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Eduardo Parra / Europa Press

Matar a Ábalos para salvar a Sánchez 

No funciona ni le funcionará a Pedro Sánchez para perpetuarse, que es su único fin y por eso es capaz de dejar caer a quienes lo auparon cuando los operadores mediáticos hicieron con él lo mismo que ha hecho con Ábalos 


Pedir responsabilidades políticas por un caso de corrupción por el que no estás siendo ni investigado es un caso de pulcritud en la lucha contra la corrupción. Sin embargo, cuando esta extrema pulcritud el PSOE únicamente se la exige al exministro José Luis Ábalos, lo que cabe es preguntarse por qué con Ábalos y no con Carmen Calvo, con Fernando Grande Marlaska o con Margarita Robles. ¿Y por qué no con Pedro Sánchez?

Si la responsabilidad penal en el ‘Caso Koldo’ hasta el momento es una investigación que afecta al exasesor del Ministerio de Transportes, ¿por qué debe dimitir el ministro que nombró a Koldo García y no también el presidente que nombró al ministro? Lo que hay detrás, sin embargo, no es la lucha contra la corrupción, sino matar al peón para salvar al rey. O lo que es lo mismo, matar a Ábalos, que es material fungible, para salvar a Pedro Sánchez.

Lo dijo Ábalos durante su rueda de prensa: entre poder y justicia, su partido ha elegido poder. Pero ni siquiera es poder, porque el poder lo tienen los operadores mediáticos que en tres días han construido un relato favorable a salvar a Pedro Sánchez siempre y cuando tire al cubo de la basura al que fue su número dos, al hombre que le fue leal cuando la vieja guardia quiso hacer con él lo mismo que ha hecho con su antiguo número dos.

Pedro Sánchez ha enterrado al muerto, pero no se quiere enterrar con el muerto. Es una máxima inteligente desde el punto de vista de aspirar a permanecer en el poder, pero es inútil si se aspira a transformar porque el mensaje que se le envía al equipo de opinión sincronizada es que son ellos quienes tienen la potestad de decidir quién debe asumir responsabilidades políticas y quién no.

Si José Luis Ábalos debe dimitir y pasar al cubo de la historia por un caso en el que la investigación no lo vincula al caso de la compra de mascarillas, una policía que no sería la primera vez que hace investigaciones prospectivas y exageradas que luego quedan en nada durante la fase de instrucción del caso, ¿por qué motivo no ha dimitido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la muerte de dos guardias civiles en Barbate mientras luchaban contra las mafias del narcotráfico subidos a una ‘lancha de juguete’ por la falta de medios para desarrollar su trabajo?

¿Por qué debe dimitir el ministro que nombró a Koldo García y no también al presidente que nombró al ministro?

¿Por qué debe asumir su responsabilidad política José Luis Ábalos y no el ministro de Interior al que una sentencia del Supremo le ha reprochado su “absoluta inobservancia” de la Ley de Extranjería al expulsar en caliente a ocho menores de edad de Ceuta a Marruecos?  En otras palabras, Grande-Marlaska expulsó a ocho menores de edad sin saber si tenían dónde volver ni cómo iban a volver. ¿No es acaso Grande-Marlaska el responsable último de todo lo que ocurra en su Ministerio?

De la misma manera cabe preguntarse por qué no debe asumir responsabilidades políticas la ministra de Defensa, Margarita Robles, después de que en diciembre fallecieran ahogados dos soldados en el acuartelamiento cordobés de Cerro Muriano mientras realizaban ejercicios de instrucción. ¿No es acaso Margarita Robles la responsable última del Ejército?

Carmen Calvo se tiró varios años lanzando mensajes de odio contra las personas trans, incluso llegó a difundir un argumentario transfóbico por las sedes del PSOE —firmado por el propio José Luis Ábalos cuando era secretario de organización del partido—, ¿por qué, sin embargo, nadie en el PSOE le pidió responsabilidades políticas a Calvo? En lugar de eso, Pedro Sánchez la ha premiado nombrándola presidenta del Consejo de Estado. 

Incluso cabe preguntarse por qué no debe dimitir por el ‘Caso Koldo’ la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que era la presidenta de Baleares cuando Koldo García usó sus contactos para la compra de mascarillas para el Gobierno balear. Esto de matar al a los peones para salvar al rey es más viejo que soplar. Y no funciona ni le funcionará a Pedro Sánchez para perpetuarse, que es su único fin y por eso es capaz de dejar caer a quienes lo auparon cuando los operadores mediáticos hicieron con él lo mismo que ha hecho con Ábalos. 

Los traficantes de relatos son insaciables y después de dejar caer a Ábalos, al que incluso Ferreras le ha llegado a poner un cronómetro en pantalla como en su día le puso un contador a Irene Montero, irán a por otras piezas. Hasta que se hayan hecho con el control total de la partida. 


Madrid –

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