Victoria Federica de Marichalar Borbón — Raúl Terrel / Europa Press
Letizianos contra marichalistas: España se rompe
Lo que nos lleva al acabose que os describo es el enfrentamiento por la sucesión de Felipe VI entre letizianos y marichalistas
Mientras los españoles nos desvelamos con el cabreo de Letizia porque Francina Armengol vistiera un traje azul parecido al suyo en lo de Leonor, una secreta y sorda lucha encarnizada se libra en las más altas jefaturas del Estado. O sea, en Zarzuela. El futuro de España pende de un hilo y no de una estelada made in Puigdemont. España se rompe no por Waterloo, sino por culpa de nuestra ejemplar, y algo ladrona y concupiscente, monarquía.
Los grandes medios silencian el borbónico combate que se libra en Casa Real por miedo a provocar españolísimas estampidas humanas, suicidios y explosiones en Génova 13 y Padre Damián, saqueos de cortes ingleses, quema de contenedores en la calle Goya y hasta un asalto a la Zarzuela de Invierno con la consecuente violación de zarinas y aristócratas de toda laya y condición. Esta vez los grandes medios no silencian la verdad, no nos la hurtan: nos protegen de nosotros mismos.
Toda mente informada sabe que la ruptura entre Felipe VI y Juan Carlos I fue un paripé, una teatralización, un vodevil, una argucia, una patraña, un camelo, una trola, un es muy burdo, papá, pero voy con ello. Pero se hizo por el bien de España. Felipe VI sigue siendo el heredero de los conocidos y desconocidos choriceos en paraísos fiscales de nuestro campechano y tierno Juancar.
Sin embargo hoy, una generación después, el cisma en nuestra Casa Real es una realidad que nos acerca, desgraciadamente, a una III República o hasta a una IV República, cual se equivocaría Alberto Núñez-Fakejóo, que parece sacado de un examen suspenso de primaria.
Lo que nos lleva al acabose que os describo es el enfrentamiento por la sucesión de Felipe VI entre letizianos y marichalistas. Los letizios y los marichalares andan a muerte, como se demostró ayer.
Por si no estáis en el cogollo del meollo de nuestras dinásticas puñalerías, os diré que los letizianos de Felipe proponen una sucesión virginal, con Leonor más ungida de cinturón de castidad que de corona, con sacerdotes transportando bajo palio su himen en el día de la coronación, con la rubia ejemplaridad asexuada, sonriente y, para desgracia de sus fascistoides antepasados, zurda.
No es casualidad que la futura reina de España jurase bandera hace días bajo un tapiz franquista y con el nombre del Caudillo
No es casualidad que la futura reina de España jurase bandera hace días bajo un tapiz franquista y con el nombre del Caudillo. Ni que ayer el 15% del Congreso, el 15% de los españoles, se ausentara de la pre-coronación de la garante de la unidad de España. Faltaron todas las izquierdas y todos los nacionalismos. Yolanda Díaz sí fue, porque sabe que el republicanismo español no puede vivir sin su telegénica sonrisa.
Los oponentes a Leonor, los marichalistas Victoria Federica y Froilán, son juancarlianos. Nada de virgos ni de palios. Lujuria, excesos, dinero, yates, vedettes,navajas, fiestas desenfrenadas, comisiones, tarjetas black del abuelo, traficantes de armas y tabiques nasales de platino.
VicFed se fue con unos amigos a Perú. Froilán no encontró taxi y tampoco estuvo. Sofía lloró en público porque no la dejaron entrar al Congreso a ver la jura (o lo que sea) de su nieta. A Juancar apenas lo invitaron al almuerzo, porque Isabel Díaz Ayuso había cerrado todos los comedores sociales de Madrid.
Los marichalistas y los letizios representan dos formas muy antagónicas de entender nuestra monarquía, que no olvidemos que es el cemento de la unidad y grandeza de España. Yo estoy muy desolado desde hace días, pues no sé si inclinarme hacia una monarquía virgomática o follantisca. Entre las teorías políticas de Leonor y Victoria Federica, yo no sé si hasta seguir con mi anarcolirismo, aunque viste menos y es menos instagramer.
El caso es que la guerra entre letizianos y marichalistas está abierta y, mientras la futura reina Leonor pasa sus epitalámicas virtudes sobre las virginidades incorruptibles de la mujer española, va Victoria Federica, se echa un novio nuevo que Letizia no aprueba, se saca unas fotos medio en bolas, supera a su hermano Froilán dándole de hostias a otra tía en la cola de un váter, y emula a Cristina Cifuentes y roba perfumes en el día internacional de la lucha contra el cáncer de mama en el Teatro Real. Lo cuenta El Mundo y lo ratifica VozPópuli. Dos periódicos nada sospechosos de manipuladores.
Entre la virgomonarquía de Leonor y la follimonarquía de Victoria Federica y Froilán, ya no sé con cuál quedarme. Las dos garantizan la unidad de España, como nos dicen todos los politólogos del PP y el PSOE.
Cuando convoquen elecciones a jefa de Estado en este país feminista y democrático, entre Leonor y Victoria Federica, ya lo iremos mirando. Ninguna de las dos tiene ningún mérito, lo cual entre monárquicos es siempre una garantía. Que gane la peor.
Madrid –
