Manifestación de apoyo a Jenni Hermoso en Madrid
Dani Gago
Míranos, hombre
Vivo recibiendo cartas de mujeres violadas, agredidas, machacadas, con la vida sangrando. Y las miro. A cada una la miro. Me detengo en las palabras que utilizan, en su sintaxis, en cómo nombran los genitales, en cómo llaman al dolor. Es mi decisión, es mi deber. Es mi decisión porque es mi obligación.
Una detrás de otra, atropelladamente, desaforadamente, en carne viva. Una detrás de otra, primero decenas, después centenares, ahora sencillamente siempre más, cada hora, a ratos cada tres minutos. Ahí están los padres, los abuelos, los hermanos, los tíos, los amigos de los padres, los padres de las amigas, los amigos del hermano, la pandilla entera. Ahí están manos, dedos, lenguas, penes, codos, dientes. Ahí están los tres años, los seis, los once, los catorce, los veinte de miles y miles y miles y miles de mujeres.
“Es la primera vez que lo cuento”. “Estoy leyendo a otras, creo que pronto podré contar lo que me pasó a mí”.
Pienso en los dedos sobre el teclado, pienso en el temblor del cuerpo entero. Lo conozco. Piénsalo tú, hombre que no has entrado a leerlas, hombre que has echado solo un vistazo.
Ahí está el semen no deseado en el pantalón vaquero, en el metro camino del trabajo. Ahí está la polla que le ponen en la mano a la niña que debería estar sosteniendo una piruleta. Ahí está el ano desgarrado contra la voluntad de la novia. Ahí están los millones de terrores acumulados.
“Al leer a otras me he acordado de una cosa que me pasó cuando era pequeña”. “Creía que eso solo me había pasado a mí”.
Los conozco. Los miro. Los leo varias veces al día, todos distintos, todos el mismo. Míralos tú, hombre que te sientes distinto, alejado de “esos ambientes”. Míralos tú, hombre que te llamas feminista con soltura, que crees conocer la violencia que es vivir para nosotras.
Vivo recibiendo cartas de mujeres violadas, agredidas, machacadas, con la vida sangrando. Y las miro. A cada una la miro. Me detengo en las palabras que utilizan, en su sintaxis, en cómo nombran los genitales, en cómo llaman al dolor. Es mi decisión, es mi deber. Es mi decisión porque es mi obligación. ¿Te has preguntado, hombre, por qué no las miras, les preguntas, las escuchas? ¿Te has preguntado por qué no te hablan a ti? ¿Te has preguntado algo siquiera? No se trata de un deber exclusivo, no soy nadie. Soy quien escucha. No es mi obligación, no es mi responsabilidad. Son nuestras, de todas y de todos.
Ahí están ellas. Ahí estoy yo. Míranos, hombre. Somos las mujeres, y estamos animándonos a hablar en todo vuestro espanto.
CRISTINA FALLARÁS (Zaragoza, 18 de marzo de 1968), escritora y periodista española conocida por su defensa de los derechos de la mujer y su activismo en favor de la Memoria Histórica en España. Primera mujer ganadora del Premio Dashiel Hammett de Novela Negra. Cuenta además con una docena de libros publicados.
El 26 de abril de 2018 lanzó el hashtag #Cuéntalo, fenómeno internacional donde millones de mujeres han relatado las agresiones sexuales que habían sufrido. En 2020 El Ministerio de Igualdad, con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, fue premiada con el reconocimiento a la labor en la erradicación de la violencia contra las mujeres por la iniciativa en concienciación social #Cuéntalo.
En la actualidad, amparada por el movimiento #SeAcabó, presta su muro de Instagram para dar visibilidad al relato de las mujeres en primera persona sobre las violencias machistas que han sufrido.
Madrid –
