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Decenas de personas protestan en la Plaza San Jaume — Lorena Sopêna / Europa Press

Más de 75 años que se hacen sentir en un fin de semana

Las imágenes del fin de semana en Gaza nos recuerdan un conflicto que se inició hace décadas y sobre el que conviene hacer memoria para desarrollar un análisis a profundidad sobre lo que sigue ocurriendo en Oriente Próximo


El editor de la New Left Review, Perry Anderson, explica lo que significa el sionismo y señala que el enclave judío en Palestina en las primeras décadas del siglo XX era singular porque desde el principio fue una sociedad de colonos sin país natal: una colonia que nunca provino de una metrópoli. Sin embargo, lo que sí tenía tras de sí era un imperialismo que le delegaba sus poderes. El poder colonial británico constituía la condición inexcusable de la condición judía. Sin la sólida fuerza de la policía y del ejército británicos, la mayoría árabe —el 90% de la población— hubiera parado en seco el avance sionista después de la Primera Guerra Mundial.

El sionismo dependía por completo de la violencia del Estado imperial británco para crecer. Cuando la población árabe comprendió el alcance de la penetración sionista se alzó en una enérgica revuelta que se prolongó desde abril de 1936 hasta mayo de 1939. Anderson define a esta revuelta como la primera y más larga intifada.

Londres respondió y desplegó entonces 25.000 soldados y escuadrones de las fuerzas aéreas para aplastar la sublevación. Se trató de la mayor guerra colonial del Imperio británico en todo el periodo de entreguerras. La campaña contrainsurgente estuvo instigada y apoyada por el yishuv, y los sionistas proporcionaron la mayoría de los escuadrones de la muerte de Wingate. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, el imperialismo británico había dejado ya fuera de combate a la sociedad política palestina, despejando el camino para el triunfo del sionismo tras la guerra.

Sin embargo, como explica Anderson, los colonos nunca estuvieron plenamente en sintonía con los británicos. Para los dirigentes de los colonos, el pacto entre el colonialismo británico y el nacionalismo sionista era puramente instrumental y las tensiones crecieron tan pronto como Londres, en su pretensión de refrenar el descontento árabe, intentó reducir gradualmente la inmigración judía en plena intensificación de la persecución nazi en Alemania.

Pero la Segunda Guerra Mundial brindó una oportunidad al ala armada del sionismo laborista mayoritario de adquirir bajo mando británico experiencia y equipamiento militar y de asegurarse el apoyo de Churchill para un Estado judío independiente en Palestina, una vez que hubieran cesado las hostilidades. Lo que ocurrió es que el ala Irgun del sionismo, más radical y más pequeña, comandada por Begin, no esperó a la paz y lanzó una insurrección contra Gran Bretaña en 1944.

El sionista laborista, Ben Gurion, no estaba de acuerdo y sus fuerzas armadas colaboraron con los británicos para perseguir a los seguidores de Begin. Sin embargo, después de 1945, cuando toda la enormidad del destino de los judíos europeos bajo los nazis era conocida, la Haganah (antecesora de las Fuerzas de Defensa de Israel) se acabó sumando a la estrategia de la Irgun. De este modo, durante un año Gran Bretaña tuvo que enfrentarse a una sublevación colona en toda regla y, pese a que el sionismo laborista, acobardado por las enérgicas contramedidas británicas, llamó al cese de la contienda en agosto de 1946, la Irgun y los extremistas llamados “combatientes por la libertad de Israel” no se dieron por vencidos y forzaron a los británicos a traspasar, en la primavera de 1947, su mandato a las Naciones Unidas.

Veamos ahora algunos hitos que desde 1947 se han sucedido y ayudan a delinear la foto grande de este proceso que este fin de semana ha cobrado muchas portadas. Regresemos al 29 de noviembre de 1947. En dicha fecha, la ONU aprueba el Plan de Partición de Palestina que establecía la creación de dos Estados: uno árabe-palestino y otro judío. El caso de Jerusalén y sus alrededores quedaría bajo un régimen internacional por su significación religiosa. Sin embargo, el gobierno británico rehusó llevar a cabo este plan y los países árabes de la región también se negaron a aceptarlo, lo que desató un estallido de violencia que provocó alrededor de un millar de muertos entre diciembre de 1947 y enero de 1948. 

Pocos meses después, en mayo de 1948, pocas horas antes de que terminase el mandato británico, se proclama el nacimiento del Estado de Israel. Al día siguiente de estos hechos, los cinco países árabes vecinos de Israel declaran la guerra al nuevo estado. Esos cinco países son Líbano, Siria, Egipto, Transjordania e Irak y así dan inicio a la primera guerra árabe-israelí. Este choque terminará un año después con un resultado que supone un golpe fuerte para las fuerzas árabes. Israel amplía notablemente su territorio al ocupar el sur de la franja de Gaza, Galilea occidental y el sector occidental de Jerusalén. 

Más de medio millón de árabes se refugiaron entonces en la zona de Gaza no ocupada y en Jordania y las Fuerzas Armadas israelíes aprovecharon este contexto para ocupar más tierras y expulsar a cientos de miles de palestinos. Israel pasó, en ese momento, a ocupar un 78% del territorio.

