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Que te vote Chicote

En busca de la receta mejor guardada. Apuntes robados del nuevo proyecto del amado líder. Se ruega discreción. Desabróchense los cinturones. Bon profit


La mesa de trabajo de Pablo Iglesias en Canal RED tiene una pila de libros (próximamente una pila de platos por fregar) sin abrir, y un folio que siempre sobresale. Bueno, realmente asoma desde hace dos semanas. En qué fregado te has metido, Pablo.

No le quitamos la vista de encima desde entonces. Estamos inquietos, nos comemos las uñas, queremos robarle el secreto mejor guardado. Total, si nos va a echar que sea por esto. Los rojos de verdad no robamos comida, robamos ideas, de restaurantes.

En realidad no sabemos si es un marcapáginas de un libro de Gramsci o “la chuleta” del Pacto de los Botellines, que con tanto cariño guarda. Somos la joven guardia. Que esté en guardia el burgués insaciable y cruel.

El primer día que lo vimos pensamos que podía ser un listado de modos de suicidarse por haber elegido como sucesora a Yolanda Díaz. ¡En todos los sitios cuecen Adas!

Si lo vas a hacer Pablo, córtate las venas con una cucharilla de postre y deja una carta como última voluntad: “Biquiños… cierro al salir”.

También nos imaginábamos un “compra pan” firmado por Pedro Sánchez.  Ya te llegará la cuenta. Como a Revilla. Cuenta atrás, tic, tac, tic, tac… ¿Te acuerdas? Sí, fue la bomba. Antes de perder cientos de miles de votos por el camino. Pero ya pasó, me importa un comino.

O podría ser también una nota de su hija Aitana diciendo “Papi, cuando te agachas para recoger mis juguetes se te ve la hucha, la hucha de clases, súbete el pantalón porfa” o igual le podría decir: abróchate el cinturón que vienen curvas. Pero no me importa porque llevo torta, de Selva Negra. La de los verdes europeos, no… la otra, gracias.

La nota que asoma la cabeza entre un libro de Iván Reguera y el Apoyo Mutuo de Kropotkin no es tampoco una nota de disculpa de Alberto Garzón por haberse tocado el higo durante toda la legislatura (a Garzón ya volveremos, en forma de chuletón o de una tila).

Ni es una nota de disculpa (una comanda) de Ada Colau porque durante Sant Jordi no tocara sororidad. El silencio de los corderos. ¿Pierna o paletilla?

Tampoco es una nota de Edu, el de 198, diciéndole a Pablo que por favor se ponga la ropa de su talla. La talla 38 me aprieta…

El líder aprieta, pero no ahoga.

Elucubramos incluso con la peregrina idea de que fuera una carta de confesión del hermano de Ayuso o de la infanta Sofía confirmando que en las europeas va a votar a Podemos.

Podría ser incluso una servilleta de papel (gracias por su visita) con una declaración de Pedro Sánchez apostando por un solo estado, un estado palestino, laico y marxista que incluya a judíos no sionistas ni genocidas. Qué pinta tienen las judías, Pedro. Las judías pintas. Borrell siempre con la sartén por el mango.

Borrell: hay que tener estómago, campeón. Free Gaza.

Pero ya sabéis, Pedro unos días pide sopa y otros días te hace un Mafalda y dice que no quiere la sopa ni en pintura. Parece que la mosca en la sopa es siempre Palestina. Cógela que no quema. Sopla por si acaso y que no te la sople tanto.

Por eso te llaman, además de pretty y perro, cuchara porque ni pinchas ni cortas. Haz que pase, Pedro. Oído cocina, Ione. La mesa está servida.

Pedro, ¿Te hacemos el avioncito? Que sea un Falcon.

Porque para cuando las papas queman necesitamos un jefe que ponga un restaurante para “zurdos de mierda”, alguien que le meta condimento, un poco de sal a este mundo cada vez más soso e imposible de digerir. Sal de mesa Marta Lois, próximamente en tu supermercado más cercano. Sal de ahí.

Chimichurri en vena. Alguien que se atreva a sacarnos las castañas del fuego. Todos contra el fuego. Tú lo puedes evitar.

El polbo de Feijoó. Ni muy hecho, ni poco hecho. Como Tamames, Como Abascal. Eso sí, con ocho tentáculos para oprimir a los de siempre.

Pedro eres el Almax de la fiesta. Aunque se necesite un protector gástrico para poder tragar tus políticas made in Israel.

Necesitamos a alguien que quiera comerse el mundo.

Y para bajarlo… cócteles. Molotov.

Estamos en la última cena, la traidora es señalada con un puntero láser. No te preocupes por las hostias, Pablo. Para eso ya estamos nosotras, para repartirlas como panes.

Los panes y el PCE. Besugos como Enrique, Santiago. Y cierra España.

Antes de que se rompa (ya se viene rompiendo desde hace siglos) deja de dar la brasa y abre ya el restaurante, Pablo.

Vamos al mercado, de abastos, no el capitalista, ni al libre mercado de Milei o Isabel. Un viejo fantasma recorre Europa, es la mano invisible de la camarera, Úrsula.

La política exterior “tú te la guisas, ellos se la comen”.

Ten cuidado con Netanyahu, Pedro, que el horno no está para bollos ni para pan de pita.

Desde que Varoufakis ya no es el panadero de la izquierda griega, solo coméis pan de masa madre, que no es de masa, ni es de madre. La madre del cordero. Igual un yogurín griego, no… ¿Íñigo?

Falafel de mis amores, deshazte de Mahmud Abbas.

¿Qué pondrá en el dichoso papel que sobresale en el escritorio del líder, futuro Chef Guevara?

