ha promovido el gasto militar en un mundo necesitado de paz y ha aumentado la tensión internacional creando bloques, como advertía el propio PSOE antes de traicionar a sus propios votantes; sino que además, también ha realizado actividades ilegales y terroristas. En enero, la televisión pública alemana ZDF transmitió un documental que relataba la historia de los llamados “ejércitos en la sombra” de la operación «Stay Behind»: otro nombre que no suena tan mal para los grupos terroristas creados por la OTAN y la CIA en los que reclutaron a antiguos nazis y otros extremistas para formar células paramilitares armadas. El subtítulo lo dice todo: “Cómo la CIA reclutó nazis para los servicios secretos”.

Estos grupos se activarían en caso de que la Unión Soviética invadiera Europa, nos han contado después de que se conociera su existencia y no pudiera ser negada. En realidad, fue el primer secretario general de la OTAN, Hastings Ismay, quien había trabajado en la llamada “operación impensable”, que era un plan para invadir la Unión Soviética. Estos grupos terroristas de la Alianza llevaron a cabo atentados para culpar a organizaciones de izquierda y desacreditarlas, en especial las comunistas. El secuestro y asesinato del político italiano Aldo Moro en 1978, que planeaba pactar con los comunistas, y el atentado en la estación central de Bolonia en 1980, en el que murieron 85 personas y 200 resultaron heridas después de que una bomba estallara, han sido relacionados con Gladio, otro nombre para Stay Behind. En 1990, el primer ministro italiano Giulio Andreotti descubrió su existencia a la opinión pública.

En respuesta a una pregunta parlamentaria de Die Linke en 2013, el gobierno alemán indicó que «a raíz de los cambios geopolíticos, el Servicio Federal de Inteligencia, en coordinación con sus aliados, disolvió por completo la organización Staybehind a finales del tercer trimestre de 1991». En Italia se llevaron a cabo investigaciones y juicios a raíz de los atentados. En Alemania, el atentado en el Oktoberfest, responsabilidad de neonazis del grupo Wehrsport Hoffmann, con contactos con la red Gladio, también arroja aún preguntas sobre la responsabilidad de ésta última. España tuvo «un papel clave» en la red armada de la OTAN según ha reiterado el ex diputado de IU Antonio Romero: «la red Gladio fue un aparato clandestino de la OTAN para hacer frente a un hipotético avance del Pacto de Varsovia en Europa», ha repetido el que fuera uno de los pocos políticos interesados en esclarecer la verdad sobre este tema en el país.

Portada del diario Jungewelt del pasado jueves: «Aquí no decimos Felicidades, OTAN. 1949-2024. En nombre de todas las víctimas de las guerras de la OTAN».

En realidad, aunque España no se unió a la OTAN hasta los años 80, sirvió como un patio trasero donde antiguos nazis alemanes podían refugiarse y vivir sin preocupaciones de ser perseguidos, se llevaron a cabo entrenamientos de los terroristas de Gladio y ya que desde 1953 había bases militares estadounidenses gracias a los llamados «Pactos de Madrid». Nunca se llevó a cabo una investigación oficial sobre las posibles actividades de Stay Behind o Gladio en nuestro país, a pesar de que se ha relacionado a este ejército secreto con la organización CEDI, el llamado Centro Europeo de Documentación e Información. Casos como el atentado al teatro Scala en Barcelona en 1978, cuyo archivo aún está clasificado, podrían estar relacionados con estos grupos terroristas de la OTAN. La propia OTAN tampoco ha reconocido ni ha hecho memoria histórica de este oscuro y ilegal pasado.

Los “verdaderos piratas” enterraron el orden legal internacional de paz en Yugoslavia

La caída del muro de Berlín, el fin del comunismo y de los supuestos peligros que éste acarreaba, así como el fin del Pacto de Varsovia no llevó a una desmilitarización y disolución de la OTAN. Por el contrario, la hegemonía norteamericana pasó a ser mundial, expandiendo sus alrededor de un millar de bases militares por todo el globo, y la organización continuó expandiéndose hacia el este de Europa a pesar de las advertencias de Rusia, cuyos líderes han asegurado sentirse amenazados por la colocación de armas nucleares con capacidad de llegar a su capital en pocos minutos.

