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Yolanda Díaz con Ricarda Lang (Die Grünen) en el Congreso

Los Verdes alemanes y la izquierda española

Algunos titulares de la prensa española que nos pueden servir para entender mejor lo que representa el Partido Verde Europeo y lo que tiene que ver con España


Noticia nº1. Eldiario.es: “Yolanda Díaz consolida su alianza con Los Verdes europeos”. «La vicepresidenta segunda en funciones presidirá este sábado el cierre del Green Social Summit, un evento en el que Sumar se ha involucrado intensamente. La presencia de Díaz en un evento de este tipo no es nueva, ya participó por videoconferencia en la reunión del año pasado, pero esta vez coincide en el tiempo con el despliegue político de Sumar. De hecho, el cartel de ponentes está lleno de perfiles de su núcleo duro y también de los partidos políticos más cercanos dentro de la propia coalición, como los comuns, Más Madrid y también Verdes Equo. No se trata solo de una gran participación de perfiles cercanos a Sumar en este evento, sino de la consolidación de una alianza política», dice Eldiario.es. No es necesario especular demasiado: el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, se ubica en ese espacio político y, aunque salió elegido eurodiputado por la papeleta de Unidas Podemos, después no se adscribió al Grupo de La Izquierda en el Europarlamento, sino al del Partido Verde Europeo. Por su parte, Más País de Íñigo Errejón siempre ha querido dejar claro que se ubica también en el espacio que representan los Verdes alemanes.

Ahora un flashback: en 2016, después de las primeras elecciones generales a las que concurrió Podemos. Titular de Europapress: “Baldoví y Llamazares firman un texto por un gobierno PSOE-Unidos Podemos-Ciudadanos”. «También figuran los ex diputados del PSOE Manuel de la Rocha y Antonio Gutiérrez (ex secretario general de CCOO) y el exalcalde de Vitoria José Ángel Cuerda, del PNV». En aquel momento, frente a la tesis de la dirección de Podemos de apostar por un Gobierno de coalición entre el PSOE, la izquierda y los partidos catalanes y vascos (que fue el que finalmente se formó, pero en 2019, tras varias repeticiones electorales), hubo otro sector que apostó por un Gobierno con Ciudadanos, como decía ese titular de Europa Press. E incluso llegaron a plantear votar a favor de un Gobierno PSOE-Ciudadanos con la izquierda apoyando desde fuera. El caso es que se puede intentar imaginar un poco cómo podría haber sido ese otro camino (esa, digamos, historia alternativa de España, con un Podemos en el que se hubiera impuesto la línea de los homólogos españoles de Los Verdes alemanes y con un gobierno de gran centro neoliberal con una pátina social), mirando lo que es y lo que hace la coalición actual que Gobierna en Alemania, la llamada «coalición semáforo» (rojo, ámbar y verde): el SPD, los liberales y los verdes alemanes. Otanismo furibundo, 100.000 millones para armamento, mano dura contra la inmigración, recesión económica, nuevas centrales de carbón, mucho fracking y amnistía pero para las centrales nucleares.

Habrá quien imagine que esto será el resultado de la correlación de fuerzas en un Gobierno de coalición. Que lo que explica todo es que Los Verdes alemanes han tenido que tragarse muchos sapos y ceder ante este tipo de decisiones, que a ellos no les gustan nada, pero que sí quieren los socialdemócratas y los liberales, ¿no?

Lo que pasa es que quienes más han apostado por esas decisiones dentro de la coalición semáforo han sido precisamente Los Verdes.

Vamos tema por tema. Inmigración. El Confidencial, 26 de septiembre, hace solo unos días: «Hay que acelerar las deportaciones en Alemania«: ¿La derecha radical? No, los Verdes”.

La autora de este giro de Los Verdes hacia el racismo es Ricarda Lang, copresidenta de Los Verdes alemanes, que recientemente pidió a sus socios de Gobierno que se firmen cuanto antes acuerdos para acelerar la expulsión de Alemania de solicitantes de asilo. «Ricarda Lang, colíder de la formación ecologista, sorprendía recientemente con una llamada a sus socios de coalición —Socialdemócratas y Liberales— para llegar a un acuerdo que acelere los retornos de migrantes a terceros países y restrinja la entrada de solicitantes de asilo. Durante la primera mitad de este año, Alemania ha registrado unas 160.000 solicitudes de asilo y ha deportado a 7.000 personas, un 27% más que durante el mismo periodo del año pasado», dice El Confidencial en esta noticia. «Verdes», sí, pero verde tirando a verde VOX. Este posicionamiento de Los Verdes en Alemania es llamativo porque, tal y como recuerda El Confidencial, en marzo de 2020 la propia Ricarda Lang se posicionaba de forma contraria: «Muchos municipios están dispuestos a acoger a refugiados de las islas griegas que están pasando por un sufrimiento increíble. En lugar de apoyarlos, el Gobierno federal recurre al alarmismo. Esto es irresponsable. Hay sitio para todos», dijo entonces la colíder de Los Verdes.

