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Los gases lacrimógenos también afectan a la derecha mediática

Todos y todas hemos visto y hemos participado en manifestaciones infinitamente más grandes que estas y los medios de comunicación básicamente las han ignorado e invisibilizado


Lo primero que cabría comentar sobre el papel de los poderes mediáticos en relación a la ‘caye borroka’ es la inmensa, enorme, desproporcionada atención que, a mi modo de ver, le están prestando a los 5.000 fachas que salieron a protestar en Madrid.

Todos y todas hemos visto y hemos participado en manifestaciones infinitamente más grandes que estas y los medios de comunicación básicamente las han ignorado e invisibilizado, aunque hubiera decenas de miles de personas y aunque hubiera infinitamente más violencia policial que la que hubo anoche, cuando, antes de las insólitamente suavecitas cargas finales, incluso vimos cómo la Policía no solo no impedía a una manifestación no comunicada cortar la Gran Vía, sino que prácticamente encabezaba la marcha, con una línea policial que no enfrentaba al grupo sino que le daba la espalda. Ya me diréis si habéis visto algo así alguna vez en una manifestación por la sanidad pública o por los derechos laborales. Yo, desde luego, no.

Pero volviendo a la cobertura mediática: anoche puse un rato La Sexta y prácticamente habían interrumpido su programación para conectar en directo con la calle Ferraz; tenían ahí a un reportero con un casco retransmitiendo en directo la concentración de los 5000 fachas y dando parte de todo lo que sucedía: “atención a este petardo que acaba de caer a nuestro lado; observen el tamaño de los adoquines que lanzan a la Policía”, etcétera. Eso también es un aliciente para que esta gente haga lo que está haciendo, porque si salen cuatro y el del tambor a la calle y les sacan hasta en el rosco de pasapalabra, pues así sí que renta manifestarse, claro.

Aprended, perroflautas. Si queréis que los medios os hagan caso la próxima vez que hagáis una manifestación, la clave no es que haya mucha gente, que no os enteráis: llevad alguna bandera franquista y cantad un poquito el “cara al sol”, y ya veréis cómo os sacan hasta en la información meteorológica. Porque, lo dicho: la ‘caye borroka’ puede hacer lo que quiera y recibir a cambio los mimos de la policía y de los medios de comunicación. Por poner un ejemplo: anoche estaba en Ferraz la neonazi Isabel Peralta, que se hizo famosa por proclamar en otra manifestación que “el problema es el judío”. Bueno, pues Isabel Peralta, que estuvo anoche haciendo el saludo nazi en la concentración en Ferraz, es un buen ejemplo de esto. Es alguien que tiene la entrada prohibida en Alemania de por vida por decir aquello de “el problema es el judío”, pero que aquí en España fue absuelta de delito de odio por esas mismas palabras, los medios la llamaron “la nueva musa del fascismo” y la entrevistaron en las televisiones (que por cierto, tal y como están las cosas, igual la de «el problema es el judío» ahora también va con Israel y nos llama antisemitas a los que denunciamos el genocidio). El padre de esta neonazi se presentó a las elecciones con Falange, fue concejal del PP y es tertuliano de Mediaset, en el programa de Ana Rosa.

Dicho todo esto, ¿cuáles están siendo las reacciones en los medios sobre la concentración facha de anoche y de estos últimos días?

La derecha mediática está muy escandalizada por la extrema contundencia con la que el aparato policial represor comunista agredió a los manifestantes demócratas y constitucionalistas en Ferraz simplemente por ‘putodefender’ España. Anoche los fachas, después de haber sido escoltados durante horas por la Policía mientras se concentraban sin comunicación previa, cortaban calles y hacían lo que les daba la gana, terminaron catando un poquito de porra, quizá por primera vez en su vida, cuando ya llevaban media hora tirando piedras a los antidisturbios. Y claro, la derecha mediática no da crédito. La Policía aquí puede pegar a médicos, a profesores, a mineros, a rojos de mierda, a indepes y a toda esa chusma. ¡A por ellos, oé! Pero, ¿cómo osan cargar contra españoles de bien que solo están putodefendiendo España? Es una vergüenza… ¡Marlaska dimisión!

