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Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en la reunión de este miércoles

Sumar

Sin ti no soy nada

Yolanda Díaz, agotada en la consigna de no hacer ruido, ha sembrado el campo para que todo el apoyo mediático que la aupó, se vuelva contra ella


Están negociando Yolanda Díaz y Pedro Sánchez de verdad, o la primera está esperando que Sánchez llegue a un acuerdo con Puigemont, para comprobar después el plato de lentejas que le ofreceran bajo la consigna de o las tomas o repetición electoral? ¿Yolanda Díaz ha pactado previamente las propuestas y la forma de abordar la negociación con el PSOE, para decidir el voto en la investidura, con las fuerzas políticas que conforman la coalición Sumar? Los hechos y declaraciones públicas, tanto de la vicepresidenta segunda como de sus portavoces apuntan que no o, en el mejor de los casos, que se está produciendo una negociación light.

La vicepresidenta podría tener que trasladar porciones de lentejas a las fuerzas políticas que la apoyaron en las elecciones. El epígrafe en el economato de Sumar sería: lentejas o culpable de repetición electoral. En toda negociación debe existir una porción importante de discreción, pero la discreción no está reñida con la coordinación o la transparencia. Los hechos en Sumar indican ausencia de coordinación y falta de transparencia. Tal es así que de una manera directa, Podemos, y por efecto arrastre, IU, han marcado posiciones diferenciadas de la líder del proyecto de unidad con el que concurrieron a las elecciones.

Con la experiencia de los vetos, sumada a la ausencia de coordinación y transparencia, Podemos ha tenido que marcar posición propia para la negociación de la investidura. Sus cinco votos valen tanto como los del PNV, Bildu, ERC o Junts. Su electorado, que admitió el papel subalterno en las candidaturas sin primarias, tiene derecho a sentirse partícipe de un acuerdo justo y digno. IU, está en alerta. Su coordinador, Alberto Garzón, lanzó hace unos días la idea de organizar un frente amplio que se parece mucho al modelo existente de IU.

Con la experiencia de los vetos, sumada a la ausencia de coordinación y transparencia, Podemos ha tenido que marcar posición propia para la negociación de la investidura

Yolanda Díaz, agotada en la consigna de no hacer ruido, ha sembrado el campo para que todo el apoyo mediático que la aupó, se vuelva contra ella. Así lo contaba ayer la editorial de Diario Red titulada La progresía mediática no paga traidores. Díaz pone en juego toda su credibilidad en la investidura de Pedro Sánchez. Arriesga el potencial de futuro que la actual correlación de debilidades otorga a las fuerzas de izquierdas, progresistas y democráticas con representación en el Congreso. La reunión de ayer entre Sánchez, Díaz y sus equipos, oídas las declaraciones de Nacho Álvarez, no parece que tenga soporte interno en Sumar ni con Podemos, de ser así, debíamos de conocerlo con carácter previo.

A la líder de Sumar le convendría cantar a Podemos el tema de Amaral, Sin ti no soy nada. Defender la continuidad en el ministerio de Igualdad de Irene Montero y activar una estrategia de acercamiento al bloque plurinacional condicionando la investidura con propuestas de profundización democrática: derogación de la ley mordaza, nueva mayoría para renovar el CGPJ y abordaje, tras la amnistía, de un proceso plurilateral que cree las condiciones para avanzar hacia un modelo republicano federal o confederal. De lo contrario tendrá que escuchar al PSOE cantarle las Bulerías del desenamoro: Oye tú como te digo, que no estás en mis pensares, que no quiero tus suspiros, que no me baño en tus mares, orviame, y orviame y orvía.


Madrid –

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