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Violencia policial racista en Lavapiés: difundir solo la versión de la Policía es corrupción mediática

La versión de la Policía sobre una actuación cualquiera de la propia Policía nunca, nunca, nunca puede ser tomada como fuente única de una información; como mínimo, hay que contrastarla. Difundir solo las versiones policiales sobre las cosas es mala praxis periodística


Titular de Europa Press: “Dos detenidos y un agente lesionado en una intervención policial en Lavapiés después de que ambos individuos tuvieran una actitud bastante hostil contra los agentes”.

“Después de que ambos individuos tuvieran una actitud bastante hostil contra los agentes”. Pocas veces se ve tan claro cuando un medio de comunicación miente alevosamente. ¿Y por qué en este caso todo el mundo sabe que lo que dice Europapress es falso? Pues porque hay un vídeo que refuta completamente esa versión.

Un vídeo que hemos visto millones de personas y que muestra claramente a un policía golpeando varias veces a un joven en actitud pacífica, no “bastante hostil” como decía Europa Press.

En realidad, lo que estaba haciendo ahí Europa Press no es inventarse nada, sino difundir acríticamente la versión policial sobre esos hechos, sin contrastarla, incluso cuando va en contra de las evidencias, tomando a la Policía como una fuente periodística incuestionable. Cosa que no es.

En esto residen las dos claves del análisis de este texto. Porque lo ocurrido el otro día en Lavapiés dice mucho sobre muchas cosas: dice mucho sobre el racismo policial e institucional, sobre el abuso de poder, sobre el hostigamiento permanente en el que viven personas que en muchos casos llevan 10, 12, 15 años en España trabajando y no pueden salir de la espiral de la irregularidad administrativa porque el sistema está diseñado para eso…

Pero, a nivel de análisis mediático, que es lo que nos ocupa aquí, dice al menos dos cosas muy importantes. La primera es el poder de la imagen: si en esta ocasión, como decíamos, la falsa versión policial sobre los hechos no termina de funcionar, es porque existe un video que la refuta.

Pero miremos la otra cara de la moneda. Si, incluso existiendo un video, hay medios que son capaces de seguir defendiendo una versión policial que va en contra de lo que uno puede ver con sus propios ojos —como Europa Press y otros ejemplos que vamos a ver enseguida— imaginad lo que pasa cuando no existe video ni registro visual.

La segunda cosa que nos dice todo esto, sobre todo, es el problema deontológico gravísimo que supone que haya medios de comunicación que simplemente difundan la versión policial sobre hechos de este tipo. De hecho, hay “periodistas” que se dedican básicamente a eso, a difundir versiones policiales, como Franciso Javier Barroso de El País o Manuel Marlasca de La Sexta, que trabajan para la Policía desde los medios de comunicación y que han sido premiados por el cuerpo en numerosísimas ocasiones. Después estos son los mismos que dicen que “vigilan al poder”.

Hay que decirlo claramente: la versión de la Policía sobre una actuación cualquiera de la propia Policía nunca, nunca, nunca puede ser tomada como fuente única de una información; como mínimo, hay que contrastarla. Difundir solo las versiones policiales sobre las cosas es mala praxis periodística.

Pero sucede permanentemente. De hecho, paréntesis: cuando ocurren este tipo de abusos policiales con un claro sesgo racista, mucha gente recuerda el caso de George Floyd, un hombre negro asesinado por un policía blanco en mayo de 2020 en Minneapolis. Os recuerdo cuál fue también la versión policial que se difundió inicialmente a través de una nota de prensa: «Un hombre muere por un incidente médico tras una interacción con la Policía».

Lo que todo el mundo vio con sus propios ojos: un policía, Derek Chauvin, asesina a un hombre negro asfixiándolo durante 8 minutos y 46 segundos (hoy cumple una condena de 22 años y medio por ello). Lo que dijo la policía de Minneapolis: “un hombre muere por un incidente médico tras una interacción con la policía”. Este es el problema de difundir las versiones policiales como si fueran la verdad revelada.

