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Carlos Garcia Granthon / Zuma Press / ContactoPhoto

Los Rolex de la vergüenza

Una semana después del allanamiento, Dina Boluarte cambió de versión y declaró que los rolex eran un “préstamo por tiempo indeterminado” de su amigo Oscorima


La noticia sobre las joyas de la mandataria peruana Dina Boluarte ha dado la vuelta al mundo. Lo que empezó como un obsceno despliegue de vanidad con relojes rolex de oro rosa lucidos en sendos eventos de lucha contra la pobreza, hoy conlleva una investigación Fiscal por enriquecimiento ilícito y desbalance patrimonial que involucraría también a empresarios y gobernadores regionales.

Al ser interrogada sobre la procedencia de las joyas, Boluarte afirmó que eran prendas de antaño compradas con su trabajo. Las investigaciones revelaron que los rolex eran recientes y el allanamiento domiciliario ejecutado por la Fiscalía encontró más joyas de alta gama y documentos que apuntaban al gobernador regional de Ayacucho Wilfredo Oscorima. Una semana después del allanamiento, Dina Boluarte cambio de versión y declaró que los rolex eran un “préstamo por tiempo indeterminado” de su amigo Oscorima.

En un país donde el Congreso puede solicitar la “vacancia presidencial por incapacidad moral” con un amplísimo margen de discrecionalidad, las mentiras de Dina Boluarte en este caso de corrupción bien pudieron haber terminado con su destitución. Pero son otros tiempos y los mismos congresistas que quería vacar a Pedro Castillo por cualquier motivo apenas iniciado su mandato, rápidamente descartaron la posibilidad de un juicio político. Hoy Ejecutivo, Congreso, Poder Judicial y políticos regionales se protegen mutuamente porque está en juego su sobrevivencia y la del modelo neoliberal que tantos beneficios les ha traído. Y para mantenerse en el poder bien valen los pactos que profundizan mas la crisis de la moribunda democracia peruana

Pacto de sobrevivencia y crisis democrática

El “rolex gate” ha revelado el pacto de sobrevivencia entre Dina Boluarte y los partidos de derecha que dominan el Congreso. Tal acuerdo fue evidente desde el 7 de diciembre del 2022 cuando Boluarte inició su mandato celebrando con quienes perdieron las elecciones y boicotearon el gobierno popular del cual ella misma formó parte. Desde entonces, grupos como el Fujimorismo, Alianza para el Progreso y Renovación Popular, coparon los ministerios y se repartieron diversas instituciones. Hasta ahora, los congresistas han cumplido con sostener a la mandataria sin impulsar mociones de vacancia y ella ha cumplido sumisamente con lo que le piden incluyendo el indulto a Alberto Fujimori. Dina sabe que sin el respaldo del Congreso dejaría Palacio y los congresistas saben que si Boluarte es vacada correspondería convocar a elecciones generales y ellos también tendrían que dejar sus cargos. Puestas así las cosas mejor no se va nadie y se perdonan todo.

Este pacto de sobrevivencia también se ha sellado con autoridades subnacionales. Un gobierno tan precario como el de Boluarte necesitaba con urgencia algún respaldo y los gobernadores regionales necesitaban el presupuesto del ejecutivo. El más rápido tendiendo puentes fue Wilfredo Oscorima, dos veces gobernador regional de Ayacucho, ex reo por corrupción y buen conocedor del tejemaneje presupuestal. Todo indicaría que a cambio de los relojes Rolex y pulseras Cartier que “prestaba” generosamente a su amiga Dina, el gobernador recibió el Decreto de Urgencia 006-2024, que en su artículo 15 entrega 3 millones de dólares al Gobierno Regional de Ayacucho para la ejecución del estadio “Cuna de la Libertad”. Luego se descubrió que la empresa adjudicada para ejecutar tal obra pertenece a Esperanza Rojas, presidenta del partido de Oscorima. Toda una mafia beneficiándose de los recursos públicos y las necesidades de una de las regiones más pobres del país.

De otro lado, la crisis de los rolex ha revelado el desprecio por la democracia de una clase política que usa la legalidad a conveniencia. Lo vimos cuando el Congreso trabajó activamente para destituir a Pedro Castillo, llegando a presentar tres mociones de vacancia en quince meses de gobierno, sin que importara la presunción de inocencia, la gobernabilidad o la estabilidad económica. También la Fiscalía operó en tal sentido, denunciando a Castillo por emitir un “decreto de urgencia” que supuestamente direccionaba presupuesto a la municipalidad de Anguia en Cajamarca. En dos años de investigación no se ha encontrado sobornos, joyas, cuentas bancarias ni desbalance patrimonial pero el alcalde de Anguía y el mismo presidente Castillo siguen procesados con prisión preventiva. Algo muy diferente al trato otorgado a Dina Boluarte y Wilfredo Oscorima, que en un caso mucho más evidente de enriquecimiento ilícito y direccionamiento presupuestal son tratados con suma consideración y apego a la presunción de inocencia.

La crisis democrática y la descomposición moral de quienes dirigen este régimen ilegitimo desde el Ejecutivo y el Congreso se profundiza. Los mismos que respaldaron la brutal represión liderada por Dina Boluarte al iniciar su mandato con el saldo de 60 peruanos asesinados, hoy dejan pasar un escandaloso caso de corrupción y enriquecimiento ilícito. Y mientras desfilan joyas costosas y se guardan los muertos debajo de la alfombra, el Perú se hunde más en el atraso y la desesperanza. En lo que va del gobierno de Boluarte la anemia infantil se ha incrementado, la pobreza extrema vuelve a ganar terreno y más de cuatrocientos mil peruanos que emigraron al extranjero no han retornado. Pero, dentro de todo, la crisis trae la oportunidad de concretar cambios de fondo y así lo entienden los sectores populares que reclaman un nuevo pacto social, una nueva constitución que cierre esta etapa de ignominia y abra por fin una nueva; la disputa esta abierta… todavía.


Madrid –

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