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Vicente Valles en El Hormiguero

Vicente Vallés en el plató de El Hormiguero — Youtube

Los periodistas que esparcen bulos y manipulan siguen recibiendo premios

La corrupción periodística es una condición necesaria para ocupar las altas esferas mediáticas, exceptuando honrosas excepciones


El año pasado el director de La Sexta Antonio García Ferreras, protagonista del escándalo de corrupción del Ferrerasgate, “hombre” de Florentino en los medios y “hermano” de Eduardo Inda, recibía el Premio Guardia Civil en la categoría audiovisual. Un ejercicio humillante para la profesión que revela hasta qué punto la putrefacción que atraviesa al periodismo es generalizada.

Otro de los casos más bochornosos e insultantes para el periodismo fue la entrega de premios a los autores que propagaron una de las peores campañas de manipulación de todos los tiempos: las teorías de la conspiración que pretendían hacer creer a la opinión pública que el atentado del 11M había sido ETA y no Al Qaeda, llegando incluso a difundir una trama donde detrás del atentado que causó la muerte de 192 personas y más de 2.000 heridos, además de ETA estaría Marruecos, los servicios secretos españoles y el propio PSOE.

Casimiro García Abadillo y Pedro J. Ramírez desde El Mundo y Federico Jiménez Losantos desde la Cope, Intereconomía o Libertad Digital, se dedicaron a intoxicar a la población con esas teorías y, aun a día de hoy, no solo siguen sin haber pedido perdón, sino que continúan manipulando y sembrando sospechas sobre el atentado terrorista.

Incluso en el recién 20 aniversario del 11M continuaban con la matraca. Losantos desde los micrófonos de EsRadio acusaba a las “cloacas del Estado” de inventarse pruebas para culpabilizar al fundamentalismo islámico de los atentados terroristas. El 11M “es la mayor operación de manipulación mediática de la historia desde el incendio del Reichstag de Hitler”, afirmaba. Por su parte, Casimiro García Abadillo escribió un artículo en El Independiente titulado ‘11-M: el atentado que dividió a España’ en el que continuaba sembrando dudas, con comentarios como: “Era evidente que uno de los principales beneficiarios del cambio de Gobierno había sido Mohamed V”, o “Algunos, que creen que lo saben todo y que son muy honestos dicen que dudar es ‘conspiranoico’. Allá ellos.” A su vez, Pedro J. Ramírez en El Español sacaba una serie de artículos sembrando las mismas dudas y esparciendo el relato de que existiría una “memoria incompleta de la investigación”.

Aquellos artífices de una de las peores campañas de manipulación de todos los tiempos han continuado su huida hacia adelante respecto a aquellas falsas teorías y, lejos de ser apartados de la profesión, han seguido impunemente en la primera línea mediática e incluso, insistimos, han recibido premios de periodismo. Veamos algunos de ellos. Casimiro García Badillo fue premiado con el Premio Fundación Independiente del Periodismo Camilo José Cela en 2005, un año después de difundir los bulos sobre el 11M. También Losantos fue premiado en 2007 con el premio Micrófono de Oro por la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión, premio que reconoce las carreras destacadas dentro del periodismo. Y, para consumar este bochorno, la Fundación Eisenhower decidió otorgar en el año 2013 el Premio Primera Enmienda a Pedro J. Ramírez, un premio que conceden anualmente a “los más destacados profesionales del periodismo en España” para reconocerles su “compromiso con la defensa y la promoción de la libertad de expresión y prensa”, premio que también han recibido Sussana Griso, Ana Rosa Quintana o el propio grupo Vocento.

Pero sigamos con más humillación al periodismo… El año pasado PR Noticias, conocido medio online funcional a los posicionamientos de la extrema derecha y que contribuye a blanquear a sus figuras políticas y mediáticas, concedió el Premio al Mejor Tertuliano nada más y nada menos que a Eduardo Inda, uno de los mayores difusores de fake news de todos los tiempos, imagen representativa de la cloaca periodística y uno de los artífices del bulo de la financiación irregular de Podemos, entre otros muchos.

