Actualidad, Opinión

La gran familia del Partido Popular de Galicia

Las casualidades hacen que nos topemos de nuevo con la estructura familiar y nepotista del PP gallego

Acabamos de conocer que la tía del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, lidera desde diciembre un proyecto de 1.3 millones de euros contra los microplásticos. Paloma Rueda, gerente de CETMAR, organismo vinculado a la Xunta, recibe un sueldo de 60.000 euros anuales de dinero público desde 2009, año en que el PP regresó al poder en Galicia después de los 4 años de bipartito PSOE-BNG. El gobierno gallego presumió de esta iniciativa el pasado 21 de diciembre, ocho días después de que el teléfono de emergencias 112 fuera alertado de la presencia de pellets de plástico en la playa de Balieiros, en Santa Uxía de Ribeira (A Coruña).

Las casualidades hacen que nos topemos de nuevo con la estructura familiar y nepotista del PP gallego. Estos días se habla mucho de los paralelismos con la catástrofe del Prestige, en lo referente a las mentiras, medias verdades y negligencias del gobierno de la Xunta. Hace ahora 21 años, en enero de 2003, el conselleiro Xosé Cuiña fue obligado a dimitir después de que una sociedad de su familia se lucrara vendiendo a la Xunta miles de trajes y palas para limpiar el fuel que inundaba las playas gallegas.

Fraga necesitaba que rodara alguna cabeza, al sentirse acorralado ante la opinión pública por la mala gestión de la marea negra. El cese encubierto no estaba exento de estrategia política, ya que Cuiña había osado en postularse como sucesor de Don Manuel, como referente del sector del PP “de la boina” que controlaba la Galicia rural, frente a los “del birrete” que representaban al sector urbanita, encabezados por una figura en alza que Fraga se acababa de traer desde Madrid para perfilar la sucesión, un hasta entonces desconocido Alberto Núñez Feijóo.

El propio Feijóo se vio salpicado en su presidencia por sospechas de favoritismo a miembros de la gran familia popular. Los expedientes de adjudicación de decenas de contratos de la administración gallega con el Grupo Eulen apuntaban a que la compañía tuvo trato de favor con respecto a sus competidores en numerosos procedimientos. La directora del grupo para el Noroeste de España es Micaela Núñez Feijóo, hermana menor del entonces presidente de la Xunta.

Las sociedades del Grupo Eulen multiplicaron los contratos con la Xunta desde que Feijóo llegó al Gobierno en el 2009. Desde entonces hasta finales del 2021 recibió adjudicaciones por valor de 37 millones de euros, casi 3 millones al año, el triple de la media de lo que contrataba con el gobierno bipartito PSOE-BNG entre el 2005 y el 2009.

Pero si hay un ejemplo de manual de como funciona el modelo nepotista y clientelar del PP de Galicia, ese es el de Jose Luis Baltar Pumar, el barón de los barones, presidente de la Diputación de Ourense desde 1990 hasta 2012, a quien le sucedió en el cargo, como no, su hijo, hasta el año 2023, 33 años de dinastía en total.

El caso más estrambótico del mandato del patriarca de los Baltar fue el de los 33 porteros contratados para un edificio de la Diputación con tan solo dos puertas, la mayoría hijos o familiares de cargos del PP. En 2013 (ya con su hijo sucediéndole en el cargo) fue procesado y posteriormente condenado en 2015 por prevaricación, a causa de la contratación irregular de nada menos que 104 trabajadores. Cuentan que cuando Don Jose Luis dejó el cargo, se despidió de los empleados diciéndoles que “vosotros no sois trabajadores de la Diputación, sois mis trabajadores”. La utilización del empleo público como mecanismo clientelar ayuda a explicar a la hegemonía aplastante de los populares en la provincia de Ourense, especialmente en el rural.

Manolo Rivas escribió en su día sobre lo cerca que estuvo Galicia de convertirse en algo parecido a Sicilia, por los vínculos de dirigentes del PP con el narcotráfico en los años ochenta, como relatan magistralmente Nacho Carretero y Jose Luis Bustos en su libro “Fariña”; la foto de Marcial Dorado con Feijóo, ya en los años noventa, es el rescoldo de aquellos tiempos.

Para la Cosa Nostra siciliana no hay nada más importante que “la famiglia”, cualquier aberración es justificable en aras de preservar la institución familiar. El Partido Popular de Galicia siempre ha funcionado como una gran familia, para los suyos están reservados los mejores cargos, empleos y privilegios, que se le niegan al resto de la población. Si uno quiere formar parte de esta gran familia galaica, sabe que el primer paso es afiliarse al PP gallego.