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Francisco J. Olmo / Europa Press

Macron continúa su retórica de guerra en la precampaña electoral europea

El mandatario francés juega con la posibilidad de escalar el conflicto con Rusia durante una entrevista en prime time en la televisión gala


El presidente de Francia, Emmanuel Macron concedía la noche del jueves una entrevista al canal BFM TV con un tema central: la situación en Ucrania, a la que tacha de «existencial». Una forma, según muchos análisis, de marcar perfil de cara a las elecciones europeas jugando con intensificar la tensión en torno a la guerra.

«Rusia es un adversario. El régimen del Kremlin es nuestro adversario. Pero no estamos en guerra con Rusia. Estamos preparados para responder a una posible escalada por parte de Rusia». El presidente francés lleva tiempo desarrollando una ambigua estrategia comunicativa en torno a la posibilidad de un enfrentamiento entre Rusia y la Unión Europea, una estrategia en la que retrata a Putin como una amenaza directa pese a las reiteradas veces en las que el mandatario ruso ha negado su interés en entrar en un conflicto armado de ningún tipo con Europa.

Macron ha afirmado que «No estamos en una escalada. No estamos en guerra con Rusia. Simplemente, debemos ser claros: no debemos permitir que Rusia gane», y para ello, aunque actualmente considera que no se dan las condiciones para plantear un despliegue de tropas francesas a Ucrania, ha dejado claro que no excluye esta opción y que «asume plantear esa posibilidad».

El presidente francés establece con su discurso perfil y posición de cara a las elecciones europeas, que cada vez se perfilan más como un plebiscito sobre la política exterior de la Unión con los tambores de guerra sonando de fondo.

Macron, aparentemente, no quiere ir a la guerra, aunque sus actos digan lo contrario. Por eso, aunque descarta que sea Francia quien liderase una ofensiva contra Rusia, coquetea con la posibilidad de un despliegue de tropas francesas, «una opción más sobre la mesa para impedir la victoria de Moscú». Con esa misma retórica ironizaba hace tres semanas durante una cena presidencial sobre la posibilidad de «mandar unos cuantos muchachos a Odessa» el año que viene, tal y como publicó Le Monde.

Para Macron, la posibilidad de una paz en la región no pasa por el diálogo ni la diplomacia. Tal y como sentenció durante la entrevista del jueves noche, «para tener paz en Ucrania» no se puede ser «débil». Un punto que explicaría en gran parte el papel que Francia tuvo durante los acuerdos de Minsk I y II de 2015, en los que el mandatario galo tenía un rol clave para garantizar la pacificación de Ucrania oriental, y que se incumplieron deliberadamente desde Kiev con la connivencia europea y posteriormente, también desde Moscú.

De nuevo, un mensaje confuso en el que el triunfalismo europeo se mezcla con un relato de Moscú donde a veces es una amenaza inminente y otras, una fuerza en retirada.

Aunque ha reconocido que no hay consenso en la OTAN, afirma que con «determinación, voluntad y coraje», Occidente está lista para utilizar todos los medios posibles a fin de que Rusia no logre su victoria. De nuevo, un mensaje confuso en el que el triunfalismo europeo se mezcla con un relato de Moscú donde a veces es una amenaza inminente y otras, una fuerza en retirada.

«Haremos lo que sea necesario para lograr nuestro objetivo. Porque si Rusia ganase, ¿cómo cambiarían las vidas de los franceses? Ya no tendríamos seguridad en Europa».

Los siguientes movimientos se juegan este fin de semana, en primer lugar, en Berlín, donde los líderes de Francia, Alemania y Polonia se reunían este viernes para un encuentro de «emergencia» en el que abordaron los últimos avances en el conflicto, tal y como anunciaba este miércoles el primer ministro polaco, Donald Tusk. Un segundo escenario son las elecciones rusas, un pulso a la popularidad de Putin dentro de su país y también en la vecina Ucrania, cuya región oriental está llamada a votar.


Madrid –

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