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¿Se puede hablar ya de la Tercera Guerra Mundial?

Muchos se preguntan estos días si estamos a un paso de la Tercera Guerra Mundial. Sigamos el rastro de los portaviones de EEUU para situarnos


Tras el bombardeo del hospital Al-Ahli en la Franja de Gaza que se saldó con más de 500 muertos entre personal médico y pacientes, la organización armada chiita libanesa Hezbolá declaró el miércoles, 18 de octubre, como jornada de luto y de protesta contra Israel, “esa formación sionista criminal”, tal y como lo denominaron en su comunicado.

Desde hace días ha habido intensos intercambios de artillería en la frontera entre el Líbano e Israel, entre Hezbolá y las Fuerzas de Defensa de Israel. Una de las principales incógnitas ahora mismo es si la organización libanesa va a entrar en ese conflicto. Sus portavoces advirtieron que lo harían en caso de una operación terrestre de Israel contra Gaza. Hace unos días el canciller iraní, Hossein Amir Abdolhanian, publicó en Twitter que el tiempo para las soluciones políticas y diplomáticas se está acabando y que la propagación de esta guerra se acerca a un punto en el que será inevitable. Unas declaraciones que deberían tomarse en serio, porque Irán lidera lo que se denomina como el Eje de la Resistencia, una alianza informal compuesta por organizaciones armadas como Hezbollá, Hamas y la Yihad islámica.

Abdolahian acaba de reunirse en Beirut con el jefe de Hezbolá, Hasan Nasralá y también con el jefe político de Hamas en Doha. Durante esa visita avisó también que el denominado Eje de Resistencia actuará en el momento oportuno si Israel no detiene sus crimenes en Gaza. De manera que si el grupo Hezbolá decide abrir otro frente contra Israel, estaremos hablando de una suerte de guerra proxy entre Irán e Israel.

Las fuentes del periódico Washington Post indican que semejante despliegue refleja el temor de la administración estadounidense frente a una eventual extensión del conflicto

Muchos se preguntan estos días si estamos a un paso de la Tercera Guerra Mundial. Sigamos el rastro de los portaviones de EEUU para situarnos. El país desplegó dos grupos navales en el Mediterráneo Oriental para, en palabras del secretario de Defensa, Lloyd Ostin, “disuadir a cualquier actor estatal o no estatal que busque intensificar la guerra”. Los portaviones Dwight Eisenhower y Gerald Ford al frente de buques de guerra, escuadrones de aviación, más unos 12.000 marines. Las fuentes del periódico Washington Post indican que semejante despliegue refleja el temor de la administración estadounidense frente a una eventual extensión del conflicto.

Estos días, el portal digital Axios informaba también que EEUU podría recurrir a la fuerza militar en caso de que Hezbolá abra un segundo frente contra Israel.

Se espera que esta semana el Congreso apruebe un nuevo paquete de ayuda en armamento para Ucrania e Israel de más de 2.000 millones de dólares. Finalmente, la secretaria del Tesoro de EEUU, Jannet Yellen, ‘calmó’ a todos hace tres días diciendo que Washington puede permitirse “absolutamente” otra guerra.

Lo que estamos viendo en los últimos meses es una dinámica general de guerra mundial. No es que estemos a un paso de ella, es que parece que ya está en marcha. Es más: no empezó estos días, sino mucho antes. Se desarrolló de manera híbrida, con guerras económicas, sanciones, sabotajes. En algunos de sus episodios vemos cómo se asemeja a la primera guerra mundial, como en el territorio de Ucrania donde estamos observando una guerra de trincheras pura y dura. En algunas partes estamos viendo episodios de limpiezas étnicas, como en el Alto Karabakh donde más 100.000 armenios abandonaron sus casas luego de la operación militar de Azerbayán por recuperar sus tierras.

El conflicto entre Azerbayián y Armenia no está acabado: el corredor de Zangezur, que pasa por el sur de Armenia, es crucial para unir el territorio de Azerbayián con su enclave. ¿Aprovechará Azerbayián las tensiones en Oriente Medio para resolver este asunto por la vía militar, de la misma manera que supo aprovechar la guerra entre Rusia y Ucrania para tomar Karabakh? ¿Se implicará Irán en la defensa de Armenia en caso de un ataque azerí?

¿Qué sabemos exactamente de Sudán ? Poco. ¿De Etiopía? ¿Qué ha estado pasando entre julio y agosto en África? En Níger, por ejemplo, donde casi se planteó una intervención externa. El hecho de que la guerra mundial todavía no nos afecte a nosotros directamente, no quiere decir que no esté sucediendo.

Por más que no se esté hablando sobre el conflicto entre las dos Coreas, esos dos países siguen, técnicamente, en guerra, con episodios de tensión sistemáticos. El bloque compuesto por Japón, Corea del Sur, EEUU realizan ejercicios conjuntos en Asia Pacífico con la misma o mayor regularidad que Pyongyang ensayos nucleares.

En septiembre Kim Yong Un visitó Rusia, dejando fotografías para el deleite de los trolls de X. Pero hace 10 días ya vimos los primeros informes sobre el supuesto inicio de suministros de artillería desde Corea del Norte, que tiene arsenales soviéticos abundantes, hacia Rusia. ¿A cambio de qué lo hace? ¿Tal vez a cambio de tecnología para perfeccionar sus misiles?

Y si empezamos a hablar de Taiwán, pues ya estamos todos.

A todo este panorama se suma un aumento constante del gasto militar en todo el mundo. Los países de la OTAN, Rusia, Ucrania, China, Japón, que duplicó su gasto militar en 2022, Corea del Sur. A finales de abril, el SIPRI, el Stockholm International Peace Research Institute, calculó que en 2022 el gasto militar mundial aumentó un 3,7%: 2,24 billones de dólares. En Europa experimentó su mayor incremento desde los tiempos de la Guerra Fría.

Las empresas armamentísticas están viviendo sus mejores días bursátiles. El principal fabricante militar del mundo, Lockheed Martin, experimentó el lunes pasado un 9% de crecimiento de sus acciones. Le venden a Israel los F-35, así que los bombardeos de Gaza que estamos observando les ayudan a paliar la leve bajada que estaban sufriendo en la bolsa.

No resulta para nada descabellado hablar de una tercera guerra mundial como de una realidad. Somos testigos de una destrucción del sistema de seguridad que se formó luego de la Segunda Guerra Mundial. Las instituciones, fundadas como resultado de la Segunda Guerra Mundial, como la ONU, aún siguen activas, pero en los conflictos en los que están involucradas potencias nucleares, tienen un papel puramente formal. Las potencias nucleares oficialmente son cinco, pero sabemos perfectamente que son más.

Estamos frente a una disputa global por los centros de poder, por quién va a definir las reglas del futuro, ese “orden basado en reglas”, porque el viejo orden parece estarse derrumbando, las reglas no parecen funcionar ya para casi nadie. Pase lo que pase, de un modo u otro, cualquier escalada nos acabará afectando a todos. Y si no estamos entre el 1% más afortunado de la población, no nos va a afectar para bien.


Aquí puedes ver el capítulo completo de La Base en el que se trató el tema:


Madrid –

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