Afortunadamente, en ese caso también había un vídeo que desmontó esas mentiras. Como estaba ese vídeo, Derek Chauvin acabó condenado a 22 años y medio por asesinato; y como también hay un vídeo sobre lo de Lavapiés, se ha anunciado una investigación de esa actuación policial por parte del ministerio del Interior, cosa que es bastante inaudita y que no tengo dudas de que jamás se habría producido de no existir registro visual de esa violencia policial.

El vídeo pone las mentiras mucho más difíciles y por eso el objetivo número uno de muchos medios de comunicación en estos momentos está siendo intentar disolver la importancia de ese video. ¿Cómo? Poniendo el foco en cosas que supuestamente pasaron pero que no se ven en las imágenes, o directamente diciendo que el video está manipulado.

Ana Terradillos entrevista en su programa a un portavoz de Jupol: “Evidentemente el video está editado para no ver la intervención en su totalidad”, dice el portavoz policial.

Así que el video está manipulado… Ya. El malvado Sindicato de Manteros de Madrid lo ha “editado” para que parezca que un policía golpea varias veces injustificadamente a un joven negro, pero es todo una ilusión óptica, claro. ¿A quién van a creer, a sus propios ojos o a Terradillos mano a mano con un portavoz policial?

Aquí se trata de negar lo que muestra el vídeo o, como decía, de meter en la ecuación toda una serie de supuestas acciones de las víctimas de la violencia policial, siguiendo, cómo no, la versión policial. Tengan a mano una palangana por si acaso.

Telemadrid: “Polémica por la actuación policial en una detención en #Lavapiés, en la que el único herido fue uno de los agentes”.

Pues ya veis, en realidad lo que pasó es que esos dos chavales se peleaban entre ellos al mismo tiempo que pegaban a los policías y rompían coches patrulla. Todo ello a la vez que vendían marihuana, muchas bolsas de marihuana; pero con una mano, que mientras con la otra robaban móviles, muuuuchos teléfonos móviles. Y eso que no nos han hablado de la bolsa de estramonio cortado con fentanilo que tenían también, ni del tatuaje de Bin Laden y el otro de Gora ETA que tenían ambos en el muslo derecho. En fin.

Yo diría que se les ha ido un poco la mano en Telemadrid, intentando sacar del foco el vídeo y criminalizar como sea a esos jóvenes. Esto lo escribe un guionista de ficción y le dicen que por favor le dé una vuelta y lo rebaje un poquito que ha metido demasiadas cosas.

El caso es que no solo es lo que hemos visto: hoy hay muchos medios de comunicación, en particular, de la derecha mediática, machacando y machacando con la versión policial para intentar cambiar la forma en que la sociedad ha visto estos hechos.

El Español: El vídeo viral de la detención de dos jóvenes senegaleses en Lavapiés: la Policía intentó separarles cuando peleaban. Fuentes policiales explican que el suceso tuvo lugar a las 8:00 horas del viernes en la calle Valencia, ubicada en Lavapiés.

El Español detalla: “Fuentes de la Policía Nacional explican a EL ESPAÑOL que este suceso tuvo lugar hacia las 8:00 horas en un supermercado de la calle Valencia, ubicado cerca de donde se grabó el vídeo. Estas fuentes indican que se estaba produciendo una pelea entre cuatro individuos que se increpaban entre sí, dos de ellos con una actitud muy hostil que además increparon al vigilante de seguridad del citado establecimiento. A su llegada, los agentes de Policía Nacional, separaron a los hombres implicados, pero dos de ellos trataron de agredirse, por lo que los agentes de la Policía Nacional tuvieron que reducirles, puesto que no hacían caso a las indicaciones que se les daban, por lo que la Policía tuvo que solicitar apoyo”. El Español remata su pieza con la frase: “En Lavapiés se vende droga en todas partes”.

Lo más importante y con lo que debería quedarse un lector crítico, son solo dos palabras: “fuentes policiales”.