No podemos aguantar más. Nos morimos de hambre. En la izquierda tenemos apetito. Que no nos la den con queso. Sumanders del mundo uníos a este conxuro. Derrocad a la lideresa, le quedan dos telediarios de Vallés y unas elecciones europeas.

Visitad nuestro bar.

¡La venganza de los oprimidos es un plato que se sirve frío! Te lo recuerdo, eternamente Yolanda.

Ay Pablo Milanés. ¡Qué ganas de unas milanesas, a caballo. Como le gustaba a Evita y a Alberti! A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar…

Trata de arrancarlo, Sebas. El papel. Lezaola nos vigila de cerca (como un agente infiltrado de Sortu), porque seguramente sabe que ahí se esconde la receta de la compota de manzana de la abuela de Mertxe Aizpurua. ¿Has dicho ETA? No, receta. Que te vote Chicote.

Es el momento. Es un folio doblado y lleno de tachones. Boli Bic naranja, escribe fino. No te comas el capuchón, Pablo. El boli no se muerde. La pelota no se mancha. Se confirma.

Cómo está la parroquia con el temita del garito, Pablo.  Con Iglesias hemos topado. Se le ha metido entre ceja y ceja (no de ZP) abrir un restaurante, para abertzales y golpistas.

España se rompe como la costra de la crema catalana. A martillazos.

Que Lenin nos pille confesados. O Lenín. La izquierda caviar se hace un revuelto de gulas. Al gulag todes.

Y sí, en ese folio está todo lo que queríais saber del restaurante que quiere poner el novio de Irene Montero. Sí, siguen juntos. Dejad de alimentar bulos, eso es el apio del pueblo.

Fecha: Enero

Localización: Lavapiés

Socio: Aparece el nombre de Roures tachado.

Venga Jaume, que ya nos tienes fritos.

Tipo de comida: No pueden faltar los filetes rusos. Mucho ruso en Rusia. El arroz a la cubana. El arroz basmati vietnamita. Los rollitos de la primavera china.

Platos estrella: Manuel Lasaña y Gazpachi López.

Niño, deja ya de jugar con las palabras. Para ya.

En la otra cara del folio aparece desmenuzado (nunca mejor dicho) lo más importante.

Procedemos a ponerlo aquí en word, cuerpo de letra 12, tipo de letra Helvética, a doble espacio.

Hemos encontrado tu papel de cocina, menudo rollo, Pablo.

Vamos con ello.

¿Restaurante para rojos?

No, desde la socialdemocracia hasta Podemos, incluyendo despistados de la Columna Durruti. Aquellos amantes de la conquista del pan.

A la derecha, el abismo. La comida rápida, la pizza para el confinamiento…

Y a la ultraderecha el mejor plato al estilo Pasolini. Saló y los 120 días de Sodoma.

Permiso para entrar a los brotes verdes de Más Madrid. Mientras dejen fuera sus BMW (pegatina azul, cero, ECO, sin gluten) y sus monopatines silenciosos. Prohibido venir con una talla de la Virgen de la Paloma a hombros.

Cucurrucucú Paloma. Quesadilla en la cocina. Viva la comida mexicana, cabrones.

Sarna con gusto no pica. Un reservado para los Borbones, una pecera con tiburones y si no, mucha pasta, al dente como los euros que trincaban por cada barril de Arabia Saudí.

Los pennes son pasta, ¿no? Que se lo digan al preparao.

Alberto Garzón y Gaspar Llamazares no pueden venir el mismo día porque son la misma persona. ¿Quién es quién? A jugar.

EH Bildu tendrá reserva un día sí y otro también. Es el único sitio al que pueden venir sin pasamontañas. Vemos un próximo negocio: alojamiento y restaurante NH Bildu.

Pablo ya lo está maquinando. ¿Cómo están los máquinas?

Gabriel Rufián tendrá su propia mesa (con vistas a la calle del Oso, por razones obvias) y tendrá un postre con su nombre. No sabemos si será la crema catalana o unos panellets.

Será un restaurante con solo una estrella, roja. De Belgrado.

La vajilla tendrá el escudo de la ilustre casa de Otegui & Junqueras.

El maitre será Miquel Iceta. ¿Has vuelto a decir ETA?

Habrá un cóctel de ibuprofenos para María Eugenia Palop. Secretaria de Estado de lo suyo. ¿Qué hay de lo mío?

El encargado de las bebidas será Ramón Espinar. Tatuaje arriba, tatuaje abajo.

El que traerá el salmón ruso de primera clase y lo pagará con el oro de Moscú será Enrique Santiago. Yolanda para entonces ya le habrá dado la patada de Charlot.

Habrá carretillas de gambas y langostinos para liberados de CC.OO. y UGT.

Y por supuesto habrá un santo y seña para entrar.

Será el mismo que se usaba el 19 de noviembre de 1936 (jueves) para entrar por la noche en Madrid sin que te detuvieran.

Pregunta: Nos defenderemos.

Respuesta: De la esclavitud.

Anotadlo en una servilleta.

Una ráfaga de viento se ha llevado el papel por la ventana. Maldito cambio climático. Trata de rescatarlo, Rita.

Me irrita! Vuela como esa bolsa de plástico de American Beauty. Ojalá la coja un niño y haga un avión de papel. Allí donde caiga seremos la comidilla del enemigo. Allí donde caiga tendréis vuestro hogar.

Os puto esperamos.

P.D: Si os encontráis con Pablo Iglesias y os pregunta, decidle que sus apuntes se acaban de publicar.

Nota a pie de página: Probablemente este sea nuestro último día de trabajo. Que os aproveche.


Madrid –

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