Anita Sirgo โ Movimiento Asturiano por la Paz / YouTube
El padre de Anita Sirgo sigue en una cuneta
No leeremos en los obituarios publicados este titular, por eso quiero despedir a Anita Sirgo con el mismo, del que hago responsable a los sucesivos gobiernos del PSOE, incapaces de compensar a luchadoras por la democracia como ella con el abrazo a los restos mortales de su padre asesinado
En casi todos los periรณdicos hemosย leรญdo los habituales obituarios en los que se hace constar la trayectoria de una de las mujeres mรกs comprometidas con el movimiento obrero en Asturias durante la dictadura franquista. Anita Sirgo mamรณ en su familia ese compromiso, pues su padre fue uno de aquellos que, una vez terminada la guerra con la victoria de los sublevados en 1936, se resistiรณ a darse por vencido, combatiendo al nuevo rรฉgimen como guerrillero, mientras la madre de Ana era encarcelada.
Como enlace de la guerrilla desde los nueve aรฑos, Anita Sirgo fue detenida a los doceย junto a otros familiares. Desde 1950 militรณ junto a su marido en el Partido Comunista y tuvo un papel muy activo en la huelga minera de 1962, como integrante del batallรณn de mujeres que la sustentaron. Su participaciรณn le costรณ ser rasurada y torturada en una cรกrcel de Sama, desde la que dio a conocer las torturas sufridas a su vez por su marido golpeando con los tacones de sus zapatos las paredes deย la celda.
Algunos recordamos aquella huelga porque no habรญa esos dรญas calefacciรณn en los colegios y un jefe de estudios de un determinado centro pรบblico, un severo cura nacional-catรณlico, responsabilizรณย del frรญo a los mineros, entre los que estaba el padre de uno de mis amigos, que se puso a llorar al escuchar los improperios del sacerdote.
Anita Sirgo pudo ver a su padre por รบltima vez en 1947, antes de que fuera asesinado por la dictadura y enterrado en una cuneta. Esa cuneta aรบn no ha sido localizada, por lo que Anita Sirgo falleciรณ sin que la democracia por la que luchรณ desde niรฑa, sin dejar de hacerlo hasta la edad nonagenaria,ย la compensara con lo que todos los familiares de los republicanos asesinados y enterrados como bestias -para que cundiera su olvido- esperaron durante decenios.
Esto รบltimo, siendo tan evidente como deplorable, es lo que no leemos en los obituarios publicados en la mayorรญa de los periรณdicos. Por eso el titular con el que quiero despedir a Anita Sirgo, a la que llamaban ยซla guerrillera del tacรณnยป, es el que es, siendo responsables del mismo los sucesivos gobiernos del PSOE.
Madrid –