Se resume en estos dos tuits de Vito Quiles de Estado de Alarma: Del “A todo el que te pida dale, viva la Policía Nacional”, ha pasado al “Urgente, la policía nos acaba de lanzar gas lacrimógeno en la cara a todos los asistentes en Ferraz. Entre ellos niños y ancianos. Difundid. Verguenza histórica”. Oooooh, qué lástima…

Y se ve que los gases lacrimógenos han llegado también a las redacciones de la derecha mediática, porque hoy son una verdadera llorería. ABC: “La Policía lanzó gases fumígenos y lacrimógenos, los más lesivos, contra quienes protestaban en Ferraz”. El Mundo: «La polémica actuación ha provocado la reacción de los sindicatos policiales, que defienden la actuación de sus compañeros en la noche del lunes, y también del PP, que este martes a primera hora ha enviado un comunicado a la prensa en el que carga duramente contra la actuación policial de anoche en Madrid. El partido de Alberto Núñez Feijoó acusa al Gobierno de «obligar» a la Policía a tratar «como CDR» a las personas congregadas». La Razón: «En 2017 no se gaseó a quienes incendiaban las calles en Cataluña y actuaban como comandos terroristas». Ignacio Garriga culpa a Interior de utilizar gases lacrimógenos contra quienes defienden la nación”. Okdiario: “Marlaska incumplió en Ferraz el protocolo policial que prohíbe gasear “ante meras aglomeraciones””.

La misma derecha política, policial y mediática que aplaude y habla de “actuación proporcionada” cuando los antidisturbios abren la cabeza a trabajadores o a jóvenes de izquierdas, ahora se echa las manos a la cabeza y llora cuando se produce una leve respuesta policial a los disturbios, incendios, destrozos y ataques a los agentes que estaban provocando sus cachorros en el centro de Madrid. Un ejemplo más, Telemadrid: “Cargas desmedidas, una gran polémica”, decía la narración en directo de la televisión pública madrileña mientras en pantalla se veía a un simpático ciudadano pidiendo insistentemente un taxi. Igual era para escapar de las “cargas desmedidas”, por eso necesitaba tanto el taxi ese pobre hombre. En fin.

Y hablemos ahora de la progresía mediática, que también es una llorería, aunque por otros motivos, y que expresa todavía más inocencia, por no decir ingenuidad, irritante ingenuidad. En la SER, El País y compañía parece que de repente ha habido una caída colectiva del guindo y están muy sorprendidos y muy escandalizados por ver lo que es en realidad la derecha española… Yo me pregunto en qué país habrán estado viviendo todo este tiempo. “La deriva de la derecha empieza a ser un poquito preocupante”, decía Elisa de la Nuez en el Abierto de Hoy por Hoy, con Angels Barceló.

No sé dónde estaría Elisa de la Nuez cuando fascistas mataron en la calle a Samuel Luiz por ser homosexual, o cuando convocaron concentraciones en Chueca, barrio gay madrileño, para “cazar maricones”, ni cuando se concentraron durante meses en la casa de Iglesias, Montero y sus 3 hijos… En el país feliz, en la casa de la piruleta de la calle de la gominola, que diría Homer Simpson. Es lo que decía ayer nuestra compañera Laura Arroyo en un tuit: “Hay días en que me gustaría vivir en el mundo en que viven los tertulianos de Cadena Ser. Hoy he oído a un par preocupadísimos por «la deriva que está tomando» la ultraderecha. Como si esto hubiera empezado ayer en Ferraz. La mediocridad en el análisis siempre cuesta caro”. Ni una coma que añadir a las palabras de Laura.

Esa tertuliana de la SER también insistía en achacar lo que está sucediendo a “algunas personas extremistas y radicales” y en separar eso de “los partidos institucionales” (entendemos que PP y VOX) a los que anima a condenar los hechos. ¡Pero si las concentraciones las están convocando ellos! Si Feijóo las ha apoyado, Aznar ha dicho que “quien pueda actuar que actúe”, cargos del PP han acudido, Esperanza Aguirre cortó una calle, Abascal ha ido en persona y ha llamado a la policía a desobedecer las órdenes… Pero nada: la progresía sigue planteando que una cosa es la gente que está en Ferraz y otra cosa son “los partidos institucionales”.

