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Protestas contra la ley ‘Ómnibus’ en Buenos Aires — Matias Chiofalo / Europa Press / ContactoPhoto

Milei se venga de las provincias tras su derrota en el Congreso y suprime las inversiones y las ayudas al transporte

El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, aporta dinero de la provincia para evitar un recorte en las nóminas de 350.000 profesores y avisa que no hay dinero para marzo


Argentina es un quilombo en plenas vacaciones de verano. A pesar de que el Gobierno ultraderechista y ultraliberal cuenta con el beneplácito del FMI, cuya dirección desembolsó la semana pasada 4.700 millones de dólares de los casi 50.000 contraídos por Mauricio Macri en 2018 que marcan el inicio de la actual crisis cambiaria, ya nadie intuye por dónde puede salir el extravagante mandatario.

Esta semana el Ejecutivo reaccionaba a su dolorosa derrota parlamentaria con la que murió la salvaje ley ómnibus anunciando la eliminación de los subsidios al transporte público en el interior del país. No solo: en la misma rueda de prensa en la que el portavoz presidencial, Manuel Adorni, declaraba el fin del Fondo Compensador del Transporte, se señalaba que las transferencias discrecionales a las provincias —las regiones argentinas— se habían reducido en enero un 98% respecto al mismo mes de 2023. Para alimentar el desconcierto, La Libertad Avanza (LLA) presentó un proyecto parlamentario para derogar la ley del aborto, que fue adoptada hace tres años y festejada con júbilo por miles de personas en las calles.

El recorte a los territorios se interpreta como una venganza por la derrota de LLA en el Congreso porque muchos de los diputados que responden a sus gobernadores provinciales y que en teoría iban a apoyar la ley ómnibus prefirieron rechazarla.

Las transferencias discrecionales se destinan a financiar gastos de capital en las provincias como las inversiones en infraestructuras. Son casi el 9% de los fondos que reciben del Gobierno central. Ante la falta de recursos, el gobernador kirchnerista de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, puso la plata que faltaba de las arcas de la región para evitar que 350.000 trabajadores del gremio de docentes cobrase un 10% menos de lo correspondiente y avisó de que el dinero no alcanzaba para marzo si el Ejecutivo central no transfería más.

Por su parte, el fondo compensador permite a las provincias gozar de un sistema tarifario muy ventajoso respecto a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y al Área Metropolitana bonaerense (AMBA) y, hasta el sorpresivo anuncio, lo que se sabía era que se negociaba mejorarlo. Tras la proclama de Adorni las empresas de viajeros ya se lanzan a augurar subidas inmediatas del 100% —o más— en provincias como Córdoba o Santa Fe; un incremento que sigue la estela de los precios del transporte público en el AMBA, donde un billete mínimo ha pasado de costar casi 53 pesos en diciembre a 270 pesos, cinco veces más. Decenas de intendentes -alcaldes- han firmado un comunicado rechazando los aumentos y advirtiendo que acudirán a la Justicia.

Una ley dramática

A su vez, la ómnibus era una ley dramática: empezó con 664 artículos de los cuales sobrevivieron menos de 400 durante las discusiones entre bloques. Un tijeretazo que no afectaba a sus medidas más controvertidas: la norma otorgaba poderes especiales por un máximo de dos años al presidente en materia de finanzas, economía y energía que antes pertenecían al Congreso, declaraba la privatización masiva de empresas públicas sin importar si arrojan beneficios, recalculaba a la baja las pensiones y aumentaba las retenciones del Gobierno a las exportaciones de las provincias.

Convencido de que el 56% que obtuvo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de noviembre le daban vía libre, el bloque libertario se olvidó que en las legislativas de octubre venció el peronismo (99 de 257 diputados, la bancada mayoritaria) y, pese a recabar el apoyo de prácticamente todo el centroderecha del PRO de Macri y Bullrich y de los radicales de la UCR —con excepciones—, no negoció bien con el federalismo e incluso hubo disidencias libertarias, como la candidata por la Provincia de Buenos Aires Carolina Píparo, que cosechó un magnífico 25% en las elecciones regionales de octubre.

Así, el voto de los diputados provinciales hicieron despeñar el proyecto con una razón tan sencilla como la de no llevar a su territorio una ley lesiva que les había granjeado más dramas que beneficios. Según La Nación, seguían muy atentas la votación las multinacionales de seguros, minería, infraestructuras, petroleras o concesionarias de obra pública ante la envergadura de la ola privatizadora que finalmente descarriló.

La reacción de Milei desde Israel no tardó en llegar: hiperactivo en la red social X, el presidente retuiteó mensajes señalando a los diputados supuestamente traidores, entre los que se encontraba Píparo. Todo ello mientras respaldaba la política de Netanyahu sobre la que la Corte Internacional de Justicia aprecia un posible genocidio y bailaba frente al Muro de las Lamentaciones en Tel Aviv, capital que dejará de ser reconocida en detrimento de Jerusalén.

Nadie sabe qué vía adoptará el mandatario libertario ahora. En los mentideros del poder se habla de una consulta popular cuya legalidad es dudosa así como su carácter vinculante; también es arriesgada, porque perder un plebiscito supondría un golpe mortal a la popularidad de Milei, que ya cae en picado. Se habla de cortar el grifo a las obras sociales de las provincias, lo que supondría una guerra total entre éstas y la Casa Rosada. De extender el impuesto PAÍS que grava las exportaciones y que el presidente prometió quitar. De erradicar todos los servicios públicos a los barrios de altos ingresos y a los countries. Aún todo es pura especulación alimentada desde el propio Gobierno a través de declaraciones cruzadas. De momento, se ha producido un amago de convertir en delito la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo con penas de hasta 15 años, aunque tampoco parece tener demasiados visos de prosperar legislativamente.

Milei plantea sus reformas como un combate del pueblo contra la élite, pero mientras el BCRA acumula reservas de dólares y los dramáticos recortes apuntan a conseguir un superávit financiero, la OCDE dispara la inflación del 157% al 250% y el FMI empeora del 2,8% al -2,8% las previsiones de crecimiento para Argentina en 2024. En dos meses raro es el producto que no se ha doblado o triplicado o incluso más allá: la gasolina, los seguros privados y prepagas, los colegios privados, los clubes de socios, el transporte público, el fisioterapeuta, los restaurantes.

Una bolsa de 12 kilogramos de pienso para gatos valía en diciembre 15.000 pesos y ahora una de tres kilogramos cuesta 32.000. La clase media que apoyó masivamente a Milei y no la supuesta casta atraviesa una situación complicada al no poder asumir gastos cotidianos.


Buenos Aires –

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