27E: 30 años de la huelga general contra el neoliberalismo «socialista»
No es de extrañar que, pese a superar en número de huelguistas al mítico 14D, ni PSOE ni sindicatos tengan mucho interés en recordar la huelga de 1994
Cuando se piensa en las huelgas generales habidas en España desde la transición ninguna supera en el imaginario colectivo a la que tuvo lugar el 14 de diciembre de 1988. Aquel miércoles es recordado como el día que “pararon hasta los relojes”, la jornada de lucha obrera que comenzó con el corte de emisiones de TVE y sacudió al Gobierno de Felipe González.
La huelga que hoy cumple 30 años, la de 27 de enero de 1994, es mucho menos recordada a pesar de que, en realidad, el número de trabajadoras y trabajadores que secundaron el paro fue mayor que en 1988. También fue superior a 1988 el número sindicalistas detenidos durante la jornada, probablemente por ordenes concretas dadas a la policía en consonancia con la agresividad del Gobierno y sus aliados mediáticos ante la huelga.
El PSOE había pasado de los 184 diputados con los que contaba en 1988 y que le permitían mirar con cierta tranquilidad las movilizaciones obreras a los 159 cosechados en las elecciones de 1993 y que obligaron a Felipe González a pactar con CiU y PNV. Un Gobierno más débil, dependiente de derechas nacionalistas y en plena resaca de los fastos de 1992 no podía permitirse un revolcón como el del 14D de 1988.
El creciente descontento hacia las políticas sociales y económicas del PSOE llega al punto de ebullición con la bofetada neoliberal que suponía la reforma laboral impulsada por el Gobierno: desregulación implícita de las relaciones laborales, recorte en las prestaciones por desempleo, cambios en la revisión de las pensiones del IPC, congelación salarial de los trabajadores del sector público y legalización de las empresas de trabajo temporal.
El día después de la huelga, pese a lo potente de la jornada de lucha, el titular de ABC fue “González indiferente ante la huelga general: no cambiará su política económica”. UGT (ya golpeada por el escándalo de la PSV) y CCOO decidieron no dar continuidad a la lucha y tratar de lograr avances más adelante, en la negociación de convenios, pasando de un sindicalismo de movilización a volcarse en adelante en la concertación social.
No es de extrañar que, pese a superar en número de huelguistas al mítico 14D, ni PSOE ni sindicatos tengan mucho interés en recordar la huelga de 1994.
Madrid –