Seguramente, no es tanto que Los Verdes alemanes ahora digan lo contrario de lo que decían hace tres años porque se hayan vuelto ideológicamente racistas, sino porque entienden la política como un mercado de demanda y se posicionan según sople el viento. ¿Sacamos el dedo al aire y percibimos que hay un sentido común derechizado en el que la xenofobia ha ganado espacio? Pues navegamos ese supuesto sentido común con un discurso xenófobo, que es lo que la gente quiere oír. ¿Adónde conduce eso? Pues a lo que estamos viendo en Alemania: a hacer políticas que podría firmar perfectamente la ultraderecha.

Siguiente tema: otanismo, rearme de Alemania y envío de armamento a zonas de guerra. Quizá de nuevo haya quien piense: «bueno, esto es un sapo que se han tenido que tragar Los Verdes porque les han obligado los liberales y el SPD». Titular en El Periódico: «Los Verdes alemanes abandonan su pacifismo«. «Los ecologistas presionan al canciller Scholz para aumentar el envío de armamento pesado a Ucrania». Y dice eldiario.es en otra pieza al respecto de esto: «A pesar de haber hecho campaña prometiendo oponerse “a la exportación de armas y armamento a zonas de guerra” en fechas tan recientes como septiembre de 2021, ha sido Baerbock la que cuestionó abiertamente las reticencias de Olaf Scholz a enviar tanques a Ucrania el pasado verano». Annalena Baerbock es la ministra de Exteriores de Alemania, perteneciente a Los Verdes. Hasta el poco sospechoso de izquierdista diario Der Spiegel sacó en portada en abril de 2022: «Los Verde Oliva», expresando que el partido que cogobierna Alemania ha cambiado el verde ecologista por el verde oliva, el verde de uniforme militar.

En realidad, esta posición otanista y belicista de Los Verdes en Alemania tampoco es que sea tan nueva. Recuerda este fin de semana en Diario Red Carmela Negrete que «fue un gobierno federal rojo-verde con Fischer como Ministro de Relaciones Exteriores el que llevó a cabo la primera guerra que partió de suelo alemán después de 1945, en 1999 en Yugoslavia» (y añado: por aquel entonces, al igual que sucede hoy, los medios de comunicación alemanes fomentaron de forma casi unánime la política militarista de Schröder-Fischer, respaldados por intelectuales como Günter Grass y Jürgen Habermas, mientras que los críticos como Peter Handke fueron tachados en la prensa como amigos de los criminales de guerra serbios. ¿Nos suena de algo esto, no?).

El Electoral, por ejemplo, o Electomanía, ilustran siempre sus sondeos electorales sobre Alemania ubicando a Los Verdes a la derecha del Partido Socialdemócrata Alemán

Habrá también quien diga: «bueno, vale, puede que Los Verdes tengan la misma posición contra la inmigración que la ultraderecha y que sean otanistas y militaristas. Pero al menos seguirán siendo ecologistas, ¿no?»

Nacional.cat: «Los Verdes alemanes, a favor de prorrogar las nucleares«. «Los Verdes se han enfrentado a un tema muy controvertido para la formación política, la cual se opone al uso de la energía nuclear. El líder del partido y ministro de economía, Robert Habeck, se ha mostrado partidario de prorrogar el uso de las centrales». Libremercado: «El fiasco verde alemán: su producción de carbón ya es mayor que en China e India». Y detengámonos un momento en esto del carbón. 20 minutos: «Alemania prepara el desalojo de un pueblo para explotar más carbón«. «Alemania quiere derribar un pueblo para sacar carbón y los ecologistas claman contra Los Verdes. La Policía alemana se prepara para un desalojo violento en un pueblo sobre un yacimiento de carbón». Sí: el Gobierno alemán, con un ministerio de Energía encabezado por un miembro de Los Verdes, echa a palos a los habitantes de un pueblo para extraer carbón. Sí: «Los ecologistas claman contra Los Verdes». Y esperen, porque resulta que en ese pueblo no solo hay casas de gente; también hay, atención, un parque eólico, energía renovable. El País: «La contradicción de Alemania, donde una mina de carbón se traga un parque eólico«. «Parece el mundo al revés, pero acaba de ocurrir en Alemania. Una de las mayores eléctricas del país, RWE, ha empezado a desmantelar un pequeño parque eólico para hacer hueco a la expansión de la vecina mina de carbón de Garzweiler», decía El País.