Ese mismo año, PR Noticias también premió a Sandra Golpe, presentadora de Antena 3 Noticias, conocida por difundir una noticia exclusiva falsa en donde se relacionaba a Podemos, la CUP, el gobierno de Maduro y ETA. “Nos van a dar…pero bien”, decía la presentadora fuera de cámara mientras se emitía la noticia manipulada en directo. Igualmente, premiaban a Antonio Naranjo, el autor de la irrefutable cita para vincular a Putin con el comunismo: “Es que es muy fácil, a ver, Putin se llama como Lenin, se llama Vladímir”. Y, para consumar el esperpento, el medio de extrema derecha decidió también conceder a Ana Terradillos, la periodista que entrevistó a un nazi en directo y que aparece en los audios de Villarejo, el premio de (¡ojo, cuidado!) Mejor Presentadora de magazine en televisión.

Estos son solo algunos ejemplos de los premios que concede PR Noticias, pero la lista de periodistas corruptos premiados por dicho medio es extensa e invitamos a consultarla a quien tenga curiosidad.

Por si esto fuera poco, en el año 2020, el rey Felipe VI otorgaba el Premio Nacional de Periodismo Francisco Cerecedo al presentador de Antena 3 Noticias, Vicente Vallés, al que, recientemente, le acaban de entregar también el Premio Nacional de Periodismo Pedro Antonio de Alarcón de Guadix.

Pese a que Vallés aparentemente tiene un estilo diferente al marrullero de Eduardo Inda y es visto por cierta opinión pública como alguien más potable, basta con hacer un repaso por la hemeroteca para comprobar que su trayectoria periodística es indisoluble de propagación de bulos. Como el que según el cual Pablo Iglesias hablaba de Pablo Hasél en el año 2014 pidiendo “leyes para juzgar a gente como esta” cuando en realidad se estaba refiriendo a Aznar, Amancio Ortega o Juan Carlos I. Bulo que fue iniciado por El Mundo (posteriormente tuvo que rectificar) y que también propagaron Ana Rosa Quintana o Sussana Griso.

Asimismo, y para sorpresa de nadie, una vez que estalló el último escándalo de corrupción que afecta a Ayuso y a su pareja, comisionista que se forró por las políticas de privatización de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Vicente Vallés también se unió al club de los defensores mediáticos de la presidenta y para salir a su rescate, esparció un nuevo bulo el pleno directo sobre María Jesús Montero, ministra de Hacienda.

Viendo la trayectoria periodística de Valles no es de extrañar que para Pablo Motos se haya convertido en un “referente de la información”.

Pero no nos engañemos, que los periodistas que esparcen bulos y manipulan sistemáticamente sigan recibiendo premios, tal y como hacíamos referencia en el título de este artículo, no debería sorprender a nadie, pues es precisamente la corrupción periodística la condición necesaria para ocupar esas altas esferas mediáticas, exceptuando honrosas excepciones. Y, además, demuestra la debilidad en la que se encuentra aquella prensa que trabaja con rigurosidad y en base a la verdad.

¿Se imaginan a Jack el Destripador o al genocida Netanyahu recibiendo el premio a Mejor Defensor de los Derechos Humanos? Pues algo similar ocurre en el periodismo cuando se premia a Ferreras, Ana Rosa, Pedro J. Ramírez, Vicente Vallés, Eduardo Inda, Ana Terradillos, Federico Jiménez Losantos y a toda la lista interminable de mal llamados periodistas que mienten con una clara intencionalidad política. ¡Y aun así hay gente que quiere estudiar periodismo!


Madrid –

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Editorial

  • Y después del lunes, ¿qué?

    Tanto si Sánchez dimite como si no, nuestro país se embarcaría en una trayectoria suicida si la mayoría que ha hecho posible su investidura no acepta de una vez por todas que las reformas que partidos como Podemos llevan años poniendo encima de la mesa se han vuelto inevitables