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Taberna Garibaldi

Taberna Garibaldi: entrevista a Carlos Ávila, cantautor, poeta y uno de los dueños

«Queremos que sea un lugar de encuentro y de sensibilidades. Desde que se supo que íbamos a abrir y que detrás estaba Pablo Iglesias, no ha parado de venir gente a hacerse ‘selfies’ en la fachada del edificio cada diez minutos«


Carlos Ávila (Toledo, 1978) es un cantautor y poeta cuya obra está muy influenciada por sus conocimientos adquiridos en sus estudios en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. En su trayectoria como cantautor ha publicado dos discos, ‘Justicia Poética’ en 2016 y ‘Pero Lo Nuestro Es Cantar’ en 2019. Como poeta ha editado dos libros de poesía, ‘La paz a ti debida’ en 2005 y ‘No todas las cabras están locas’ en 2010, además de otros proyectos con más autores amigos. En Toledo, es presidente de ‘La Divergente’ un espacio social, cultural y comunitario que es ya referente en España y todo el mundo. Ahora se hará cargo de la ‘Taberna Garibaldi’, un proyecto construido junto a Pablo Iglesias y Sebastián Fiorilli que abrirá sus puertas el próximo martes 19 de marzo en la calle del Ave María 8 del barrio de Lavapiés.

— En tu trayectoria como cantautor y poeta has publicado ya dos discos y dos poemarios, ¿de dónde viene esa vocación por dedicarte a la canción y a la poesía?

Yo he crecido con la canción de autor desde pequeño, siento como si antes de nacer ya tuviera a Silvio Rodríguez en la cabeza. He crecido con ello, es mi vida, y lo doy todo porque me parece fundamental. Y más en estos tiempos en los que hay una carencia, no solo en la canción sino también en cualquier tipo de arte, en hacer pensar sobre el mundo en que vivimos.

— En relación con esto último, recientemente has publicado una canción titulada ‘Palestina Libre’, y lleva a la reflexión que en estos últimos tiempos la canción protesta ha decaído después de esa época de esplendor de la Nueva Trova con Silvio Rodríguez, Pablo Milanés… y nos encontramos en una época en la que hay una carencia de ese tipo de canción al mismo tiempo que urge reivindicar ciertas causas a través de la música.

Creo que es más urgente que nunca y, sin embargo, el hecho de que haya menos es producto de la crisis artística e intelectual que vive el mundo en general. No digo que no haya, porque por suerte hay grandes artistas que siguen haciéndolo, pero sí es producto de una crisis generalizada mundial que está impidiéndonos ver todo el desastre que se está generando. Para mí, precisamente es ahora cuando es más necesaria.

— También vemos un mundo carente del espacio público, de lugares de socialización en las ciudades consecuencia de una sociedad de consumo en la que uno de los componentes centrales es el individualismo. Hilándolo con la apertura de la Taberna Garibaldi, ¿la taberna surge con esa idea de crear un espacio público, de sociabilidad popular que aspire a más que a un simple lugar de consumo?

Nosotros lo que queremos es que sea un lugar de encuentro y de sensibilidades. A mí me hace mucha gracia que la presidenta de la Comunidad de Madrid comente que Madrid es lugar de libertad porque no hay ningún espacio de libertad en el mundo ahora mismo. Lo que tenemos que hacer es generar espacios de libertad y no es Madrid un espacio de libertad, lo es el ‘Garibaldi’. Esos espacios se generan gracias a actitudes y a formas de estar en el mundo, a maneras de ser, a maneras de pensar… Gracias a eso sí se genera un espacio de libertad, no porque alguien diga que lo es, sino construyéndolo con trabajo, con ilusión, con alegría y, desde luego, con pensamiento.

— Tú Carlos, vienes de Toledo y allí ya participabas en un espacio comunitario y cultural llamado “La Divergente”, ¿Cómo es ese proyecto?

La Divergente’ es un espacio de cultura comunitaria, es una cooperativa que nació hace dos años y es increíble que en una ciudad pequeña y preciosa como Toledo esté sobreviviendo y haciendo historia. Estamos convirtiendo ‘La Divergente’ en un lugar de referencia en España y, ojo, en todo el mundo porque vienen grupos africanos, franceses, de Australia, de EEUU… Poder conseguir eso, para todos los que pertenecemos a esa cooperativa, es un orgullo porque también estamos cambiando conciencia y haciendo pensar en que otro mundo es posible.

— Esa idea de espacio comunitario cultural de ‘La Divergente’, ¿se puede trasladar al ‘Garibaldi’?

A mí me gustaría trasladar todo lo bueno que tiene ‘La Divergente’ a la ‘Taberna Garibaldi’. En el ‘Garibaldi’ tenemos otros factores diferentes, es Madrid y es más fácil porque hay mucha gente deseosa de tener espacios de libertad que, insisto, no existen tantos como dice la presidenta de la Comunidad de Madrid. Hay muchos que sí son de libertad, como ‘El Parrondo’, al lado del Garibaldi; ‘La Libre’ de Leganés; ‘La Imprenta’ en Malasaña; también los diversos espacios okupados, etc. Son lugares maravillosos, pero que se tienen que luchar para llevar a cabo lo que pretendemos que no es más que cambiar este mundo con amor, con cultura, con compañerismo y con alegría.