El Debate: “Vídeo viral: la izquierda señala a la Policía por una intervención en Lavapiés que se debió a la actitud violenta y hostil de los detenidos. La izquierda madrileña ha viralizado el vídeo de una intervención policial en Lavapiés en la que los agentes emplean la fuerza para controlar a dos detenidos. Las críticas hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se han propagado en redes sociales mientras que el Ministerio del Interior ha explicado que la Policía actuó de ese modo debido a la actitud violenta y hostil que mantuvieron los detenidos durante la intervención tras una reyerta por drogas. Así lo han trasladado fuentes del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska a Efe, que han explicado que las patrullas fueron requeridas por una reyerta por droga entre cuatro personas en el madrileño barrio de Lavapiés. Cuando llegaron los agentes, señalan esas mismas fuentes, trataron de separar a los implicados y, mientras que dos de ellos respondieron a los requerimientos policiales, fueron los otros dos los que mostraron esa actitud violenta que ha dado lugar a las imágenes que se han viralizado en redes sociales. Finalmente, los agentes lograron detener a estas personas por tráfico de drogas, y se incautaron algunas sustancias estupefacientes, en una operación que se saldó con un agente contusionado y un coche policial inutilizado”.

“La operación se saldó con un agente contusionado”. No lo sé, Rick… Lo que todas hemos visto son varios golpes de un agente a uno de los detenidos, ¿ese joven no resultó “contusionado”? Según esta pieza de El Debate que reproduce la versión policial, se ve que no. Solo resultó contusionado, según parece, un agente; aunque eso no lo hayamos visto, pero nos lo tenemos que creer. En otras palabras: lo que hemos visto no sucedió y lo que no hemos visto sí sucedió. Lo dicen la Policía, Telecinco, Telemadrid y El Debate. Y si lo dicen la Policía, Telecinco, Telemadrid y El Debate pues será verdad, ¿no?

No lo hemos visto y además tenemos memoria: recordemos, por citar solo un caso, que en este país se le retiró el acta a un diputado del Congreso, Alberto Rodríguez, porque un policía dijo que siete años antes, en 2014, le había pegado una patada en una manifestación, a pesar de no existir ninguna prueba de ello, ni video, ni nada y sí muchas en el sentido contrario. Entonces, si pueden hacer eso con un diputado, imaginad qué no pueden hacer con un mantero.

Estas mismas fuentes policiales están hoy por doquier en muchos otros medios de comunicación: periódicos, radios, televisiones. Pero, para acabar, un corte más de la tele, que reúne muchos de los elementos discursivos del racismo mediático.

Antonio Naranjo, de El Debate, en Telecinco. Acercaos de nuevo la palangana porque ¿por dónde empezar con este corte que lo tiene todo…?

“A los malos hay que tratarlos a porrazos”, dice el tipo. Sin entrar a comentar la ridiculez de hablar de “los buenos” y “los malos” obviando el peso de la estructura social, que es lo que hace siempre la derecha, se ve que este señor tiene claro que son malos porque son negros, imagino. Presupone que los negros son delincuentes y que la Policía siempre lo hace todo bien. “Vigilar al poder”, lo llaman, efectivamente…

“Si tú y yo vamos por la calle tranquilamente, a nosotros no nos van a pegar esos policías”, dice también. Claro, tú eres un señoro blanco, Antonio, eso es precisamente de lo que se está hablando aquí.

“Pocos porrazos pega la Policía para la cantidad de chusma que hay suelta”, dice Naranjo mientras aparecen en pantalla imágenes de jóvenes negros, asociando así el término “chusma” con la población negra. Lo dice, además, en uno de los países con menores índices de criminalidad del mundo. Fascismo puro y duro.

“Si no al final los que quedamos inseguros somos los ciudadanos”, dice por último, como si esos jóvenes no fueran ciudadanos como él. Y es que esa es la clave, que no los considera ciudadanos, porque es un racista. Un racista y un mentiroso; porque, ya que hablábamos de las misteriosas agresiones que uno se tiene que creer en lugar de las que ve con sus propios ojos, hay que recordar que este señor, Antonio Naranjo, fue condenado por el Tribunal Supremo por inventarse una agresión contra él que nunca había existido. Así que aquí, por lo pronto, el único delincuente es él. Como para creerse nada de lo que diga.

Estos mentirosos, Antonio Naranjo o Eduardo Inda, que se inventan falsas agresiones, son los que después hablan de las supuestas “denuncias falsas” por violencia machista.

Mañana este tipejo seguirá ahí sentado como si nada. Racismo en la Policía y racismo en los medios de comunicación.


Este texto es una adaptación del análisis de Manu Levin en La Base, puedes ver el episodio completo aquí:

Madrid –

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