En este contexto, muchos palestinos intentaron regresar a sus casas, pero las tropas israelíes se lo impidieron pese a que en diciembre de 1948 las Naciones Unidas aprobaron la resolución 194 donde se establecía el derecho de los palestinos a regresar a sus hogares. De hecho, el 15 de mayo, los palestinos del mundo entero recuerdan la ocupación de su patria en 1948. Esta fecha conmemorativa se conoce como la Nakba que significa catástrofe o tragedia. La Nakba, además, recuerda también que muchos refugiados palestinos siguen siendo apátridas hasta hoy.

El 15 de mayo, los palestinos del mundo entero recuerdan la ocupación de su patria en 1948. Esta fecha conmemorativa se conoce como la Nakba que significa catástrofe o tragedia. La Nakba, además, recuerda también que muchos refugiados palestinos siguen siendo apátridas hasta hoy

En junio de 1967 Egipto exige a la ONU que retire las fuerzas de interposición que mantenía en la península del Sinaí. Ante la existencia de “supuestos movimientos sospechosos” del ejército egipcio, Israel ataca a la fuerza aérea egipcia y, posteriormente, a la de Siria. Es así que inicia la conocida como “guerra de los seis días” entre el 5 y el 10 de junio de 1967. Una guerra en la que se enfrentan Egipto, Siria y Jordania contra Israel. Pero Israel volvería a ganar terreno. Arrebatan la península del Sinaí y la franja de Gaza a Egipto; Jerusalén Este y Cisjordania, a Jordania y los Altos del Golán a Siria. 

El 6 de octubre de 1973, en la celebración más sagrada del judaísmo, el Yom Kipur, una coalición de países árabes que lideran Siria y Egipto ataca por sorpresa los Altos del Golán y la península del Sinaí. Se inició así una guerra que concluyó el 25 de octubre. En ella, Israel sufrió casi 3.000 muertes y los países árabes cerca de 9.000. Israel mantuvo para sí el Golán y el Sinaí pero fue la primera vez que dudaron de su fuerza para contener la amenaza militar de sus enemigos. 

En 1978 se llevan a cabo los conocidos como acuerdos de Camp David. Estos acuerdos fueron suscritos el 17 de septiembre tras doce días de negociaciones entre el presidente egipto Anwar el-Sadat y el primer ministro israelí, Menajem Beguín con la mediación del presidente de los EEUU, Jimmy Carter. Egipto logra así recuperar los territorios que había perdido en la guerra de 1967, pero a la vez es considerado un país traidor por quienes fueron sus aliados y lo excluyen de la liga árabe. 

Sin embargo, este acuerdo no conduce ni acerca la paz. En diciembre de 1987, un movimiento popular surge en Gaza y Cisjordania contra las fuerzas israelíes y tiene como objetivo poner fin a las condiciones en que vivían. Es conocida también como “la revuelta de las piedras” y como la llamada “primera intifada”. Hasta el año 1991, habían muerto más de 1300 palestinos y 93 israelíes en este contexto. 

En octubre de 1991 hay un intento de acercar la paz. Se celebró en Madrid la Conferencia de Paz con el objetivo de impulsar este proceso en Oriente Próximo entre Israel y los países árabes. La cumbre estuvo patrocinada por los EEUU y una URSS en vías de disolución que, de esta manera, buscaban dar un paso adelante en el esquema de paz mundial poco después de dar por terminada la Guerra Fría. Dos años más tarde de la celebración de esta conferencia, el primer ministro israelí, Isaac Rabin, y el líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yaser Arafat, firman en Washington una declaración de principios con la intención de poner fin a las hostilidades. El 4 de mayo de 1994, Rabin y Arafat firman en El Cairo esta puesta en marcha de la autonomía palestina. Rabin, sin embargo, fue asesinado en 1995 por ultraderechistas israelíes.

El escenario en el siglo XXI volvió a recrudecerse. El 28 de septiembre del 2000, el líder de la oposición en Israel visita la explanada de las mezquitas que es un lugar sagrado del Islam. El mundo musulmán considera este acto como una provocación que despierta la indignación de los palestinos y empieza, entonces, la segunda intifada. 

Entonces, diversos acontecimientos importantes se suceden en poco tiempo. El 7 de marzo del año siguiente (2001), Sharon se convierte en el primer ministro de Israel y meses después ordena el arresto domiciliario de Arafat acusándolo de instigar la violencia. En el año 2002 Israel comienza la construcción de un muro de más de 400 kilómetros para separar Israel de Palestina con la excusa de evitar ataques palestinos. En enero del año 2006, la organización Hamás gana las elecciones en Palestina de manera abrumadora. Y el 27 de diciembre de 2008, Israel lanza la llamada “Operación Plomo Fundido”.

Esta fue una ofensiva militar que comenzó con un bombardeo aéreo sobre la franja de Gaza y continuó con ataques por tierra, mar y aire, supuestamente, contra la infraestructura militar de Hamás. Ha sido descrita como “la masacre de Gaza” y duró desde el 27 de diciembre de 2008 hasta el 18 de enero de 2009. Esta “operación” dejó 1400 palestinos muertos, la mayoría civiles. 

Como vemos, revisitar los hitos que se suman en este largo proceso es útil para dejar las equidistancias de lado. No hablamos de fechas y hechos únicamente, sino de personas y vidas que siguen padeciendo el apartheid mientras que la comunidad internacional habla muy bajito. Décadas de violaciones a los derechos humanos, a la soberanía de un pueblo, de limpieza étnica, de bloqueo, control y abuso que hoy vuelven a hacerse sentir de manera dolorosa.


Aquí puedes ver el programa completo de La Base en el que se trató el tema:


Madrid –

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