Llegados a este punto, surge otra pregunta: ¿se puede seguir considerando que lo que representan Los Verdes alemanes y sus homólogos en otros países de Europa, incluido España, está «a la izquierda de la socialdemocracia»?

Esa es la misma pregunta que se deben de haber hecho algunas empresas demoscópicas que publican encuestas, y han decidido que no. El Electoral, por ejemplo, o Electomanía, ilustran siempre sus sondeos electorales sobre Alemania ubicando a Los Verdes a la derecha del Partido Socialdemócrata Alemán.

Unos cuantos titulares en la prensa española que dan cuenta de este giro de Los Verdes alemanes. 20 minutos: «La extraña evolución de Los Verdes alemanes: de sus principios básicos… a ser pronucleares y partidarios de enviar armas a Ucrania». Eldiario.es: Los Verdes alemanes tienen ya muy poco de ecologistas. «Estos Verdes son ante todo alemanes y su ideología básica coincide con la de los otros partidos», dice el autor de la pieza. Otra en eldiario.es: «Nucleares, carbón y envío de armas: la metamorfosis de Los Verdes en Alemania«. «El Partido Verde alemán se dio a conocer en su día por sus campañas en contra de un alto gasto militar, la energía nuclear y los combustibles fósiles contaminantes. Sin embargo, desde que llegaron al Gobierno como parte de la coalición tripartita “semáforo” de Olaf Scholz en diciembre de 2021, Los Verdes se han convertido en los defensores más acérrimos del apoyo a la resistencia ucraniana con armas pesadas en el Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán. Han prolongado el tiempo de vida de tres plantas nucleares que debían cerrar a finales de 2022, han puesto de nuevo en marcha centrales de carbón inactivas y han construido las primeras terminales del país para importar combustible fósil licuado. Desde que llegaron al Gobierno de Scholz, Los Verdes han abrazado el pragmatismo traspasando antiguas líneas rojas».

Cuando escuchen llamar «pragmatismo» al derechismo, échense a temblar…

Una más. El Confidencial: «La metamorfosis de los ecologistas va de la mano de sus posturas «pragmáticas» sobre el envío de armas o la energía nuclear». «La guerra en Ucrania ha acelerado la metamorfosis del partido que nació en la década de los 70 con base pacifista y ecologista. Los Verdes han sido una de las mayores válvulas de presión para que el canciller Scholz acelerase el envío de armas a Ucrania, incluidos los Leopard II de fabricación nacional. Han respaldado el mayor cambio de política militar alemana desde la Segunda Guerra Mundial con una bazuca financiera de 100.000 millones de euros para modernizar el Ejército y la luz verde para acometer misiones en el exterior. Y han accedido hasta en tres ocasiones a prolongar la vida útil de las nucleares ante el fantasma de desabastecimiento energético. Una realpolitik que se ha ido transformando en una mayor popularidad y votos».

Una conclusión posible de todo esto podría ser que, claro, cuando uno gobierna, no tiene más remedio que renunciar a todo lo que defendía y hacer lo mismo que la derecha, por aquello de «la Ley de Hierro de las oligarquías» de Robert Michels (que no es más que abonar el «no se puede» y el «no hay alternativa»). No es así: es una decisión política; una decisión política que tiene que ver con entender que lo que hay que hacer, en lugar de dar la batalla ideológica, es posicionarse siempre en función de cómo sople el viento y decir lo que se supone que la gente quiere oír para, como decía El Confidencial en ese último párrafo, «ganar popularidad y votos».

Puede que hacer eso funcione para ese fin; puede que navegar un sentido común derechizado y reforzarlo haciendo propias las ideas reaccionarias, efectivamente sirva a corto plazo para que te voten y para ganarte un camarote en el barco. ¿Pero eso a quién le sirve, a la mayoría social, o a esa élite política? Y ese barco en el que te ganaste el camarote ¿adónde va? ¿Dónde va a estar la sociedad cuando esos genios de la mercadotecnia política, el «pragmatismo» y la «realpolitik» se bajen del camarote que ganaron en el barco diciendo lo mismo que dicen los adversarios de la mayoría?

Es evidente hacia donde viaja ese barco: hacia la extrema derecha, viento en popa a toda vela. Bueno, a toda vela no, porque ese barco que conducen hacia la derecha Los Verdes alemanes, más que a un velero, se parece a un buque de guerra de la OTAN armado hasta los dientes que avanza embistiendo pateras en las que viajan los negros y los pobres, empujado por un buen reactor nuclear.


Madrid –

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