De hecho, la entrada de Ucrania en la Alianza es por ello una línea roja. En ese sentido, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskow, declaraba este jueves a la agencia de noticias Interfax que “la OTAN fue diseñada, configurada, creada y dirigida por los Estados Unidos como instrumento de confrontación, principalmente en el continente europeo” y que no promueve ni la seguridad ni la estabilidad en Europa, «sino que, por el contrario, son un factor desestabilizador». Las relaciones entre Rusia y la OTAN «han caído prácticamente a un nivel de confrontación directa», dijo Peskow, ya que la Alianza está «involucrada en el conflicto en Ucrania».

A diferencia de lo que se repite constantemente en los medios sobre la invasión de Ucrania, ésta no fue la primera vez que se alteraron las fronteras a través de la violencia en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. En realidad, fue la propia OTAN quien daría ejemplo a Rusia sobre cómo se pisotea el derecho internacional con el bombardeo de Yugoslavia, que no contaba con un mandato de las Naciones Unidas. Desde entonces, la lista de guerras de la Alianza orwelliana por la paz, es larga. Tras el atentado a las torres gemelas del 11 de septiembre, los miembros de la OTAN decidieron activar el artículo 5 del tratado y comenzar la guerra en Afganistán, que acabaría dos décadas y millones de muertos, heridos y desplazados después con la derrota de la OTAN y la victoria talibán. Más tarde, la OTAN llevaría a cabo una intervención en Libia, que si bien fue victoriosa, no llevó a una mejora de la situación en el país, sino todo lo contrario. El caos y la pobreza reinan, mientras países extranjeros y hombres de la guerra locales se benefician de sus recursos. Eso sí, el plan de sustitución del dólar por una moneda panafricana fracasó.

Fotograma del documental sobre los ejércitos secretos de la OTAN

Otro de los usos del tratado es la así llamada “lucha contra la «piratería». La Operación Sea Guardian, por la que el Ministerio de Defensa de Margarita Robles asegura que se está utilizando el puerto de Mahón con fines militares por parte de la OTAN, no solo supone en estos momentos un apoyo al genocidio de Israel. La propia operación marítima queda en entredicho si miramos en detalle de qué se trata y qué se protege en el Cuerno de África. Hay literatura y documentales disponibles que demuestran quiénes son los verdaderos ‘piratas’ en las costas africanas. Con independencia de las guerras locales, alimentadas por las armas producidas fuera, y de las miserias de las facciones en liza, quienes se dedican a arrojar desechos, incluso desechos nucleares radioactivos, a las costas de países desgobernados como Somalia son países occidentales. Y cómo el descontrol de la pesca industrial masiva, cuyos cargueros son defendidos en parte por dicha operación de la OTAN, saquean los recursos de los pescadores locales, llevando a las poblaciones a la pobreza.

La OTAN se encuentra en caída libre y es posible que sufra un desastre mayor que en la guerra de Afghanistan, escribe la diputada del partido de Sahra Wagenknecht, Sevim Dagdelen, que ha publicado un libro sobre la OTAN estos días. Ni la guerra militar ni la económica contra Moscú parecen prosperar, constata, y advierte de que “la OTAN, al parecer, quiere mantener el sistema liberal a través de medios iliberales”. Propone volver a la diplomacia, al derecho internacional mediante referendums, atreverse a ser neutrales, evitando la entrada de Ucrania en la OTAN, desmilitarizar y acabar con la guerra económica. “La búsqueda de alternativas a la OTAN es la resistencia a una política de guerra mundial y necesitamos paz en lugar de OTAN”, concluye.


Berlín –

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