Y si eso os parece una ingenuidad, escuchad a Javier Casqueiro de El País. Los facistas en España pueden salir a quemar las calles convocados por el Partido Popular y VOX, que Javier Casqueiro sigue hablando del “moderado Feijóo”. Javier Casqueiro podría estar en un paredón a punto de ser fusilado y les seguiría diciendo a los fascistas: “oigan, caballeros, cómo nos hacen ustedes esto, si ustedes son gente moderada, un partido de Estado”. Tremendo lo de la progresía mediática.

Hay también ejemplos de esta pérdida repentina de inocencia de la progresía mediática en relación a la derecha judicial y en concreto a la figura del juez Manuel García-Castellón. Resulta que los camaradas de la SER (los mismos que decían que los jueces en España son imparciales y no tienen ideología, los mismos que censuraban que desde el ministerio de Igualdad se denunciara el machismo de la derecha judicial o que desde Podemos se señalara que hay una derecha judicial desatada actuando contra la democracia), ahora se dan cuenta de que “hay una derecha judicial que ha irrumpido en el proceso de investidura”. En la tertulia de la SER han hecho incluso, atención, un perfil de García-Castellón.

Vaya… ¿Pero esto no era “señalar a los jueces” y era una cosa inaceptable porque los jueces no tienen ideología? ¿Ha salido ya el comunicado del CGPJ denunciando la actitud totalitaria de Angels Barceló por osar explicar a su audiencia quién es Manuel García-Castellón?

Eso sí: esta ingenuidad bienpensante de la progresía de la SER y El País, que se han dado cuenta ahora de la derecha judicial que hay en este país, es muy sana y deseable en comparación con lo de La Sexta. Tu canal progresista favorito sigue otra línea en todo esto, que es básicamente defender la actuación de Manuel García-Castellón. Atención al comentario de Ferreras en Al Rojo Vivo: “Hombre, eran 4 años ya, en algún momento tenía que tomar la decisión”. A Ferreras, director de La Sexta, le parece genial, perfecto y maravilloso que Manuel García-Castellón, después de 4 años con el caso parado, lo reactive justo ahora para imputar a Puigdemont por terrorismo e interferir así en la negociación de la investidura. Va a haber que dejar de considerar ya a la Sexta como parte de la progresía mediática, porque, sencillamente, trabaja para el PP.

A Ferreras le parece estupendo lo de García-Castellón y a sus empleados, que los tiene muy bien educados, les parece mejor todavía. Por ejemplo, esto es lo que opina Alfonso Pérez Medina, el célebre “contador de violadores liberados” que protagonizó la campaña de Al Rojo Vivo contra Irene Montero y la ley solo si es sí: «Los mismos que hoy lapidan al juez Manuel García Castellón por citar como imputados a Puigdemont y Rovira en la causa de Tsunami se congratularon y le aplaudieron cuando imputó a Aguirre o a Cifuentes en la Púnica o a Cospedal en la Kitchen. Peligrosa deriva».  

“Peligrosa deriva”. Al menos la SER y El País hablaban de la peligrosa deriva de la derecha (que ni empezó ayer ni es ninguna “deriva”: es lo que siempre han sido). La Sexta no. En La Sexta también hablan de una “peligrosa deriva”, pero para referirse a la izquierda por criticar al juez favorito del PP. Bueno, y ni siquiera a la izquierda: al PSOE, a la SER y El País. En fin.

Un último comentario. Seguramente vamos a seguir viendo estos días muchos titulares que califican todo esto que está pasando como “protestas contra la amnistía”. Y eso, en mi opinión, ya esconde una posición editorial amable con toda esta estrategia golpista. Porque es como: no. No es contra la amnistía, es contra la investidura. No olvidemos que en la anterior investidura, el diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, tuvo que pasar la noche previa en un lugar secreto y llegar al Congreso escoltado para poder votar a favor. La derecha tampoco reconoció la legitimidad de la moción de censura contra Rajoy en 2018. Ni siquiera la derrota de Aznar tras el 11M. La amnistía les importa un bledo y ellos mismos la habrían hecho si les hubiera hecho falta, como ya hicieron en el pasado con miembros de Terra Lliure, por ejemplo. El problema no es la amnistía: el problema es que no van a gobernar ellos.


Este texto es una adaptación del análisis de Manu Levin en La Base, pueden escuchar el episodio completo aquí:

Madrid –

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