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Por qué “Pobres criaturas” me parece una fantasía masculina

Lo cierto es que se podría llegar a pensar que el director quiere hacer una crítica social de cómo los hombres se sienten atraídos por niñas. Pero sería un ejercicio de imaginación de las personas que vean la película, porque la crítica no está por ningún lado


Hace unas semanas fui al cine con muchas ganas, con mucha ilusión. Uno de mis directores favoritos, Giorgos Lanthimos, estrenaba “Pobres criaturas”, una especie de reinvención del mito de Frankenstein protagonizado por Emma Stone. Sin embargo, mientras estaba en esa sala de cine en la que escuchaba muchas risas que yo no compartía, empecé a encontrarme fatal, realmente, la película me puso mal cuerpo. Sirva este artículo para explicar por qué siento qué “Pobres criaturas” es una fantasía masculina sobre el desarrollo vital de las mujeres.

Para empezar, es cierto que debería haber visto las señales, es una película dirigida por un hombre, guionizada por un hombre (Tony McNamara), basada en la novela de un hombre (Alasdair Gray) y con un reparto tremendamente masculinizado, donde prácticamente el único personaje femenino que destaca es el de la protagonista, Bella Baxter (Emma Stone). Supongo que me dejé llevar por la maravillosa estética y la dirección de arte de la película, pero la fantasía se desvaneció casi al inicio de la misma.

Bella Baxter es una criatura que cobra vida gracias al trabajo del Doctor Godwin Baxter  quien recoge el cuerpo sin vida de una mujer que se ha tirado por un puente y que estaba embarazada. Este macabro doctor decide colocar el cerebro del bebé que la mujer llevaba en su vientre en el cuerpo de la misma. Bella Baxter es, por tanto, una mujer que no tiene madre, es la creación de un hombre que es su padre y su creador, casi un Dios. Tenemos la mente de un bebé en el cuerpo de una mujer y el principal problema es que esto vuelve locos a los hombres. Todos desean a Bella, todos desean a una niña con cuerpo de mujer. Vemos como va evolucionando y creciendo y también como empieza a explorar su cuerpo y su sexualidad. Vemos como los hombres se sienten terriblemente atraídos por ella. Hablan sobre quién va a casarse con ella y así Bella termina prometida siendo “tan solo una niña con todo un hombre”. Que los hombres se sintieran atraídos por una mujer que era una niña en edad mental fue lo que peor cuerpo me puso de toda la película.

Lo cierto es que se podría llegar a pensar que el director quiere hacer una crítica social de cómo los hombres se sienten atraídos por niñas. Criticar la pedofilia que sigue existiendo en nuestra sociedad. Pero sería un ejercicio de imaginación de las personas que vean la película, porque la crítica no está por ningún lado. El doctor, padre, creador, promete a Bella con su ayudante, únicamente porque nos cuenta que él no puede tener sexo, sino, es muy posible que se hubiera creado a Bella como esposa, como esclava sexual, para sí mismo.

Durante toda la película vemos como Bella Baxter intenta descubrir el mundo por sí sola, intenta romper todas las imposiciones que le ponen los hombres con los que se relaciona y es aquí cuando ella encuentra su libertad a través de la prostitución. En la película ella dice que necesita “sexo y dinero” y que podría tener otro hombre que la mantenga pero que prefiere acostarse con ellos por dinero porque así le dan menos problemas. Vemos como en el prostíbulo también intenta encontrar su propio camino proponiendo a la madame que sean ellas las que eligen a los hombres con los que quieren acostarse y no al revés. Entonces, la madame le da un discurso terrible en el que le dice que la experiencia sexual y vital también se consigue con malas experiencias y haciendo cosas que no nos gustan o que no queremos hacer, haciendo una pequeña apología del sufrimiento femenino, casi como si para ser una mujer una tuviera que pasar irremediablemente por estas violencias. Bella abandona este trabajo únicamente porque su padre y creador se está muriendo y quiere volver a casa para despedirse de él. Una vez allí, recuerda su tiempo en el prostíbulo como una época en la que pudo experimentar con su deseo.

Me parece que es una de las mayores fantasías masculinas de todos los tiempos pensar que el desarrollo sexual de una mujer pasa irremediablemente por la prostitución, como si no se pudiera experimentar sobre los limites del deseo en relaciones que realmente fueran deseadas y no fruto de una necesidad económica. Como si la prostitución fuese alguna especie de actividad divertida de crecimiento personal y experimentación, se da en la película una visión sesgada de la prostitución, equiparándola con la libertad femenina e ignorando las violencias que sufren muchas mujeres en contextos de prostitución.

Es verdad que es en el prostíbulo donde Bella Baxter fragua relación con dos mujeres, la madame y una compañera con la que termina teniendo una relación sentimental. Sin embargo, las relaciones entre mujeres son totalmente planas (de hecho, la película pasa el Test de Bechdel por los pelos), la madame la chantajea y no la trata bien y la relación sentimental con su compañera se pasa bastante de puntillas en la película, sin profundizar en ella. Ahora, existe un debate sobre si la película es o no feminista, es verdad que sí que hay temas bien tratados, como el uso de la mutilación genital femenina para controlar a las mujeres o la violencia en el ámbito de la pareja, también es de valorar la conversación que ha suscitado la película, pues aunque difiera en gran parte con como se aborda la sexualidad femenina, ha dado pie a que se pueda discutir y debatir sobre las narrativas que queremos en torno a la libertad sexual. Desde mi punto de vista, la película es una fantasía masculina. Los temas y debates bien tratados en la misma no sirven para compensar la narrativa que se elabora en torno al desarrollo vital de una mujer que termina siendo una fantasía masculina más sobre cómo descubre y experimenta su sexualidad una mujer.


Madrid –

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