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Miguel Ángel Rodríguez amenazó al dueño de Antena 3 con meterlo en la cárcel cuando trabajaba para Aznar

Ignacio Escolar, director de elDiario.es, narraba en su blog otro episodio de amenazas a medios de comunicación protagonizado por el director de gabinete de Isabel Díaz Ayuso

«Os vamos a triturar. Vais a tener que cerrar». Las amenazas de Miguel Ángel Rodríguez a una periodista de elDiario.es conocidas este sábado han echado aún más leña al fuego en la semana en la que se destapaba la trama de corrupción que cerca a Isabel Díaz Ayuso y a su entorno.

El «modus operandi» comunicativo de MAR (Miguel Ángel Rodríguez) con sus tweets cargados de descalificaciones, acusaciones e improperios, ha desviado el foco de Ayuso a cambio de poner todas las miradas en la controvertida figura del conocido «presidente» en la sombra. Pero también ha revelado un secreto a voces en el gremio periodístico, que evidencia la capacidad del poder político para influir -o destruir- cabeceras.

Y es que no es la primera vez que MAR amenaza a periodistas y presume de «poderío» para abrir y cerrar redacciones. Tal y como narraba Ignacio Escolar en su blog este sábado, el mismísimo Antonio Asensio, todopoderoso director de Antena 3 en los 90, tuvo también sobre sí el dedo acusador del asesor. Según Escolar, ocurrió el 26 de diciembre de 1996, cuando Miguel Ángel Rodríguez era el secretario de Estado de Comunicación del Gobierno de José María Aznar. Por aquel entonces, Rodríguez ambicionaba los derechos de emisión futbolísticos -otro de sus negocios- de varios clubes de fútbol para Villalonga, íntimo de Aznar y director ejecutivo de la compañía desde 2007. Eran los años de «la guerra del fútbol». Y es que entre sus múltiples negocios e inversiones en el ecosistema comunicativo, MAR ha tenido siempre debilidad por la rama deportiva: fue el responsable de los actos conmemorativos del Centenario del Real Madrid Club de Fútbol, en 2002 y en 2009 creó la empresa Movilgol, un fracaso creado para enviar los goles de la Liga de Fútbol de Primera División a los teléfonos móviles 3G.

Asensio, finalmente, vendió los derechos a PRISA (Sogecable) algo que MAR no podía perdonar. “Dile a tu jefe que va a ir a la cárcel”, le gritó por teléfono al periodista José Oneto, -según cuenta Escolar- delante de varias personas. Pero la amenaza no quedó ahí: “No le van a servir de nada sus guardaespaldas. No voy a parar hasta que Asensio acabe en la cárcel. Te avisaré un minuto antes”. Como apunta el director de Eldiario.es, la bravata no era como para ser tomada a la ligera, y recuerda que Jesús Polanco, señor de PRISA en aquellos años, fue procesado penalmente por una trama, el Caso Sogecable, «alentada desde el Gobierno (de Aznar) y que acabó como acabó: con la denuncia archivada y un juez condenado por prevaricación (Gómez de Liaño) que, más tarde, fue indultado por Aznar». Años después, el juez Garzón señalaría a Antonio García-Trevijano como el cerebro de la supuesta trama urdida para acabar con el poder de Polanco en los medios de comunicación. Polanco, por su parte, cedió la presidencia de Sogecable a Rodolfo Martín Villa.

Quizá la bravata más conocida -y más infame- del asesor, comunicador, periodista y ventrílocuo de Ayuso fue la que profirió contra el Doctor Montes, símbolo de la lucha por la Sanidad Pública Madrileña

También, en otra ocasión, empujó a la periodista Andrea Ropero, de la Sexta mientras ésta le hacía una pregunta a Isabel Díaz Ayuso. Aunque quizá la bravata más conocida -y más infame- del asesor, comunicador, periodista y ventrílocuo de Ayuso fue la que profirió contra el Doctor Montes, símbolo de la lucha por la Sanidad Pública Madrileña. MAR fue condenado en 2011 por un delito de injurias graves con publicidad contra el excoordinador de Urgencias del Hospital Severo Ochoa, a quien quiso desprestigiar implicándolo en un falso bulo sobre sedaciones irregulares, llamándole «nazi». Lo hizo durante una de sus colaboraciones habituales como tertuliano y presentador en varios medios de la derecha mediática, a los que, hasta el día de hoy, riega con publicidad institucional.