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El Mundo afirma que a Julio Iglesias le gusta «un buen culito»

El diario felicita los 80 años del cantante elogiando su modo de vida y sin críticas a los aspectos más polémicos de su biografía 


“Cena, concierto y Culitos” son, según El Mundo, las tres cosas que más gustan a Julio Iglesias tal y como bromearon en el homenaje televisivo por su 80 cumpleaños algunos de sus amigos.

El periódico ha querido sumarse así a los tributos y pleitesías mediáticos a la figura del gallego con motivo de su aniversario. Si Televisión Española fue una de las cadenas en emitir una gala tributo de Iglesias, también Telecinco, con Borja Prado recién dimitido, hacía lo propio la noche del lunes con un programa especial en el que se reunieron un llamativo grupo de “íntimos” del cantante: entre ellos, el periodista Jaime Peñafiel, en la cresta de la polémica rosa estos días por el libro en el que ataca sin piedad a la Reina Letizia en su defensa del emérito; artistas de variedades como Norma Duval o Pitingo, quienes, como Iglesias, han mostrado en repetidas ocasiones su apoyo a la derecha política española; figuras como Marina Castaño, actualmente colaboradora en La Razón, o Juan Luis Galiacho, director de El Cierre Digital. El toque centrista lo puso José Bono, destacando el papel que, según El Mundo, tuvo Iglesias como mediador internacional en la guerra de Irak: “el artista medió en el conflicto internacional entre España y Estados Unidos cuando nuestro país decidió retirar las tropas”. Y es que, además de para los conciertos, las copas y los culitos, parece que el afamado artista tuvo tiempo para los negocios… y hasta la diplomacia.

Nada menciona El Mundo de capítulos más oscuros en la biografía de Julio Iglesias, si bien la pieza presume de que éste “ha echado a unos 5.000 técnicos de sonido porque no sabían pillarle el tono”. Tampoco se habla de las polémicas fiscales que a menudo salpican al artista, por ejemplo, cómo ha llegado a contar con 20 sociedades en paraísos fiscales para la adquisición de inmuebles de lujo y también de un avión privado, ni de  los problemas familiares con Hacienda, (su hermano fue condenado por defraudar a Hacienda mediante una sociedad en Panamá), y tampoco de aquellos seis millones de euros que le pagó Zaplana en aquellos locos finales de los 90 en el caso IVEX, cuando el cantante se prodigaba abrazos y baños de masas con José María Aznar. La causa se archivó tras dieciocho años de instrucción a pesar de que la Agencia Tributaria y la Audiència reconocieron pagos por servicios no prestados y que el mismo cantante llegó a afirmar que cobró de Zaplana el triple del contrato oficial. 

De lo que sí hace gala El Mundo es del profundo machismo que impregna la imagen de “mujeriego” que el artista y los medios han labrado de él denostando y despreciando a menudo a las mujeres que le rodeaban. Su ex-plublicista alimentaba la leyenda de que “durante las más de 3.000 noches que estuvo con él nunca se fue solo a la cama”. Afortunadamente, gran parte de la sociedad actual ya no encuentra divertida esa fantasía de “donjuán” sexista y misógina.  Hace dos meses, en el contexto del movimiento “#SeAcabó” desencadenado por el beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, se hizo viral un vídeo de Iglesias en el que forzaba a una presentadora a besarle en la boca llegando a sujetarla con fuerza. 

Tras esto, el testimonio de otras mujeres confirmaron actitudes similares por parte del intérprete de “me gustan las mujeres, me gusta el vino”, que ha llegado a la vejez con una fortuna estimada de 800 millones de euros que disfruta en sus varias residencias a orillas del Caribe. 


Madrid –

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