— Que la libertad no sea solo el acto de consumo de tomarse una caña sino todo lo que te rodea, las conversaciones, los pensamientos, el intercambio de pareceres, la participación en actividades culturales… Un espacio de permanencia, no de paso.

Claro, porque estaríamos violando y destruyendo la palabra ‘libertad’. La libertad implica que haya espacios donde se pueda, efectivamente, repensar el mundo y donde se pueda ir hacia delante a partir de esas charlas, de ese compañerismo, de esos actos culturales que nos permitan pensar en nuestra vida y en el mundo que vivimos.

— En estos tiempos que corren y en esta sociedad en los que impera la prisa, lo urgente, y en los que parece que todo tiene que ser de paso, retirando incluso los bancos de las plazas para poder charlar con tus vecinos y vecinas… Es una tarea difícil, a la par que revolucionaria, ¿verdad?

Sí, también están quitando los árboles en algunos sitios… Por ello, necesitamos árboles, necesitamos bancos en las plazas, y necesitamos espacios como la ‘Taberna Garibaldi’.

— Centrándonos ahora en el ‘Garibaldi’, ¿Cómo surge la idea de comenzar a construir este proyecto?

La idea es de Pablo Iglesias y de Sebastián Fiorilli, y me pidieron mi humilde ayuda para poder llevarlo a cabo. Yo tengo mucha ilusión y este proyecto me parece muy ilusionante. Creo que es muy bonito poder, poco a poco, ir avanzando e intentaremos que la gente, que está con ilusión ya, pueda ser feliz aquí. Queremos cumplir el objetivo del ‘Garibaldi’ que es el ocio. Es muy importante en nuestras vidas, no podemos estar todo el día trabajando, necesitamos disfrutar y pensar. El ‘Garibaldi’ está perfectamente adecuado para que se puedan cumplir esas tres cuestiones al mismo tiempo: que se pueda disfrutar, que se pueda tener ocio y que se pueda pensar a la vez que uno comprende el mundo en el que vivimos.

— ¿Qué sensaciones te han llegado tras hacerse pública la apertura de la ‘Taberna Garibaldi’? ¿Crees que se va a quedar pequeño después del impacto mediático que ha tenido el anuncio?

Sí, ha sido muy mediático y creo que el ‘Garibaldi’ se va a quedar pequeño. Desde que el jueves se supo que íbamos a abrir y que detrás estaba Pablo Iglesias, no ha parado de venir gente a hacerse ‘selfies’ en la fachada del edificio cada diez minutos. Constantemente nos preguntan cuándo abrimos —el martes 19 de marzo— y es un continuo paseo de gente muy ilusionada, ha sido todo muy bonito desde que se anunció. Bonito como queremos que sea el ‘Garibaldi’, un espacio de libertad real y de alegría, dos cosas que creo que podemos conseguir.

— Hablando de música… ¿Cuál será la banda sonora de la Taberna Garibaldi, ¿Qué va a escuchar la gente cuando entre?

Cuando entremos al ‘Garibaldi’ vamos a escuchar varios tipos de música dependiendo de las horas. No escucharemos esa música que dice “aquí te pillo, aquí te mato”, eso no. Escucharemos rock, canción de autor, soul, jazz… Diferentes momentos del día requieren diferentes estilos de música y eso, lo intentaremos adaptar para que la gente tenga la música adecuada para poder disfrutar. Y, por supuesto, la canción con la que cerrará y con la que la gente se tendrá que ir será el ‘Bella Ciao’ evidentemente, estamos en el ‘Garibaldi’.

— ¿Acogerá la ‘Taberna Garibaldi’ diferentes tipos de actividades culturales como conciertos, recitales de poesía, presentaciones de libros, ¿etc.?

Sí, creemos que si no se hace esto le faltaría una pata en la mesa. Necesitamos que venga muchísima gente a disfrutar de artistas de música y poesía que pueden hacer cosas muy buenas. Tendremos que hacer presentaciones de libros de política en las que se pueda discutir, exposiciones de fotografía… Necesitamos que el ‘Garibaldi’ sea, a la vez que un bar y un espacio de libertad, un centro cultural porque, de lo contrario, no estaríamos felices del resultado.

— Por concluir y con una mirada al futuro, ¿Cómo te imaginas a la ‘Taberna Garibaldi’ dentro de unos años?

Yo lo que espero es que la ‘Taberna Garibaldi’ dentro de unos años sea una realidad, porque espero que dure muchísimos. Un lugar donde incluso una persona que no sea de Madrid quiera y desee venir porque le han hablado muy bien, porque tiene amigos que han tocado o recitado aquí, porque se ha presentado un libro y se ha discutido o porque se ha reído mucho y disfrutado dentro de este espacio. Lo que me gustaría dentro de unos años es que fuera un referente y estuviera en el imaginario colectivo.


Madrid –

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