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Paula Acunzo / Zuma Press / ContactoPhoto

Milei empieza el desguace del Estado con la agencia de noticias Télam y el sector del cine

El gremio cinematográfico se prepara para la guerra, en la que ya están la Sanidad, la Educación, los transportes públicos


El lunes, más de 700 trabajadores de la agencia estatal de noticias Télam, fundada por Perón en 1945, se encontraron vallado su centro de trabajo. Télam había sobrevivido en los noventa a los intentos de liquidación y venta de Menem y De la Rúa, y ahora se enfrenta a un Gobierno libertario y ultraderechista que ha hecho bandera del desguace estatal en tiempos de redes sociales.

Por eso, el Presidente de la Nación, Javier Milei, hiperactivo en redes, no tardó en demonizar a la plantilla de Télam para justificar su primer intento de privatización. En un foro amable como Expoagro, la mayor feria agropecuaria en campo abierto —organizada desde 2007 por una empresa propiedad de las dos cabeceras más importantes de Argentina, La Nación y Clarín—, Milei se despachó a gusto. “Con la ministra de Seguridad (Patricia Bullrich) decidimos que íbamos a poner vallas y que no iba a entrar nadie ¿Se imaginan dejar abierto el edificio de Télam para que lo tomen? Existía la posibilidad de un conflicto físico. Los que iban a hacer lío no eran los periodistas, hay 100 barrabravas en Télam».

De momento, ha despedido a todos los empleados una semana y la web está caída. Todo el mundo espera el zarpazo definitivo mientras el conflicto se judicializa y se extiende a la calle. Ante esa escalada, el líder libertario continuó en Expoagro su diatriba neoliberal descalificando a las empresas públicas como “aguantaderos de la política”: “las usan como caja de la política y las llenan de empleados». Y cargó contra el líder de CGT Camioneros, Pablo Moyano, que acusó al Gobierno de “aumentar la conflictividad aplicando el ajuste sobre los laburantes”: «Ahora están llorando por Télam. Hay un delincuente que dice ‘cierra Télam’ como si fuera importante en términos de gasto público «. Si no es importante, ¿por qué no la pone él?». Moyano replicó: “Que me elija como enemigo es un orgullo”.

La llama de la crispación, que es marca digital de la actual derecha ultramontana y va de Trump a Díaz Ayuso pasando por Bukele, la mantuvo viva el portavoz presidencial. Manuel Adorni tuiteó “Saluden a TELAM que se va…”, lo que despertó la angustia del escritor Martín Kohan, quien señaló la “crueldad” del Ejecutivo. “Se puede discutir la eficiencia de Télam. Discutir cómo se compone, como se administra, y todos vamos a tener tal o cual posición. Acá habría una discusión política”, dijo a Página 12. “Pero Adorni disfruta del dolor y del padecimiento de quienes van a perder su trabajo. Eso es crueldad. Esto suma adeptos rápidamente».

Esto sucedió el lunes 4 de marzo. El miércoles 6, le llegó el turno al cine. El titular del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Juan Carlos Pirovano, un neoliberal nombrado a finales de febrero sin ningún bagaje cultural en su mochila, se reunió con la Asamblea de Trabajadores del Estado (ATE) del INCAA y les soltó la bomba: el gobierno prevé un vaciamiento de fondos al cine sin precedentes, el cierre de plataformas online desde las que se puede ver películas nacionales gratis como Cine.ar, la supresión de fondos para el Festival Internacional de Mar del Plata y del mercado de cine Ventana Sur, y la clausura del emblemático Cine Gaumont.

El Gaumont es una de las salas más populares del país: un cine público reabierto por Cristina Fernández en julio de 2013 en el microcentro porteño que renueva su cartelera cada semana, que oferta desde estrenos hasta películas clásicas y que al cambio una entrada cuesta menos de 40 céntimos. Abierto en 1912 en la Plaza del Congreso, esta semana programa largometrajes taquilleros como La sociedad de la nieve, Puan o Muchachos, la película del Mundial de Fútbol de Catar. Hasta hace unos meses se formaban colas en su entrada por la proyección de Argentina, 1985.

El gremio cinematográfico se prepara para la guerra, en la que ya están la Sanidad, la Educación, los transportes públicos. Este jueves 7 de octubre había huelga de autobuses en capital, ahora viene la del gremio fluvial —transporte marítimo— e intermitentemente se suceden las movilizaciones de docentes y sanitarios. Y todo esto mientras Milei encara una negociación con los gobernadores de las provincias para, a cambio de un alivio fiscal, dotarse de poderes especiales.

Desregulación energética y apoyo a grandes empresas

La Declaración de la emergencia económica y delegación de facultades parlamentarias al Poder Ejecutivo es una de las prerrogativas de la fallida Ley Ómnibus, tumbada por un Congreso con mayoría peronista. Milei no renuncia a obtener esos poderes exclusivos y está dispuesto a restituir el Impuesto de Ganancias para beneficiar los ingresos provinciales, y así conseguir el apoyo de los diputados que responden ante los gobernadores —peronistas, radicales o de JxC, capaces de apoyar una cosa y la contraria—. Sobre la mesa ha puesto dos condiciones relacionadas entre sí, la desregulación minera y energética y un régimen de garantía para los grandes inversores. La idea es que éstos exploten masivamente los vastos recursos de Argentina.

Milei no renuncia a lo demás: retirar los subsidios energéticos, un nuevo cálculo que resta poder adquisitivo a las jubilaciones y la privatización de 41 empresas estatales, 40 si se consuma el asalto a Télam. La joya de la corona es YPF, que consiguió 2.200 millones de euros de beneficios en 2022 y pérdidas de 1.277 millones de dólares en 2023, golpeada por la condena de la Corte de Apelaciones de Manhattan que obliga al estado a pagar 16.000 millones de dólares por la expropiación de 2012. Tal es el impacto de esta medida, que estos días Brasil, Chile, Uruguay y Ecuador han pedido que no se cumpla el fallo de primera instancia de la jueza Loretta Presta porque interpretan que es una interferencia en un estado soberano.

Según los medios, ahora le toca el turno al Conicet (el CSIC argentino) y a la televisión y radio públicas. Los canales Canal 7, Radio Nacional y Paka Paka (infantil) están en la diana. Normalmente también estaría Aerolíneas Argentinas, pero en 2023 cerró su primer ejercicio anual con beneficios, al punto que el presidente del Congreso de Diputados y sobrino de Carlos Menem, Martín Menem, llegó a elogiar a la aerolínea de propiedad estatal. Y todo mientras la inflación de Argentina triplica a la de Venezuela.


Madrid –

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